La historia no ha terminado: persiste en la esperanza

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La historia no ha terminado: persiste en la esperanza
Fecha de publicación: 
28 Julio 2020
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La unidad es hoy el primer desafío de Nuestra América amenazada por la irracionalidad imperial. Esa urgencia histórica puso impronta y relevancia al Encuentro de Líderes a 30 años del Foro de Sao Paulo, que abrió sus sesiones, de forma virtual, a las dos y media de la tarde de este martes (hora local), y que contó con la participación del Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Este martes, temprano y desde su cuenta en Twitter, el Jefe de Estado recordó y celebró el aniversario 30 del Foro de Sao Paulo, y el cumpleaños 66 del Comandante Hugo Chávez, “el mejor amigo de Cuba y de los pueblos en lucha”. Sobre el encuentro, expresó que, en homenaje al líder bolivariano y junto “a líderes hermanos de Nuestra América, reflexionaremos sobre los desafíos actuales de la región”.

Por su parte el canciller de la Isla, Bruno Rodríguez Parrilla, había escrito, también desde su cuenta en twitter, que “a 30 años de su fundación, el Foro de Sao Paulo continúa siendo el principal espacio de concertación, diálogo e integración  de las fuerzas de izquierda y progresistas en América Latina y el Caribe”, y que “la unidad de sus miembros es fundamental para afrontar los nuevos desafíos”.

En ese espacio que es para defender sueños comunes, el primero en compartir sus ideas este martes fue el Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien no pasó por alto el legado del Comandante Hugo Chávez. “Sus ideas están vivas, su pensamiento”, resaltó.

Dedicó entonces sus palabras a la resistencia de pueblos como el de Cuba y Venezuela. E hizo un recuento del encontronazo de culturas, donde el coloniaje imperial arremetió contra identidades originarias. Recordó la rebeldía de los pueblos de Nuestra América, el legado de Bolívar, el patriotismo de la nación mexicana; y trajo a colación pensamientos de Fidel, como el que alude a la larga batalla por la unidad de los pueblos del hemisferio.

La Revolución cubana, resaltó Daniel Ortega, plantó bandera por los ideales de Bolívar y dejó una huella en todos los pueblos de la región. El mandatario recordó a Martí, su nobleza y fortaleza, y también a Sandino; y subrayó la solidaridad de Cuba con los pueblos del mundo.

La Isla, destacó Ortega, estuvo presente en Nicaragua con sus brigadas médicas, cuando un terremoto sacudió al país de Sandino. Otras historias de ayuda mutua fueron compartidas por el mandatario, y en todo ese recuento resultó inevitable rememorar el acecho y el despojo perpetrado por el imperialismo estadounidense.

“Solidaridad, ese principio sembró Fidel”, afirmó Daniel Ortega, quien además resaltó la generosidad y el amor que siempre han movido a la Revolución cubana.

Su mirada también hizo un recorrido por la destrucción y la muerte que el imperialismo y la contrarrevolución por él pagada, perpetraron en la tierra de Sandino. Recordó cómo Estados Unidos cortó una vez el suministro de combustible a Nicargua; y las trampas urdidas para que los sandinistas no ganaran elecciones, para que la paz fuera quebrantada una y otra vez. Evocó la lucha, desde abajo, que los revolucionarios de su patria tuvieron que llevar adelante.  

La política imperial del divide y vencerás, sembrar el miedo, fueron métodos recordados por el dignatario al hablar de la guerra de los mandamases contra Nuestra América.

Sobre la pandemia del nuevo coronavirus, Daniel Ortega denunció que ha puesto al descubierto un virus mayor que atenta contra la existencia de los pueblos: el capitalismo, el neoliberalismo, esencia misma del egoísmo y la maldad.

Hoy más que nunca, dijo a propósito de la crisis mundial provocada por la nueva situación sanitaria, estamos seguros de que se está generando una conciencia en el planeta en cuanto a que hay que cambiar el modelo de sociedad y hay que instalar Estados verdaderamente llenos de humanismo, de solidaridad, amantes de la justicia, de la libertad, y respetuosos del derecho internacional.

Es el gran momento, subrayó, para que la humanidad dé el salto. “Gracias, queridos hermanos, hasta la victoria siempre”, así cerró su intervención.

Revoluciones de verdad, un foro de verdad

De un regalo que hará llegar a todos sus homólogos comenzó hablando, siendo el segundo en el Foro, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro. Se trata de un libro en rojo, editado primorosamente, donde se recoge la experiencia de una Revolución que resiste.

El mandatario recordó el cumpleaños 66 de Chávez, su alegría, la misma con la cual –sugirió- los revolucionarios deben tomar, de forma creativa, las redes sociales, las calles, y hasta las paredes. Trajo a colación el año 2000, cuando Fidel fue a Barinas, a conocer la casita donde había nacido el Comandante infinito de la Revolución Bolivariana.

“Qué bonito que recordemos con tanto amor y nostalgia el cumpleaños de Chávez. Chávez es alegría, es futuro”, afirmó Nicolás Maduro, quien calificó al Foro de Sao Paulo como “de verdad”, así como son de verdad, dijo, revoluciones como la de Cuba o Nicaragua.

“Somos una nueva espiritualidad”, dijo de Nuestra América. Nosotros estamos resistiendo, luchando, expresó el dignatario en alusión a la acechanza de una supremacía imperial que considera inferiores a quienes tengan otras identidades. Al indio y sabio Evo Morales, ejemplificó, no le perdonan haber sido el mejor Presidente que haya tenido Bolivia.

Más temprano que tarde vendrá una ola de cambios, anunció a propósito de la difícil situación que sufre el planeta. ¿Cómo es el manejo de la pandemia en Brasil?, inquirió; e hizo lo mismo en relación con Bolivia, donde la situación sanitaria y social es un desastre.

En el ámbito del Foro Nicolás Maduro abogó por “una izquierda que desde la izquierda tenga la capacidad para renovarse”, que vaya a las comunidades, a los barrios, que sea capaz de tener una bandera permanente del cambio. Habló de romper el sectarismo, el dogmatismo y la burocracia en todas sus formas.

Más allá de la presión brutal del imperio, enfatizó, está la unión cívico-militar, bolivariana y chavista. Y sobre el  Foro de Sao Paulo, afirmó que “está más vivo que nunca”, y que el hemisferio puede contar con Venezuela para mantener “este espíritu tan hermoso, de rebeldía”.

Los pueblos hacen su destino

Una muy mala noticia dio el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a “los agoreros de la desesperanza”: a través de la videoconferencia en ocasión del 30 aniversario del Foro de Sao Paulo, dijo a “los entusiastas del mercado”, a “los voceros del pensamiento único” que habían hecho “creer al mundo que había terminado la Historia”, que “aquí estamos los insumisos defensores de la esperanza y de otro mundo posible, celebrando 30 años de un abrazo que ya es historia”.

Recordó entonces que el Foro de Sao Paulo es una “idea nacida del genio político de Fidel y de un protagonista excepcional de esta proeza unitaria: el hermano Lula, ex presidente y líder de la izquierda brasileña y latinoamericana”.

En un recuento del nacimiento del Foro, Díaz-Canel expresó que “cuando se desintegraron la URSS y el campo socialista de Europa del Este, y sus sepultureros se empeñaron en enterrar las ideas libertarias de la izquierda en este lado del mundo, la creación del Foro de Sao Paulo fue como un golpe de timón al barco que parecía irse a la deriva”.

“Las fuerzas políticas revolucionarias, progresistas y democráticas de América Latina y el Caribe, confluyeron en este espacio de legítima concertación y construcción de la unidad de la izquierda por la emancipación e integración de nuestros pueblos contra la Doctrina Monroe y sus aliados en el continente”.

El Jefe de Estado afirmó que “la marcha de la Historia no pudo ser detenida. Los ideales socialistas reverdecieron en el traspatio del imperio con personalidad y fuerza propias y hoy es justo reconocer al compañero Lula y a los dirigentes del Partido de los Trabajadores de Brasil por su desempeño al frente de la Secretaría Ejecutiva del Foro de Sao Paulo”.

“Esta celebración, dijo, también nos permite agradecer el apoyo permanente del Foro de Sao Paulo al pueblo cubano y en especial la campaña de solidaridad por el levantamiento del bloqueo contra Cuba que desplegaron este año”.

A propósito de la coincidencia de un nuevo aniversario del Foro de Sao Paulo y el cumpleaños 66 del Comandante Hugo Chávez, el Presidente cubano habló “de un entrañable amigo de Cuba, al que Fidel calificó como el mejor amigo de Cuba y de todos los pueblos que luchan, el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, quien en el Foro de Sao Paulo en 2012, nos convidó a poner `sin temor la piedra fundacional de la liberación sudamericana, latinoamericana, caribeña y mundial´”.

“El ejemplo invencible de Chávez –expresó el mandatario- nos convoca ahora a continuar la lucha, con firmeza y optimismo, convencidos de que no hay obstáculos, por difíciles que parezcan, que nuestros pueblos unidos no puedan vencer, como lo prueban hoy Venezuela, Nicaragua y Cuba”.

“`Médicos y no bombas´, dijo Fidel un día, respondiendo a la ridícula pretensión imperial de someter a los pueblos con guerras y amenazas de intervención contra 60 o más `oscuros rincones del mundo´”.

“Y hoy estamos asistiendo a la confirmación de sus palabras, en medio del más complejo drama humano del planeta en tiempo real”.

Díaz-Canel subrayó que “ni las más poderosas y sofisticadas armas han podido acabar con la pandemia del nuevo coronavirus. Por el contrario, ahora se ha hecho más visible y aterradora, la real y antihumana esencia del capital, con la exaltación del mercado y su auge descontrolado bajo las reglas despiadadas del neoliberalismo: gobiernos que asisten impotentes al colapso de sus sistemas de salud, incapaces de salvar millones de vidas, incluso aquellas que se creían fuera de riesgo en el poderoso imperio del norte revuelto y brutal que nos desprecia”.

“La región de las Américas es hoy el triste epicentro de la pandemia. Las políticas neoliberales de muchos gobiernos, empeñados en salvar el mercado por encima de las vidas humanas, impiden pronosticar el momento en que será posible un control definitivo de la enfermedad. La expansión del virus es un hecho, si tenemos en cuenta que el primer millón de casos demoró 96 días en alcanzarse, y el último solo 16. Los paradigmas neoliberales han caído en absoluto descrédito. Quiéranlo o no, acéptenlo o no, sus creyentes seguidores, la historia de su experimento económico está por terminar; o se comprometerá aún más la existencia humana”.

El Presidente de la República de Cuba denunció que “frente a la indiscutible emergencia que ha planteado la pandemia para todos, el Gobierno de los Estados Unidos no ha detenido sus planes hegemónicos para la región, ha reactivado la Doctrina Monroe y el macartismo, ha intensificado la injerencia junto con la amenaza del uso de la fuerza y la promoción de la judicialización de la política contra líderes y organizaciones de izquierda y progresistas”.  

“Mientras miles mueren cada día en territorio del imperio, dijo, los actuales inquilinos de la Casa Blanca mantienen presión permanente sobre los gobiernos que no les son afines y reciben el apoyo de los lacayos regionales que operan a favor de sus intereses”.

“En ese despreciable panorama sobresalen las acciones injerencistas y violatorias del Derecho Internacional que el imperialismo emprende contra la República Bolivariana de Venezuela, las cuales condenamos y rechazamos con la misma vehemencia con que ratificamos nuestra solidaridad con el legítimo y hermano presidente Nicolás Maduro Moros y la unidad cívico militar que sostiene la soberanía del país”.

A nombre de Cuba, Díaz-Canel reafirmó “nuestra solidaridad con el Gobierno y pueblo sandinistas, liderados por el Comandante Daniel Ortega”; y rechazó “las medidas coercitivas unilaterales que atentan contra la paz, el bienestar, la justicia y el desarrollo del pueblo nicaragüense”.

Seguidamente, en su intervención, expresó en el Foro: “Ratificamos, una vez más, nuestro más estricto apego a la Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por los jefes de Estado y de Gobierno latinoamericanos y caribeños en enero de 2014 en La Habana; y reiteramos nuestro inquebrantable compromiso con la erradicación del colonialismo, hasta saldar la deuda con los pueblos que aún viven bajo el estatus colonial”.

A sus hermanos de batallas, el mandatario expresó: “Hablo en nombre de la Cuba soberana, revolucionaria y solidaria, que jamás se dejará someter, ni por la seducción ni por la fuerza. La Patria de Martí, de Fidel, y de Raúl”.

“Hablo en nombre de un pueblo heroico y noble, que hace 60 años resiste el más cruel y genocida de los bloqueos, un cerco económico, comercial y financiero de la mayor potencia mundial, recrudecido en medio del enfrentamiento a la pandemia, con una persecución implacable y enfermiza que no ha renunciado al plan de rendirnos por hambre y necesidades”.

Díaz-Canel subrayó que “bajo la dirección del partido, el gobierno de nuestra pequeña y bloqueada nación, junto a las organizaciones políticas, de masas y sociales y su pueblo, ha controlado y está venciendo, sin excesos de confianza, la COVID-19”.

“Esa victoria, que incluye nuestro compromiso de hacerla sostenible en el tiempo, es el fruto de la voluntad política de un estado socialista que tiene al ser humano en el centro de sus políticas, con un sistema de salud gratuito y universal y la inteligencia coordinada y consagrada de los profesionales y trabajadores de la salud, de las ciencias e industria biotecnológica y farmacéutica”.

Tras cuatro meses de enfrentamiento activo a la pandemia, Cuba lamenta, como afirmó su Jefe de Estado, “la pérdida de 87 vidas por esa causa, pero nos consuela y anima que no falleció ningún niño, ninguna embarazada, ningún médico, ningún trabajador de la Salud”.

“Se obtuvieron indiscutibles éxitos gracias a la acción coordinada de nuestro Sistema de Salud y la red de instituciones científicas del país, integrando la experiencia acumulada de 60 años de ciencia y medicina revolucionaria, con las medidas adoptadas por el gobierno”.

“Para la etapa post Covid-19 se aprobó una estrategia que debe permitirnos el regreso de manera gradual, escalonada y asimétrica a la nueva normalidad de las actividades productivas y sociales”, puntualizó.

Tales resultados, comentó el mandatario, “parecen haber incomodado mucho a nuestros adversarios. La agresividad del gobierno de los Estados Unidos contra la isla crece, como crecen sus planes de subversión política e ideológica, con acciones orientadas a desprestigiar a los dirigentes cubanos y la labor de nuestro gobierno, en paralelo con los permanentes intentos por crear un estallido social y de promover tendencias opositoras dentro de nuestras instituciones”.

“Estamos enfrentando planes muy bien diseñados y fuertemente financiados para actuar con ferocidad e impunidad inéditas, en las múltiples plataformas que conforman el complejo escenario mediático contemporáneo. No nos sorprende. No son diferentes las estrategias de manipulación, tergiversación de la realidad y engaño que se emplean cotidianamente para confundir y desmovilizar a los luchadores sociales y a los pueblos de nuestra región”.

“Pero somos un pueblo de la estirpe de Fidel, que eliminó muy pronto en el tiempo, la palabra rendición de su diccionario político”.

“Conocemos y enfrentamos al enemigo declarado y agresivo, sin perder la brújula de nuestras prioridades políticas y sociales, sin alejarnos ni un milímetro, de la vocación solidaria, cultivada por Fidel y la Revolución, con la ayuda a otros pueblos hermanos, que como dijera el Che `reclaman el concurso de nuestros modestos esfuerzos´”.

Díaz-Canel destacó que ya suman “45 las brigadas del contingente contra desastres naturales y graves epidemias, Henry Reeve, que brindan colaboración en 38 países y territorios, con 3 772 integrantes, de ellos 2 399 mujeres, que han atendido más de 255 000 pacientes de la  Covid-19, y salvado más de 8 000 vidas”.

“Además de los 28 mil colaboradores de la salud que en 58 países se han incorporado a los esfuerzos nacionales y locales en el combate a esta enfermedad, y han atendido a 83 268 pacientes de la Covid-19 y salvado 13 636 vidas hasta el momento”.

Enfatizó el dignatario que “el altruismo de nuestros profesionales de la salud molesta al imperio que, en lugar de atender la grave situación de sus ciudadanos contagiados, desata una campaña de descrédito contra la colaboración médica cubana”.

“Esa inútil guerra no va a poder destruir o enterrar en el olvido la obra humana a favor de la vida, que desarrollan nuestros profesionales y que despierta la admiración y el reconocimiento de millones de personas agradecidas en todo el mundo, razón por la que tantos en el planeta impulsan el movimiento a favor de la entrega del Premio Nobel de la Paz al contingente Henry Reeve”.

“Es de destacar en esta batalla la colaboración hermanada entre la Revolución Bolivariana de Venezuela, la Revolución Sandinista de Nicaragua, y la Revolución Cubana, tres revoluciones con gobiernos dedicados por entero a salvar vidas y dar bienestar a sus respectivos pueblos, tres revoluciones que frente a la arremetida brutal del imperio y la derecha neoliberal aliada del continente, han sabido con integración y firmeza defenderse y preservar en muy difíciles condiciones la independencia, la soberanía y la dignidad de la patria de Bolívar y Chávez, de Sandino y Carlos Fonseca, de Martí y de Fidel”.

Solo la cooperación y la solidaridad internacional salvarán a la humanidad de esta crisis inédita en la historia del mundo, aseguró el mandatario durante su intervención en el Foro. Y añadió: “El preámbulo del Consenso de Nuestra América, documento surgido de la experiencia de lucha del Foro de Sao Paulo, está dedicado al líder de la Revolución cubana y señala: `Entre los inconmensurables ejemplos que Fidel dejó como herencia a los revolucionarios de América Latina y el Caribe, destacan dos que han sido determinantes en las luchas de nuestros pueblos, nuestros partidos y movimientos. Estos son la unidad y el internacionalismo consecuente´”.

Sobre lo que el Comandante Fidel nos deja, Díaz-Canel afirmó: “Fieles a su legado, y ante la realidad desafiante que vivimos, el pueblo cubano continúa la construcción del socialismo próspero y sostenible, teniendo como premisa lo planteado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz:

“La permanente enseñanza de Fidel es que sí se puede, que el hombre es capaz de sobreponerse a las más duras condiciones si no desfallece su voluntad de vencer, hace una evaluación correcta de cada situación y no renuncia a sus justos y nobles principios.”

A sus hermanos de lucha, el mandatario les transmitió una convicción que comparte con millones de compatriotas: “Desde Cuba continuaremos el camino independiente y soberano, con el pueblo como su principal protagonista. No habrá pandemias, ni bloqueos, ni presiones imperiales que cambien nuestro rumbo”.

A las fuerzas políticas que integran el Foro de Sao Paulo, les convocó a “movilizarse unidos para enfrentar los nuevos desafíos, junto a los movimientos sociales y populares y los intelectuales de izquierda”.

“La real y definitiva independencia de Nuestra América depende del carácter, la fuerza y la razón de nuestras luchas actuales”.

“Seguiremos junto al Foro de Sao Paulo contribuyendo a la unidad e integración de América Latina y el Caribe”.

“La Historia la hacen los pueblos, aunque la escriban otros. No hay imperio que pueda decretar su fin, mientras existan cadenas por romper, muros por derribar, exclusiones y abusos que combatir”.

“Por la vida y la independencia de nuestros pueblos; por el legado de nuestros fundadores, que nos enseñaron que aun en las más difíciles condiciones siempre se pudo, siempre se puede y siempre se podrá”.

“Por las nuevas generaciones continuadoras que explicaba Maduro”.

“Por la unidad antimperialista que es la táctica y estrategia de la victoria”.

“¡Lucharemos, viviremos y venceremos!”

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