Mundial de Belgrado y Copa Cuba: Lecturas atléticas con cabeza fría (+Videos)

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Mundial de Belgrado y Copa Cuba: Lecturas atléticas con cabeza fría (+Videos)
Fecha de publicación: 
22 Marzo 2022
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Yulimar es una exquisita combinación de físico y técnica. Un metro por encima de la plata y 15.74.

Todavía quedan secuelas latentes del recién finalizado Mundial de Atletismo sobre pista cubierta en Belgrado. Cómo no hacerlo si retumban en el plano de lo insospechado algunas de las marcas realizadas. Sí, me refiero a los sin límites, galácticos y cuanto adjetivo se les pueda colocar a la triplista venezolana Yulimar Rojas y el pertiguista sueco Mondo Duplantis.

Y es que sus respectivos registros de 15.74 y 6.20 metros se antojan de otra dimensión. Imaginen que la discípula pródiga del mítico Iván Pedroso le sacó un metro a la ucraniana Maryna Bekh-Romanchuk (14.74). ¡Un metro en una final de triple salto! Algo totalmente inverosímil, como también el hecho de que cualquier salto de su secuencia la hubiese hecho acreedora del título (15.19-X-15.04-X-15.36-15.74).

Yulimar es una estrepitosa mezcla de físico, potencia, técnica que ha ido depurando con cada nueva incursión… ambición felina. Por eso el cuestionamiento con ella, más allá del oro como metal preferido y constante, pasa por si podrá llegar o superar la estratosférica barrera de los 16 metros. Con la fluidez con la que corre, despega en la tabla, alterna saltos y devora la arena en el tanque… es sensata la pregunta.

 

Aquí merece una línea la constante Liadagmis Povea. Y lo digo por el hecho de que además de repetir su quinto escaño de Tokio en un evento donde el hip-hop está que arde, y preservar el poderío de la escuela cubana de triple salto, patentado por el oro y la plata de lázaro Martínez (17.64) y Pedro Pablo Pichardo (17.46) entre varones, tuvo otra secuencia estable, sólida sobre los 14 metros, a razón de (14.16-14.37-14.22-14.43-14.45-14.15). Dando fe de ser nuestra mejor exponente entre las féminas, y de que en la salsa siempre hay que contar con ella.

Mondo también se ha encargado de robarle centímetros al firmamento. Todavía estaban humeantes sus 6.19 metros cuando el prodigio sueco, sabiéndose acreedor del cetro con 6.05 metros fue en busca de las nubes una vez más. Y… sus 6.20 metros, en un tercer intento y con la complicidad de la varilla nos hacen pensar en que fue concebido en una estación espacial, coqueteando sus chupetes con la “ingravidez”. Imaginen que su secuencia no tuvo ningún foul hasta esos en teoría inalcanzables 6.20 y se dio el lujo además de renunciar a alturas como 5.90 y 6.00 metros. Bada, que lo del suequito de 22 años con cara de niño seguirá dando de qué hablar.

 

Etiopía y el pulso ganado a fondo limpio

La cita mundialista de Belgrado dejó muchas lecturas. La primera y una de las más connotadas el hecho de que Etiopía, a puros fondistas (4-3-2), le ganó el pulso en la tabla final de medallas a Estados Unidos (3-7-9). ¿Dónde estuvo la brecha? En los eventos de velocidad. Increíblemente los estadounidenses cedieron tanto en los 60 metros en uno y otro sexo, como en los 400. Y para colmo no se agenciaron ningún título en los relevos 4x400.

Nada, que la pugna a brazo partido por la hegemonía en el área de la velocidad, al parecer ya no es exclusivamente con los jamaicanos (1-0-2), quiénes en esta oportunidad solo celebraron el cetro de su estafeta larga femenina (3:28.40 minutos); sino que en el plano de los temibles hay que colocar en esta ocasión a pesadillas norteñas de nombre Marcel Jacobs (ITA-6.41 segundos) quien estableció tope europeo y registro líder anual. Eso sí, en fotofinish por delante del reaparecido Christian Coleman.

También rol de “tragasueños” desempeñaron el trinitario Jereem Richards (45.00) en los 400 y doble vuelta al óvalo en circuitos techados, crono que devino récord para el campeonato y para su país, además de ser válido para sacarle una nariz al estadounidense Trevor Bassitt (45.05-tope personal); y la posta larga y curtidísima de Bélgica (3:06.52 minutos-líderes de campaña).

Mientras, entre las damas la suiza Mujinga Kambundji (6.96 segundos) voló bajito, a tal punto que su tiempo la ubicó cuarta de la historia, en una relación liderada por la rusa Irina Privalova (6.92). además de “hacerle la gracia” a la estadounidense Mikiah Brisco, aguándole su tope personal de 6.99. Lo de la bahamesa Shaunae Miller-Uibo no es tan sorpresivo. Al parecer los 400 metros en cualquier entorno llevan su santo y seña, y ahora volvió a apropiárselos (50.31), para de paso diluir los sueños dorados de la sólida holandesa Femke Bol (50.57).

 

Y si de sueños arrebatados a estadounidenses hablamos, no podemos dejar de mencionar la pesadilla en la que se convirtió el balista brasileño Darlan Romani (22.53 metros), para Ryan, el ya no tan indetenible “vaquero” Crouser (22.44). El auriverde se sacó literalmente un peso de la chistera, y con una secuencia que incluyó disparos onfire de (21.74-21.79-22.53-21.31-X-22.18) se vistió de largo y le arrebató el sombrero dorado, con récord para el campeonato incluido a Crouser (22.44-21.55-21.86-22.32-X-21.93). ¡Vaya pulso el de estos dos! Aquí también merece una oración el peligrosísimo neozelandés Tomas Walsh (22.31-bronce y tope para Oceanía).

Y como eso de “hacer la gracia” al parecer se puso de moda en la Stark Arena de Belgrado, hay que volver la mirada al etíope Samuel Tefera, quien desde Tokio e incluso antes, tenía una espina noruega de nombre Jakob Ingebrigtsen clavada. En una carrera sumamente táctica, el africano le dio cordel al nórdico, para en la última vuelta abrir el “nitro” y colársele en la finca con primacía para estas lides de 3:32.77 minutos. Nada, que el imberbe irreverente quedó segundo y sin aliento (3:33.02).

Pinceladas para los libros

Con la presencia de 612 atletas de 129 países el Mundial de Belgrado, además de reunir aproximadamente a unos 20.000 espectadores en las tres jornadas de competencias, según estimaciones de World Athletics dejó varias cuestiones para los libros.

Se fijaron tres récords mundiales absolutos en poder de Yulimar Rojas (VEN-triple salto con 15.74m); Grant Holloway (USA-60m vallas y 7.29 segundos); y Mondo Duplantis (SWE-salto con pértiga 6.20m). A los que se añadieron siete primacías para Campeonatos del Orbe sobre pista cubierta; 17 primacías para determinada área geográfica, y 72 récords nacionales. Entorno muy favorable luego de cuatro años sin celebrarse esta competición.

Una veintena de países se agenciaron títulos, y en el plano de lo brutal el propio Holloway extendió a 56 su cadena de carreras consecutivas imbatible, en esta ocasión igualando su récord universal de 7.29 segundos en semifinales. Etiopía se adueñó del medallero por países por vez primera en este tipo de certámenes y si de primeras veces se trata, Corea del Sur y Trinidad y Tobago se proclamaron por primera vez campeones del mundo en pista cubierta (Woo Sanghyeok en salto de altura masculino (2.34 metros), y Jereem Richards en los 400 metros lisos masculinos).

Así como también Uganda y la propia Corea del Sur ganaron sus primeras medallas mundiales en pista cubierta (Halimah Nakaayi con el bronce en los 800 metros femeninos y Woo Sanghyeok con el oro en el salto de altura masculino).

La salsa en casa

Pero si ciertamente la mayoría de las miradas atléticas estuvieron dirigidas hacia la Stark Arena de Belgrado, acá en casa la Copa Cuba, que bien pudieron no hacerla coincidir con el Mundial, despertó interés, con algunos registros de relieve, pese a que la rivalidad doméstica en materia de exigencia no se comporta igual en la totalidad de los eventos.

Así el sprinter Shainer Reginfo llevó sus topes personales en 100 y 200 metros hasta respectivos 10.11 y 20.54 segundos. Este muchachito, sin ese físico de velocista tradicional, sorprende por su explosividad y velocidad progresiva.

También halagüeños devinieron los 46.39 de Leonardo Castillo en la vuelta al óvalo, prácticamente dos segundos por delante de José Luis Gaspar (48.26); y los 18.28 metros del balista Juan Carley Vázquez, tope personal y otro paso en materia de progresión. Progresión, constancia y paciencia, adjetivos que encajan perfectamente en el martillista Yasmani Fernández ganador con 73.92 metros y quien días atrás llevó su registro cimero hasta 75.30 metros, para situarse decimotercero del listado anual. Ojo, acá para ser finalista en un magno evento hay que pegarse a los 80 metros.

Eso entre los varones, porque entre las damas sobresalieron los 1:58.60 minutos de Rose Mary Almanza en la doble vuelta al óvalo; así como los 13.06 segundos de la vallista corta Greisy Robles; los 14.22 metros de Davisleydi Velasco en el triple salto; y los 64.02 de Yaimé Pérez, atendiendo a la etapa, en el disco femenino.

Así, amigos míos, nos sorprende el epílogo de esta carrera de fondo atlética, entre tiempos, marcas y resultados.
Usted puede acceder a todo lo acontecido en el Mundial de Belgrado a través de los siguientes enlaces:
https://worldathletics.org/competition/calendar-results/results/7138985
https://en.wikipedia.org/wiki/2022_World_Athletics_Indoor_Championships

En tanto los de casa, gracias al estadístico de la Federación Cubana de Atletismo, Alfredo Sñanchez, y al buen colega Raúl Rodríguez, se los dejamos a continuación.

 

 

lo de Mondo Duplantis y su desafío a la gravedad no tiene nombre.
Consistencia felina la de Grant Holloway en los 60 y 110 con vallas.
Leonardo Castillo. De lo mejor en casa en la vuelta al óvalo. Foto: Deporcuba.
Sólida Yaimé pérez en inicio de temporada. Foto. Deporcuba.

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