Barbarie a paso de elefante
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Foto: tomada de portals.iucn.org
En Nigeria, cuya rica biodiversidad alguna vez incluyó una abundante población de elefantes, ahora esos paquidermos enfrentan una crisis dramática.
Esa nación se cuenta entre los 37 países africanos donde viven elefantes en estado salvaje de acuerdo con la revista Down to Earth. Los elefantes de sabana (Loxodonta africana) radican al norte y los elefantes de bosque (Loxodonta cyclotis), al sur.
De estas dos especies de elefante africano, el primero es más grande, tiene colmillos curvos y recorre las llanuras abiertas del África subsahariana. El elefante de bosque tiene un tamaño más pequeño, es de color oscuro y de colmillos rectos, vive en los bosques ecuatoriales de África Central y Occidental.
Pero la degradación del hábitat de esos grandes animales debido a la tala de árboles y actividades agrícolas, también la caza furtiva, y otras causas asociadas todas al actuar humano, incluyendo el mercado negro para la comercialización del marfil, han puesto en Nigeria al borde de la desaparición a esta especie.
El orgullo que muestra el cazador solo debería promover vergüenza y evidencia la estatura ética de algunos humanos. Foto: tomada de lavanguardia.com
Tanto es así que el Informe del Estudio del Elefante Africano consideraba en 2018 que sólo quedaban 94 elefantes en el país. Aunque en 2021estimaban que podría haber unos 400 elefantes en zonas no estudiadas.
Hacía más de una década, refiere la investigación publicada en Down to Earth, que no se hacían estudios sobre elefantes en el sur de Nigeria, y sus avistamientos son cada vez más raros, a la vez que, en particular los llamados elefantes del bosque, están clasificados como En Peligro Crítico por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
No hay precisiones exactas en cuanto a estadísticas, pero el número y la distribución de los elefantes en Nigeria han disminuido considerablemente con el paso del tiempo. Hoy, se han perdido definitivamente algunas poblaciones de elefantes; otras, radican de manera fragmentada en grupos poco numerosos y en áreas también pequeñas.
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Ecológicamente, estos voluminosos mamíferos son una especie clave con un impacto tan grande como ellos en el ecosistema y su pérdida podría tener un serio impacto en el medio ambiente, además de constituir íconos del continente africano.
A lo anterior se añade el triste modo en que los propios elefantes asumen la pérdida de uno de los suyos. Lo constató un reciente estudio que expone cómo esos animales, altamente sociales que viven en manadas matriarcales, despliegan todo un rito funerario, en particular cuando se trata de una cría.
Enterramiento de un pequeño elefante por su manada, al norte de Bengala, India. Foto: tomada de grupomarmor.com.mx
Sosteniéndolos por el tronco y las patas, los trasladan hasta el lugar que eligen para el enterramiento, y luego de sepultado lanzan estentóreos bramidos a modo de llanto.
La situación que hoy se constata en Nigeria con los elefantes es solo la punta del iceberg, muchos otros son los dramas, algunos de inmensa envergadura, que vivimos en este planeta. Este lamentable caso es una muestra más de cómo entre los humanos la barbarie se hace sitio donde la bondad y el respeto a ese todo del que somos parte debería abrirse camino a paso de elefante.
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