Amado Nervo, de aquel amor eterno

El poema El día que me quieras del mexicano Amado Nervo ha gozado de popularidad entre el público y notables declamadores en países de habla hispana aún lo incluyen en sus recitales. También fue llevado al pentagrama lo que contribuyó a su mayor divulgación. El argentino Carlos Gardel fue uno de los que lo sumó a su repertorio.

El día que me quieras tendrá más luz que junio
la noche que me quieras será de plenilunio,
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo
sus inefables cosas,
y habrá  juntas más rosas
que en todo el mes de mayo.

Las fuentes cristalinas
irán por las laderas
saltando cristalinas
el día que me quieras.

El día que me quieras, los sotos escondidos
resonarán arpegios nunca jamás oídos.
Éxtasis de tus ojos, todas las primaveras
que hubo y habrá en el mundo serán cuando me quieras.

Cogidos de las manos, cual rubias hermanitas,
luciendo golas cándidas, van las margaritas
por montes y praderas,
delante de tus pasos, el día que me quieras…
Y si deshojas una, te dirá su  inocente
postrer  pétalo blanco: !Apasionadamente!
Al reventar el alba del día que me quieras,
tendrán todos los tréboles cuatro hojas agoreras,
y en el estanque, nido de gérmenes ignotos,
florecerán las míticas corolas de los lotos.

El día que me quieras será cada celaje
ala maravillosa; cada arrebol miraje
de “Las mil y una noche”, cada brisa un cantar,
cada árbol una lira, cada monte un altar.
 
El día que me quieras, para nosotros dos
cabrá en un solo beso la beatitud de Dios.

Amado Nervo, notable representante de la literatura modernista latinoamericana, gozó en su tiempo  del favor de la crítica y el público. Nacido el 27 de agosto de 1870, en Jalisco, México, Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo fue poeta, periodista, educador. En sus inicios, la vocación religiosa se manifestó en el vehemente deseo de abrazar el sacerdocio, y hasta estudió durante un año Teología, aunque luego abandonó aquel interés.

En su biografía se inscriben dos sucesos familiares que cambiaron su derrotero: el suicido de su queridísimo hermano Luis y la muerte de su esposa Ana Cecilia Luisa Daillez, con la que tuvo un feliz matrimonio de 11 años.

Nervo trabajó como abogado y cultivó el periodismo. Plasmó sus artículos en El correo de la tarde, El Universal, El Nacional y El Mundo. Como corresponsal de El Imparcial viajó a París en ocasión de la Exposición Internacional. Afianzaría su popularidad con la publicación de la novela El Bachiller.

Cuando retornó a México, ejerció como maestro en la Escuela Nacional Preparatoria. Posteriormente pasó al servicio diplomático y fue nombrado Segundo Secretario en la Legación de México y España. Asimismo ocupó el cargo de Ministro Plenipotenciario de Argentina y Uruguay.

Escribió cuentos, ensayos y obras de teatro. Libros: Poemas, El éxodo y las flores del camino, Lira heroica, Las voces y Jardines interiores. Su intensa vida se apagó el 24 de mayo de 1919 en Montevideo, Uruguay. De Nervo se filmó en  1945 la película La amada inmóvil, dirigida por Luis Bayón Herrera.