El Día Mundial de los Pastos Marinos
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Cada primero de marzo se conmemora el Día Mundial de los Pastos Marinos, importantes plantas acuáticas ubicadas en zonas de cierta profundidad en mares y océanos.
A este tipo de vegetación se le nombra así por su parecido con el pasto terrestre. Cuando una sola especie abarca extensas áreas, se denomina praderas monoespecíficas. Si en una misma zona confluyen varias especies, se forman las llamadas praderas mixtas.
Estos pastos ocupan más de 300 mil kilómetros cuadrados en al menos 159 países. Constituyen la principal fuente de alimento y hábitat de las poblaciones de peces y otras formas de vida marina. También contribuyen a debilitar las marejadas ciclónicas y tienen efecto purificador sobre el agua. Filtran agentes patógenos, bacterias y diversos contaminantes. Contribuyen, además, a reducir la erosión costera.
En ellos habitan especies en peligro de extinción, como los dugongos, los caballitos de mar y las tortugas marinas.
Están relacionados con la seguridad alimentaria, pues se estima que en ellos se nutren las crías del 20% de las 25 pesquerías más grandes del mundo. Además, aunque cubren solo el 0,1% del lecho marino, son calificados como los pulmones del océano: según se calcula, un metro cuadrado de pasto marino puede generar unos 10 litros de oxígeno diarios.
A su vez, están considerados como uno de los ecosistemas fundamentales del planeta, dado que capturan unas 83 millones de toneladas métricas anuales de dióxido de carbono y lo almacenan en sus sedimentos. Ello resulta importante para la mitigación del cambio climático y de gases de efecto invernadero. En efecto, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha declarado que «su conservación es importante para la salud de la vida marina y de las personas».
Sin embargo, están amenazados por la actividad del hombre. De hecho, estudios estiman que alrededor del 30% de su cobertura ha desaparecido desde fines del siglo XIX por causas asociadas, principalmente, a la actividad humana. El desarrollo costero, el dragado de embarcaciones, la pesca y el cambio climático, por ejemplo, atentan contra su preservación. Entre otros factores que laceran a los pastos marinos se reportan la turbidez de las aguas costeras, la sedimentación y contaminación, y el daño que les ocasionan las anclas y propelas de embarcaciones.
Por tales razones, autoridades de Naciones Unidas han afirmado que conservarlos y restaurarlos puede contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y el Convenio sobre la Diversidad Biológica. Son un aliado natural ante una porción de los desafíos ambientales de la contemporaneidad, de ahí que esta conmemoración debe servir para que los actores pertinentes impulsen acciones a su favor.
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