Amigos de alquiler: un gemido de la soledad

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Amigos de alquiler: un gemido de la soledad
Fecha de publicación: 
2 Mayo 2025
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Imagen principal: 

Imagen: tomada de  moneymint.com

La soledad parece haberse convertido en una epidemia. Según la OMS , uno de cada cuatro adultos mayores sufre por aislamiento social, entre un 5% y un 15% de los adolescentes han experimentado soledad en algún momento; y, aunque es muy difícil contabilizar sentimientos, algunos estimados hablan de más de mil millones de personas que en todo el mundo experimentan soledad de manera frecuente o severa.

No es asunto exclusivo de personas mayores. De los adolescentes, por ejemplo, entre un 5% y un 15% han experimentado la soledad, aunque, la OMS considera que estas cifras podrían ser mayores.


Foto: tomada de elperiodico.com

Y un estudio de la Universidad Brigham Young (BYU) asegura que su impacto puede equipararse al del tabaquismo o la obesidad.

Pero, además de constituir un mal para la salud personal y colectiva, la soledad es también un gran negocio en algunos casos.

Así lo evidencia el creciente y jugoso negocio que pudiera resumirse bajo el nombre genérico de “Amigos de Alquiler”. Se extiende con diferentes rótulos por las más diferentes geografías y consiste en pagar por la compañía de una persona para conversar un rato, pasear o asistir a algún evento social como fiestas, almuerzos…

 


Foto: tomada de family-romance.com

En Japón, por ejemplo, donde el pasado año cerca de 68 000 personas murieron solas y su fallecimiento pasó inadvertido para todos, existen servicios como el Family Romance, que proporciona actores para simular desde parientes hasta parejas platónicas y cobran entre 5 000 y 10 000 yuanes por hora.

La de ese país asiático es una práctica nacida en los años 90, pero se ha incrementado asombrosamente en este 2025, asociada al aumento de personas sin red familiar cercana.

En Australia, donde un tercio de la población se siente en soledad,  han proliferado servicios de friendship-for-hire. Son plataformas locales que igual ofrecen amigos de alquiler y su compañía la cobran a más de 20 dólares la hora.

 


Imagen: tomada de alquifriend.com

Del otro lado del mundo, en EE.UU., un estudio encargado el año pasado por la American Psychiatric Association reveló que el 30 % de los adultos se sienten solos al menos una vez por semana, mientras que al 10 % los aqueja a diario la soledad. a diario; y entre jóvenes de 18-34 años, la cantidad de los que se sienten solos con frecuencia se eleva a un 30 %.

En consecuencia, han surgido aplicaciones como “FriendRent” (lanzada en octubre de 2024), que permiten “alquilar” un amigo para tomar un café, pasear por el parque, asistir a bodas o “tener a alguien con quien desahogarse”, cobrando ese servicio entre 15 y 25 dólares la hora.

El creador del canal Youtube Economic Circuit, John Lanerborg, tiene muy claro el gran negocio que par algunos puede ser la soledad mientras otros la sufren. Tanto es así que asegura que “La soledad es un mercado enorme que podría superar los 500.000 millones de dólares para 2030, dependiendo del crecimiento de la IA”.


Foto ilustrativa: tomada de ekuantia.es

Un espejo del presente

Con independencia de la astucia que guió al primero en identificar la soledad como un nicho para el mercado, y explotarlo exitosamente, este fenómeno es un reflejo de profundas tensiones que marcan este presente y habla de los signos que hoy marcan la condición humana.

Sucede que los últimos reductos de la intimidad y la individualidad están siendo invadidos por una lógica neoliberal cuya máxima es solo vender.

Ello, a la par que los nativos digitales, las jóvenes generaciones, demandan “servicios emocionales” externos para suplir sus habilidades sociales erosionadas por tanta pantalla.

De todos modos, no puede olvidarse que el confinamiento impuesto por la pandemia de COVID-19 igual ha dejado secuelas imperecederas, que han impactado en las relaciones sociales a partir de aquel obligatorio reemplazo digital por el presencial.


Foto: tomada de telos.fundaciontelefonica.com

Y a lo anterior se añade que, a nivel mundial y como tendencia, el urbanismo contemporáneo con sus grandes ciudades y edificios inteligentes no propicia la socialización ni las redes de apoyo, y sí el anonimato, entonces se añade una pieza más al rompecabezas de la soledad como mercado.

Pareciera que la llamada “modernidad líquida”, en la que parecen disolverse lazos familiares, compromisos duraderos e incluso identidades, anda concretándose también en estos “Amigos a la carta” con los que hoy se pretende compensar la fragilidad de las relaciones humanas.


Imagen: tomada de depositphotos.com

La falta de real interconexión entre personas que, como tendencia y sobre todo en países desarrollados, asola a la humanidad, igual parece vincularse a ese individualismo exacerbado que igual estimula la modernidad con tanta competencia.

Insisten en premiar a individuos autónomos y competitivo, desdibujando la noción de comunidad. Bajo tal óptica, confiar en organizaciones comunitarias o redes informales de apoyo  es visto como anacrónico; en lugar de pedir o agradecer, mejor comprar lo que se necesita, incluyendo la amistad y la compañía.

Es así que la ansiedad y la depresión se levantan como epidemias silenciosas -e intencionalmente silenciadas por algunos- que empujan a soluciones rápidas: mejor solucionarlo todo con la tarjeta de crédito.

La soledad como activo de mercado

En otros tiempos de la humanidad eran privilegiadas las relaciones interpersonales, cuya ética se asentaba en los valores comunitarios y la tradición familiar y era sustentada en la confianza y el respeto mutuo.

Hoy, el mercado, con su énfasis en el consumo, la competencia y el individualismo, ha impactado en la dinámica de esas relaciones, implantando –como un maldito chip- la premisa de tanto tienes, tanto vales también para tener amigos… aunque sean de mentirita.


Foto: tomada de msn.com

A lo largo de la historia, las comunidades han sabido organizarse sin precios de por medio: para brindar ayudas y auxilios, en redes de trueque, voluntariados… La pregunta es si podemos revivir y adaptar esas prácticas en este entorno hiperconectado y competitivo desde el convencimiento de que hay bienes relacionales que no deberían depender del mercado.


Foto: tomada de blogs.usil.edu.pe

Estremece la paradoja de que  la misma tecnología que prometió unirnos globalmente, ahora  nos deja, a menudo, más solos.

 


Foto: tomada de Getty Images

Pero es una contradicción con dos lecturas: por un lado, revela una soledad sistémica; pero, a la vez, subraya el deseo innato y vital de compañía. Recuerda que, más allá de algoritmos y aplicaciones, la humanidad anhela la autenticidad del encuentro.

 


Foto: Shutterstock

Quizá el reto no esté en borrar de un plumazo a los “amigos de alquiler”, sino en repensar economías, modos de vida, trabajos, ciudades y paradigmas, para que  los acompañamientos, las amistades, no sean aquellas que se facturan por hora, sino nos las que nos hacen más humanos.

 

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