Crianza Respetuosa: amor y enseñanzas
especiales

En el Día de la Psicología cubana, Juventud Rebelde conversa con la Doctora en Ciencias Psicológicas Roxanne Castellanos Cabrera, coordinadora de un importante proyecto, Crianza Respetuosa, que ya cumple su primer lustro a favor del bienestar de niños y adolescentes, sus familias y la sociedad toda.
La Doctora en Ciencias Psicológicas recordó que los primeros antecedentes del proyecto comenzaron a publicarse, de manera sistemática, en la página institucional de Facebook del Centro de Estudios de Bienestar Psicológico de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana, dirigidos a ampliar la cultura de los padres, ya que la mayoría de los problemas no tenían que ver con trastornos mentales, sino con dificultades en la crianza.
Luego, en marzo de 2020, con el aislamiento que supuso la llegada de la pandemia de la COVID-19, se crearon los psicogrupos de WhatsApp para dar apoyo a las familias en medio de una situación sin precedentes que tenía fuera de todas sus dinámicas de desarrollo a infantes y adolescentes, expresó al periódico Juventud Rebelde.
Explica Roxanne que en febrero de 2021 se mudaron a Telegram con el propósito de aprovechar los beneficios de esa plataforma. «Ya en ese entonces, las familias tenían el control de la situación del confinamiento y nos pedían que mantuviéramos el apoyo para la crianza en general».
Y así fue como se asumió definitivamente el nombre: Crianza Respetuosa, un proyecto especializado en el desarrollo de las competencias parentales y el apoyo psicológico a los cuidadores a través de las redes sociales (Facebook, WhatsApp, Telegram, Instagram), con cinco años ya de una labor permanente que mucho se agradece.
La Profesora Titular de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana refiere que se trata de un concepto que se nutre de diferentes ciencias sociales, en especial de la `psicología y del tratamiento al infante como sujeto de derechos, según la Convención sobre los Derechos del Niño, y que establece una filosofía y metodología para la relación entre padres e hijos.
Estas son extensivas a todos los cuidadores, sin ningún tipo de violencia, con mucha conexión, empatía, respeto y afecto, de modo que se facilita que los niños aprendan no solo a obedecer, sino que crezcan con mayor bienestar, y que la crianza sea más disfrutable para todos los implicados.
«Es válido destacar que esta nueva concepción convoca a desmontar ese sistema tradicional en el que fuimos criadas las generaciones actuales de padres, sustentado básicamente en relaciones verticales, sin explicar casi nada, poca escucha y escasa participación de los hijos, con predominio del autoritarismo, el mandato a la obediencia sin ningún cuestionamiento, la naturalización del castigo físico para disciplinar, y la negación de la expresión emocional si se mostraba enojo o tristeza ante el regaño».
Existen muchos adultos que piensan de este modo, que cargan con experiencias traumáticas, maltratos y desatenciones emocionales que vienen desde la infancia y que hoy obstruyen la posibilidad de poder establecer relaciones saludables con los hijos, la pareja y de ser realmente felices.
«Cuando criamos con respeto, no puede haber temor a atender y escuchar a los niños y darles participación en su educación, porque así se enseña mejor», opina Castellanos Cabrera.
Considera que los padres tienen la autoridad. Las normas y límites siguen siendo fundamentales, en función de la edad del niño, sin violentar sus necesidades ni sus posibilidades de comprender.
Entendemos que las emociones son la primera forma de expresión del ser humano y que resultan muy necesarias. Por eso, cuando un pequeño se enfada o se entristece debemos validar lo que está sintiendo y, al mismo tiempo, lo enseñamos a regular esas emociones, expresa.
Nunca quien más quiere a un niño debe educarlo con violencia, porque, entonces, está enseñando que el amor viene acompañado de maltrato. Además, el cerebro infantil se desorganiza y aprende menos cuando se siente amenazado y con miedo, asegura.
La crianza respetuosa asume que todos los seres humanos están en un proceso de aprendizaje, y que los niños son más propensos a equivocarse porque están en pleno proceso de madurez. Por ello, no podemos entender como indisciplinas o “malas conductas” sus comportamientos naturales, pues ellos no nos están retando ni lo hacen intencionalmente para molestarnos. estima.
Afirma que todos los que integran el proyecto Crianza Respetuosa están convencidos de que la Psicología es una profesión profundamente humanista. Y, como Martí, creemos en el mejoramiento humano y en la utilidad de la virtud.
Añadir nuevo comentario