Cumplió su condena el terrorista salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León
especiales
La detonación de una bomba en el hotel Copacabana provocó la muerte de un joven turista italiano. Foto: Archivo Granma
Sobre Raúl Ernesto Cruz León, en 2010, en la Sala de los Delitos contra la Seguridad del Estado del Tribunal Supremo Popular, como parte de un acto de coherencia y humanidad, se dictaminó la decisión de sustituir la sanción original de pena de muerte por el delito de terrorismo con carácter continuado, que le había sido impuesta, por la de 30 años de privación de libertad.
Tras cumplir una condena de 30 años de prisión, fue liberado, este 30 de diciembre, el salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León, detenido y juzgado en Cuba como uno de los autores materiales de la serie de atentados en hoteles de La Habana, en 1997, perpetrados por grupos terroristas financiados por la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), con apoyo del Gobierno de Estados Unidos.
El portal Razones de Cuba, al dar a conocer la noticia, comentó que «mientras Cuba aplica su sistema legal, con imparcialidad y respeto a los derechos humanos, Estados Unidos ha permitido que los autores intelectuales y financiadores de estos atentados terroristas vivan libres y sin castigo en Miami. Asesinos como Luis Posada Carriles, responsable de numerosos de estos actos contra Cuba, falleció sin ser juzgado por sus crímenes. Otros promotores del terrorismo contra la Isla continúan disfrutando de impunidad en territorio estadounidense».
«La liberación de Cruz León hoy es un ejemplo de la justeza del sistema legal cubano, que aplica las leyes de manera imparcial y coherente. Sin embargo, es necesario que la comunidad internacional exija responsabilidades a quienes promueven y financian acciones terroristas. La memoria de las víctimas de los atentados en hoteles de Cuba, en 1997, como el joven italiano Fabio Di Celmo, nunca debe ser olvidada», subrayó el medio.
Es evidente la doble moral de ee. uu., que mantiene a Cuba en una injusta lista de Estados patrocinadores del terrorismo, mientras su propio país protege a los responsables de este tipo de actos contra la Mayor de las Antillas.
¿QUÉ PASÓ EN 1997?
El 4 de septiembre de 1997, Cruz León, desde un baño del hotel Copacabana, activó una potente bomba que deslizó dentro de un cenicero. Ese mismo día, el mercenario depositó otros dos explosivos, uno en el Chateau-Miramar y otro en el Neptuno-Tritón. En este último, un adolescente y una niña, tras su salida del hotel, ayudaron a encontrar el dispositivo. Se dio la alarma, y el local fue desalojado.
Sin embargo, como consecuencia de las tres explosiones, en las otras dos instalaciones turísticas se reportaron 11 heridos, algunos de gravedad, y la muerte del joven turista italiano. Fueron cuantiosos, además, los daños materiales para el sector turístico.
Durante el juicio, efectuado en 1999, se probó que Cruz León fue enviado a la Isla, con fines terroristas, por la FNCA y Luis Posada Carriles, quienes dirigían la red organizada y financiada en ee. uu., que se estructuró en Centroamérica. El propio Posada aceptó, ante medios de prensa estadounidenses, ser responsable de «cualquier hecho dentro del territorio cubano en contra del régimen de La Habana».
Dijo, además, que «es triste que alguien haya muerto, ese italiano estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado», respondió a The New York Times, al tiempo que aseguró dormir «como un bebé», aun con esa muerte sobre su conciencia.
Añadir nuevo comentario