Horario de verano: Días más largos y noches más cortas
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Está claro que, en realidad, los días no son más cortos ni más largos. Todos y cada uno tienen un estimado de 24 horas, es decir, lo que demora la Tierra en hacer una rotación completa sobre su eje.
Aunque, como dato curioso, vale apuntar que, aunque en teoría esa rotación tarda 86 mil 400 segundos, es decir, mil 440 minutos, Graham Jones, astrofísico de Time and Date, asegura que «esta medida siempre varía algunos milisegundos. Es decir, algunas veces el día dura un milisegundo más o uno menos».
Tanto es así, que el año pasado registró 28 días aún más cortos que el día más «breve» registrado hasta entonces, que fue el 19 de julio de 2005 y duró 1,4602 milisegundos menos.
Y para este 2021 se espera, según cálculos también de Time and Date, web sobre recursos para medir el tiempo y las zonas horarias, que los días duren 0,10 milisegundos menos que los 86 mil 400 segundos oficiales, por lo que este año será 35,40 segundos más corto.
Es más: prevén que sea el año más corto en más de medio siglo, ya que fue 1937 la última ocasión en que la duración promedio de todos los días del año completo fue de menos de 86.400 segundos.
Aunque no percibiremos estas diferencias de segundos, sí estaremos bien enterados de los cambios que comporta este Horario de verano que hoy dio comienzo: los días nos parecerán más largos porque oscurecerá más tarde.
Como adelantamos una hora los relojes, según indicaciones de la Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energía (Onure), del Ministerio de Energía y Minas, podremos aprovehcar mejor la luz natural, evitando un mayor consumo de portadores energéticos.
Esta variación en los relojes tiene precisamente como objetivo un mejor aprovechamiento de la luz solar para disminuir los tiempos de utilización de la artificial, y lograr así un uso más racional de la energía, tan importante para el país, para el cuidado del medio ambiente y también para cada ciudadano interesado en disminuir el consumo de electricidad en su hogar.
El cambio de hora se realizó por primera vez en 1916, cuando países europeos se acogieron a lo que comenzó Alemania, motivada durante la Primera Guerra Mundial por la necesidad de ahorrar carbón. Otras naciones se fueron sumando luego a esa práctica, que llegó a extenderse a casi la mitad de la totalidad de naciones.
De acuerdo con National Geographic, la mayor parte de Centroamérica, Sudamérica, África y Asia no cambia de horario.
En el caso de la Unión Europea, los países miembros estuvieron obligados a realizar el cambio de hora en función de la Directiva Europea 2000/84/CE, pero el Parlamento Europeo aprobó en 2019 poner fin al cambio de hora estacional, y fijó el 2021 para que cada Estado miembro elija si mantiene o no el horario de verano.
Los cubanos, a las 12 de la noche del sábado, adelantamos una hora el reloj, por el comienzo del horario de verano en la Zona Atlántica, persuadidos de la importancia que reviste el ahorro para el país y para la economía familiar.
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