La escuela entre los cuidados y la responsabilidad familiar

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La escuela entre los cuidados y la responsabilidad familiar
Fecha de publicación: 
24 Agosto 2021
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Fotos: Abel Padrón Padilla / Cubadebate

El fenómeno de la COVID-19, enmarcado en la edad infantil, está siendo más complicado de lo que muchos creen; más ahora, cuando en este mes de agosto está arrancando el curso escolar a nivel internacional, pero con una población, en su mayoría, no inmunizada, puesto que las vacunas recién se empiezan a aplicar a los menores de 18 años, y la variante Delta infecta más que las otras por su alta contagiosidad y conlleva a síntomas más graves e, incluso, al deceso.

La situación epidemiológica de nuestro país, si bien se ha logrado nivelar en provincias con alta incidencia como Matanzas, que llegó hasta los 3 mil casos diarios, exige bajar el número de contagiados que se sigue registrando. Cienfuegos, Ciego de Ávila, Pinar del Río, La Habana suman por días cientos de nuevos enfermos, así como también el listado de casos en las salas de terapia intensiva y fallecidos sigue siendo alto y bien preocupante.

Este sábado, el Ministerio de Educación (Mined) informó en su perfil oficial en Facebook que «ante el complejo escenario epidemiológico y considerando el papel que han desempeñado los trabajadores del sector en el enfrentamiento de la COVID-19, así como el apoyo brindado desde las instituciones educacionales, cada provincia se prepara para el reinicio del curso escolar cuando la situación epidemiológica lo permita».

De hecho, el Mined explicó que la máxima dirección de ese ministerio está llevando a cabo, desde el pasado 14 a culminar el próximo 24 de agosto, un recorrido por todas las provincias para analizar, de primera mano, la situación propia de cada territorio con «el objetivo de intercambiar sobre el reinicio del curso escolar 2020-2021 para valorar las condiciones reales», lo cual se informará oportunamente por los canales oficiales de comunicación.

La interrupción de la educación presencial de los más pequeños es algo que preocupa a todos. Especialistas han confirmado cómo la pandemia, producto del cese de actividades docentes y la falta de interacción social, ha afectado o ralentizado el desarrollo de los niños en distintos momentos. Si bien los padres son los primeros en sentir esa inquietud, la realidad actual con niños jugando y expuestos en las calles pone a relieve una real fatiga pandémica e indisciplina social.

«Justo cuando hay nuevas luces y avanza la inmunización, no es momento para descuidos»

José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud de Cuba, en su perfil personal de Facebook describió este domingo el hecho de que «a diecisiete meses de que la COVID-19 irrumpiera en nuestras vidas, la llamada fatiga pandémica es una realidad que enfrentamos todos. Pero los más pequeños de casa son los que más han sufrido, su cotidianidad se ha trastocado drásticamente». Sin embargo, está siendo alarmante la cifra de menores enfermos, cada vez más en ascenso.

Portal Miranda explicó cómo ha ido variando en nuestro contexto el comportamiento de los contagiados: si bien antes las personas de la tercera edad eran las más afectadas —aunque hoy día siguen siendo las más vulnerables—, ahora los más jóvenes, incluidos los niños, corren riesgos de desarrollar síntomas más graves y críticos, al punto de que la nación ya haya tenido que lamentar el deceso de mujeres y hombres jóvenes, y hasta niños.  

El Doctor Francisco Durán García, en su espacio habitual televisivo para informar sobre el comportamiento de la pandemia en la Isla, reportó este domingo 22 de agosto la cifra más alta diaria de menores de 20 años positivos al SARS-CoV-2. Fueron 2 029, de los cuales 1 915 pertenecen al grupo de edades pediátricas, números que ya acumulan enfermos en total a más de 95 mil niños, más de 30 mil adolescentes y 5 900 menores de un año.

Fue por ello que el Ministro de Salud recalcó que «a partir de estas cifras, es válido reflexionar sobre cuánto tensa al sistema de salud el aumento de estos números, pues se incrementan las instituciones pediátricas dedicadas en estos momentos solo a la atención de pacientes con COVID-19, sin olvidar que la población infantil no enferma solo de este virus, sino que sigue teniendo otras afecciones propias de la edad».

Instó Miranda: «es preciso que en cada hogar y comunidad concienticemos que nuestros niños están enfermando en casa. En este momento, la mayor fuente de contagio en estas edades son los contactos intradomiciliarios. Por ello, insistimos en la autorresponsabilidad de cada miembro de la familia. No nos cansaremos de repetirlo: si cada persona cumple con las medidas básicas de prevención establecidas, estaremos ganando gran parte de esta batalla».

La máxima autoridad de Salud en Cuba llamó a la reflexión. Comentó: «coincidirán conmigo en que, si hay un grupo donde es extremadamente doloroso lamentar la pérdida de vida, es precisamente en niñas y niños. (…) El precio de relajar las medidas higiénico-sanitarias puede ser muy alto. No olvidemos que no solo mata, sino que puede dejar importantes secuelas para la salud. Cuidemos lo más preciado que tenemos, la vida de nuestros pequeños».

El tan ansiado reinicio del curso escolar para todas las enseñanzas, más que neurálgico, es interés de todos. Las clases podrán volver a su normalidad, de cierta forma, en la medida en que los adultos logren atenuar esta fatiga pandémica, que más que cansada, estira aún más la presencia del virus. Los niños en las calles jugando fútbol y con el nasobuco mal son responsabilidad de sus padres, y de estos es responsabilidad que sus niños puedan volver más pronto a sus escuelas.

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