Globos que inflan mentiras
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Fotografía de AP tomada de https://www.latimes.com
Movido estuvo este fin de semana en Estados Unidos, pues el Departamento de Defensa de ese país derribó un globo meteorológico de origen chino. El hecho ocurrió en la costa Este, luego de que el objeto volador atravesara Norteamérica de costa a costa. El supuesto hallazgo estuvo enmarcado en la parafernalia habitual de victimización de Washington, casi fiel al guion de una producción de Hollywood, en la que suelen ser extraterrestres, terroristas o rusos, quienes ponen en riesgo la libertad y la democracia del “american way of life”. Dos heroicos aviones de combate cumplieron la misión y, misiles mediante, salvaron al mundo libre de la amenaza china.
Probablemente el incidente pasaría al anecdotario de no ser por la acusación inmediata de la Casa Blanca a China de que el presunto globo meteorológico era relativamente un medio de espionaje, que el Departamento de Defensa estuvo monitoreando en su recorrido. No lo derribaron antes porque en su evaluación inicial, no representaba ningún peligro para la aeronáutica ni para la seguridad nacional, además de considerar que era más seguro atacarlo en aguas abiertas para evitar cualquier daño de sus restos en suelo estadounidense.
Y aquí saltan las primeras dudas: ¿cómo puede no ser una amenaza un globo espía? ¿Y cómo no lo detectaron antes de entrar al territorio nacional, ellos que disponen de los mejores sistemas satelitales? ¿Y realmente China, con un desarrollo de tecnología a la par del norteamericano, usaría contra su enemigo principal, un medio de espionaje tan básico y poco discreto como un globo meteorológico del tamaño de tres ómnibus?
Claro que nada de ello es creíble. Sin embargo, son preguntas que conviene obviar cuando quieres por resultado, obstaculizar procesos de entendimiento entre ambas naciones, que habrían empezado hace meses atrás con un encuentro a nivel presidencial en Beijing. En lo adelante, las tensiones bilaterales, sobre todo en el orden económico y geopolítico, por la intromisión de Estados Unidos en asuntos internos de Taiwán, han condicionado lo que debía ser un entendimiento entre las dos potencias económicas mundiales.
Será cuestión de tiempo determinar quién se favorece más con el resurgimiento de esas tensiones, pero no es descabellado recordar que Estados Unidos se encamina a un 2024 de elecciones presidenciales, en el cual la proyección internacional de cada Partido tiene mayor peso en el plano doméstico. Y en ese sentido, los demócratas son cuestionados constantemente por los republicanos, por presuntamente ser débiles ante amenazas extranjeras. Nada más lejos de la realidad, pero es un criterio que puede validarse en la opinión pública.
De todos modos, repetimos que es prematuro hacer un cierre del episodio. Lo cierto es que el pretexto del globo para retroceder en temas políticos bilaterales, hace recordar a ciertos ataques acústicos que casualmente, favorecieron el discurso y la estrategia política del entonces presidente Donald Trump. Nadie se extrañe de que tanto republicanos como demócratas, usen similares estrategias.
En lo que el hecho gana claridad, posiblemente en tanto tiempo como ha sucedido con los incidentes en La Habana, veremos cómo se mueven otros resortes de la geopolítica de ambos países. Pero nadie dude que, a la proyección estratégica de China, se anteponen los bandazos de timón que cada cuatro años, o incluso menos, se imponen en la política estadounidense. Allí es donde se inflan los globos con mentiras.
Fotografía tomada de https://www.sandiegouniontribune.com
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Carlos de New York City
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