Hay algo en Milaymis de la Caridad Marín (76 kg) que me hace establecer un paralelo con Mijaín López. Recuerdo que después de Sydney 2000, justamente cuando el mija tenía 18 abriles, comenzó a realizar sparrings en el Cerro pelado con el legendario Héctro Milian y este decía: “ojo con ese muchacho, tiene un agarre que quema y no suelta”.

Pues también con 18 abriles, la capitalina que inició en la lucha a los 12 al parecer no quiere desprenderse del primer lugar. A su cetro en los III Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires adicionó la condición de primera fémina antillana en lograr un oro en Mundiales Juveniles, al imponerse con cinco salidas, 25 puntos a favor, solo nueve en contra y una pegada, como parte de su rendimiento en Tallin, Estonia.

Fue el organigrama de Milaymis un poco más cruento que el de la taipeiana Hui Tsz Chang, su oponente en la final, pues tuvo que desarrollar un pleito más en fase de clasificación. La capitalina abrió su senda dorada con 5-1 sobre la japonesa Yasuha Matsuyuki.

Luego caerían por su orden la india Karuna Karuna por pegada, la uzbeka Mukhlisa Normuminova (6-2), a la china Qian Jiang (4-0) en semifinales, y a la mencionada taipeiana Hui Tsz Chang (10-6) en la definición, cruento duelo en el que estuvo debajo 5-6 a falta de 35 segundos del epílogo.

Para la lucha femenina cubana, que inició su práctica oficial meses antes de los juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena de Indias 2006 con algunas muchachas enrocadas desde el judo, este resultado se suma al hecho de contar con una medallista universal entre mayores (Lianna de la Caridad Montero-bronce), y a una campeona del orbe entre sub 23 (Yudaris Sánchez), muestra de que ciertamente el transitar por la pirámide desde las categorías escolares de manera constante, aporta notorios dividendos.

En Estonia, la pequeña delegación cubana va logrando una elevada eficiencia, pues en el estilo libre Yonger Bastidas capturó la plata de los 97 kg, y el titular de los Juegos Panamericanos de Lima, Gabriel Rosillo (97-greco) había asegurado su presencia en la final al momento de redactar estas líneas.

A continuación reproducimos una plática que sostuvimos en nuestro portal CubaSí con Milaymis, cuando su estela dorada no exhibía semejante contundencia aún:

Milaymis: “Considero que desde que entré al equipo nacional mi desarrollo ha sido bastante acelerado. Se lo agradezco al profe Iván Fundora, y al resto del colectivo técnico de la lucha femenina, siempre pendientes de cada detalle en nuestro aprendizaje.

El hecho de entrenar y realizar sparrings con atletas de más experiencia, luchadoras con carretera como Yudari Sánchez y Mabelkis, ha contribuido mucho a mi crecimiento, a mi preparación para los Juegos Olímpicos de la juventud en Buenos Aires.

Esa competencia marcó mi despegue. Enfrenté a luchadoras jóvenes pero muy fuertes, como el inicio ante la japonesa. Para combatir con ella realizamos un análisis profundo desde La Habana. Es una atleta rápida, que entra mucho a tackle y el preservar la postura e intentar controlar sus brazos fue fundamental.Sobre esos elementos basamos la estrategia”.

¿Tus inicios?

“Comencé en la práctica de voleibol. Quería seguir los pasos de mi madre, pero mi profesor se fue y por esa razón seguí los consejos del entrenador Junior en Tallapiedra, a los 12 años. En la EIDE trabajé con Monte y Lisandra, y en décimo grado me subieron a la preselección”.

¿Qué define tu sistema de lucha?

“Soy una luchadora joven, pero hasta ahora el tackle es el arma que siempre me ha aportado victorias, efectividad. Lo tengo bastante preciso, tanto a las dos piernas con cabeza por dentro como el lateral. Eso lo complemento con el hecho de que para mi división soy bastante ágil y explosiva”.

¿Ejercicios cruciales dentro de tu preparación física?

“Por lo general el trabajo individual va dirigido a fortalecer todos los planos. En este caso yo tuve que priorizar más los músculos de los hombros con ligas y demás, pues los tenía algo flojos”.

¿Buena decisión cambiarte del voleibol a la lucha?

“Sí, es muy pronto aún, pero puedo decirte que abrí con el pie derecho. Eso me compromete a buscar una medalla o título olímpico de mayores. No puedo defraudar, mucho menos a aquellos que ven en mí potencialidades para convertirme en una estrella de este deporte. Puedo asegurarte que ahora la lucha es mi vida”.