Los sueños que a Luis Franco le quitan el sueño
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¿Quién no se mira en el espejo de esa pegajosa canción en la que Luis Franco nos confiesa tanto su infancia como la nuestra? "Pero tuve sueños... sueños tan realizables, que me quitaron el sueño..." Como muchos, este joven y talentoso cantautor cubano sigue soñando:
"Mi sueño como músico es que cada día se conozcan más mis canciones, lograr trascender, seguir construyendo una carrera sólida y coherente. Esos, en parte, dependen de mí. Tengo otros muchos, algunos muy grandes que prefiero no decir para ver si se dan".
Algunos comenzaron a los 12 años, cuando llegó a casa la primera guitarra: "Mi mamá la compró por mi hermano, que fue quien tuvo el deseo de aprender. Yo, hermano menor al fin, lo seguí. Él fue quien me enseñó todo lo que sé de la guitarra y de la música en general".
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Juntos intentaron un proyecto al que llamaron D´voluntad, y justamente de eso era de lo que más tenía, confiesa Luis, y enseguida nos cuenta cómo fue que el prospecto de arquitecto se convirtió en un ávido constructor de canciones:
"Me decidí por la música cuando salí del pre. Ya llevaba varios años tocando guitarra, y también descubrí que podía cantar y componer. No creo que fuera bueno en arquitectura. Es verdad, logré ingresar a la carrera, pero, una vez adentro, era uno del montón. Yo necesitaba algo en lo que pudiera marcar la diferencia. Con la música, al menos creía que podía hacerlo, aún creo que puedo, sigo trabajando en ello. Decidir dedicarme a la música fue fácil, lo difícil fue después".
Se siente más compositor que cantante y, por supuesto, quiere ser popular; sin embargo, no lo ciegan quince minutos de fama:
"Yo quiero triunfar y creo que en mi carrera eso, en parte, significa ser popular, que mi música se conozca, que la gente vaya a mis conciertos. Pero no es lo único: triunfar para mí también significa trascender, no ser un artista pasajero, hacer canciones que se puedan escuchar dentro de 20 años y más; es algo difícil en estos tiempos, pero hay que intentarlo".
Luis Franco cree en sí mismo, en el valor de lo que hace, pero desde una humildad sincera, de esas que también impulsan: "Para mí los músicos son aquellos que pasan largos años estudiando la música desde el punto de vista teórico y práctico. Si porque cacharreemos un instrumento, ya nos consideramos músicos, pues cualquiera puede serlo".
La beca El reino de este mundo, que otorga la Asociación Hermanos Saíz (AHS), le permitió grabar su primer disco: Que no me faltes. "Estaré siempre agradecido por eso. La AHS ha sido un gran apoyo para mi carrera", afirma.
Y en un salto cargado de positividad, llegó bajo el sello Egrem Sí, su más reciente fonograma, del que ya tuvimos noticias en nuestro sitio cuando estaba acabadito de sacar del horno, pero no hay de otra que volver a él:
"Fue un disco para mí difícil de hacer. Venía de promocionar mi ópera prima, y ya algunas canciones se conocían, al menos en un grupo de personas. Crear un CD cuando ya hay personas que esperan que te superes fue algo novedoso y complicado. Sabía que tenía que cambiar, salir de mi zona cómoda, experimentar, pero cuando haces esto, no a todos les gusta. Ahí radicó el mayor problema, pero estoy muy contento con el resultado que está teniendo. La verdad, logré lo que quería: cambiar. No digo que sea mejor que el anterior, pero, al menos, es diferente".
De hecho, hasta hoy Luis Franco continúa enfocado en la promoción del disco Sí. Por ahí van sus principales planes del futuro inmediato:
"Estoy preparando el video del sexto sencillo, que será probablemente el último que se desprenda de él. Pensar en un futuro a largo plazo para los músicos aún con la pandemia puede ser frustrante, por eso voy tomando decisiones según las condiciones. Eso sí: parar de trabajar, nunca".
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