Hallan 'piercings' prehistóricos en restos humanos de hace 11.000 años
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Fotografía tomada de https://www.muyinteresante.com
Un equipo de arqueólogos ha descubierto una colección de objetos con forma de tachuelas que se asemejan perfectamente a los 'piercings' que podemos ver en muchas personas hoy día. Encontrados en las tumbas de un asentamiento neolítico en el sureste de Turquía (concretamente en Boncuklu Tarla, famoso por su excepcional colección de diversos adornos personales), podrían ser los primeros ejemplos de la historia de perforaciones corporales.
"Estos artefactos ofrecen una ventana única al uso de adornos de perforación corporal por parte de los habitantes de las primeras comunidades sedentarias", comenta el arqueólogo Ergül Kodaş en su artículo publicado en la revista Antiquity.
Un centenar de 'piercings'
Según los arqueólogos de la Universidad de Ankara, que han desenterrado más de 100 adornos en tumbas de individuos en Turquía, los análisis muestran que sólo los adultos tenían piercings, y no los niños, lo que sugiere que la tradición prehistórica podría haber sido un ritual de mayoría de edad. Eso sí, los usaban tanto hombres como mujeres. Estos objetos fueron encontrados en las tumbas de siete hombres adultos y nueve mujeres adultas, ya sea encaramados encima o cerca de sus esqueletos.
Los 'piercings' (o pirsins), fueron encontrados directamente al lado de las orejas y barbillas de los individuos del Neolítico, lo que proporciona una fuerte evidencia de que usaban perforaciones. De los adornos encontrados, 85 están completos y la mayoría están elaborados con piedra caliza, obsidiana o guijarros de río. Los hay de distintos tamaños y formas y, según los expertos, todo apunta a que habrían sido utilizados tanto para perforar los labios como las orejas. Tenían un diámetro mínimo de 7 milímetros, por lo que requerían una gran perforación en la piel de quienes los usaban. Esto sugiere que los piercings no eran sólo estéticos, sino que también tenían un significado social.
El desgaste de los incisivos inferiores es consistente con el desgaste producido por el uso de un piercing, aclaran los investigadores. "Creemos que estos son los ejemplos más antiguos registrados hasta ahora en su contexto original en los esqueletos de las personas que los usaron", explicó la arqueóloga Emma Baysal de la Universidad de Ankara. "Tenemos evidencia indirecta anterior del uso de labret en otros sitios, pero esto se debe al desgaste de los dientes y no directamente a los adornos en los esqueletos".
Múltiples colocaciones
Si bien los adornos personales ya se habían documentado entre pueblos del Neolítico o de finales de la Edad de Piedra en múltiples lugares del suroeste de Asia, ninguno de los objetos interpretados como 'piercings' había sido previamente asociado directamente con partes del cuerpo donde podrían haber sido usados. Esto ha cambiado en esta investigación, que apunta directamente a perforaciones cerca de las orejas y la boca de los ocupantes de las tumbas a causa del desgaste dental en los incisivos de los restos, por ejemplo, que encaja con los patrones de desgaste conocidos causados por la abrasión de un tipo de adorno llamado labret, que a menudo se llevaba debajo del labio inferior.
"Sabíamos que en el Neolítico existían artefactos en forma de pendientes, que se encontraron en muchos yacimientos", aclara Baysal. "Pero nos faltaban hallazgos in situ que confirmaran su uso en el cuerpo humano antes del Neolítico tardío. Queríamos conocer los primeros ejemplos de perforaciones corporales, qué materiales se utilizaban con fines decorativos y quién perforaba sus cuerpos".
En total, Se identificaron siete tipos diferentes de perforaciones, algunas de las cuales se encontraron dentro o alrededor de los canales auditivos de los esqueletos y, por lo tanto, se clasificaron como perforaciones en las orejas. Otras se encontraron en el cuello o en el área de la caja torácica, cerca del mentón; también dentro de la cavidad bucal de un esqueleto.
Su presencia muestra "que la gente de Boncuklu Tarla practicaba ornamentación que involucraba la adaptación permanente del cuerpo humano en al menos dos zonas: la oreja y el labio inferior", concluye el equipo.
Si bien los labrets y los adornos para las orejas eran comunes en algunas regiones del suroeste de Asia durante el Neolítico temprano, su uso no era general. De hecho, no hay evidencia de su uso en sitios neolíticos en Anatolia central. Sea como fuere, los investigadores creen que este descubrimiento ayudará a reevaluar los datos existentes del Neolítico del suroeste de Asia.
Esto demuestra que las tradiciones que todavía hoy forman parte de nuestras vidas ya se desarrollaron en el importante momento de transición cuando la gente comenzó a establecerse en aldeas permanentes en Asia occidental hace más de 10.000 años", dice Baysal. "Tenían prácticas de ornamentación muy complejas que incluían cuentas, pulseras y colgantes, incluido un mundo simbólico muy desarrollado que se expresaba a través del cuerpo humano".
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