Luis Buñuel y Jeanne Rucar: Amor de silencios

especiales

Luis Buñuel y Jeanne Rucar: Amor de silencios
Fecha de publicación: 
21 Noviembre 2024
0
Imagen principal: 

Envuelta aún en la pesadumbre de su dolor, ella la amada de ayer, la de siempre vivía rodeada de sus muchos recuerdos que le desgarraban el alma. El morador principal de la vivienda Luis Buñuel estaba ausente; desde hacía algún tiempo transitó el camino de la muerte, del que no se regresa. Mas en su vivienda todo estaba igual como él lo había dejado: sus papeles con interesantes subrayados, los muebles heredados de la familia… un vaho de tristeza parecía gravitar  sobre sus cosas más entrañables como aquellos libros que volvía a releer siempre curioso.

El gato no había querido entrar más a la habitación de su dueño y permanecía largo rato echado a la entrada del cuarto, como en espera de que apareciera de pronto. Su amada esposa Jeanne Rucar también estaba presente como un tronco fuerte, imbatible. !Ah, si el corazón hablara!

A los 79 años, la viuda de Luis Buñuel lo recordaba como “un hombre poco comunicativo, muy celoso” y, explicaba: “nuestro amor fue realmente un amor de silencio. No los decíamos todo solo con la mirada”.

Jeanne, quien por 1924 había conquistado la gloria olímpica al ganar una medalla en gimnástica, sintió una extraña fascinación cuando conoció a Buñuel. Durante más de medio siglo compartió su vida con la del polémico cineasta.

Fue un matrimonio feliz, ella supo callar sus dolores, sentir sus penas. Cuando le preguntaron en una entrevista, donde estaba enterrado Buñuel, expresó:...“Nadie sabe dónde está enterrado. Eso solo lo sé yo, y le juré que no lo iba a decir nunca”. Luego la insistencia periodística la hizo confesar que no estaba enterrado. "Se incineró su cadáver y yo solo sé dónde están sus cenizas. Ni siquiera Juan Luis o Rafael, nuestros hijos, saben nada del asunto”.

Con Buñuel, Jeanne tuvo dos descendientes y cuatro nietos, que vivían en Francia y la visitaban en México, donde Buñuel se había exiliado.

Más de su vida
 
En 1917, el aragonés Buñuel viajó a Madrid con un objetivo: ser agrónomo; más al poco tiempo desiste, le atrae la carrera de Filosofía y Letras. Allí en la capital española, donde conoce a jóvenes intelectuales comienza a destacarse en el mundo del arte. Discutiendo animadamente en tertulias de café, licores, versos y prosa, están sentados a la mesa: Federico García Lorca, Rafael Alberti, Ramón Gómez de la Serna y el inquieto Salvador Dalí.

Fue en aquel sitio de viva polémica que Buñuel sintió la necesidad de decir, crear. ¿Cómo hacerlo? La cuestión fue resuelta rápidamente, pues ya el cine había despertado su imaginación, su modo de expresarse estaba en la pantalla. Fundó un cine club, el primero que hubo en España, y decidió rodar. En colaboración con Salvador Dalí, escribió y dirigió El perro andaluz, de marcada influencia surrealista, le siguió La edad de oro también dentro de esa tendencia que con tanta fuerza abrazó. La cinta provocó un gran escándalo al extremo que su proyección fue prohibida y sus copias confiscadas por la policía. De este filme opinó el realizador:

“Con el grupo surrealista organizábamos algunos actos escandalosos para provocar y sacudir las mentes conformes con el estado de cosas. En esa época, el escándalo era un arma útil. La edad de oro la filmé con el ánimo de escandalizar, como un manifiesto apoyado por todo el grupo. Ahora cualquiera de esas cosas sería grotesca, ridícula, porque no se apoya en nada".

En 1936, montó el documental España leal en armas, pues se había adherido a la causa republicana. Luego, el exilio, México, y de nuevo las cámaras. Filma Los olvidados, premiada en Cannes y Subida al cielo que también obtuvo un gran éxito de la crítica.

Su filmografía, marcada  por el amor, el erotismo, la crueldad, el humor y la paradoja, incluye películas muy significativas en el Séptimo Arte como El ángel exterminador, Viridiana, Simón del desierto, Bella de día y otras de arraigo en el público.

Buñuel expresaba sin rodeos a sus íntimos que desde había tiempo el pensamiento de la muerte le era familiar y al fin. Ella lo vino a buscar. A su lado, como siempre, estaba su amante esposa, la misma que no comprendió algunas de sus películas, pero sí supo llegar a su corazón atormentado. Ese día crucial aunque usó todas las fuerzas de su amor, no pudo detener aquel último suspiro.

Nota. El genial director de cine falleció el 26 de julio de 1983, en Ciudad de México, donde estaba radicado.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.