Fue desde el primer momento electrizante, con un soliloquio de Cristiano Ronaldo vs. la Furia Roja, y con mucho morbo adicional, pues el crack luso se midió a coequiperos del Real Madrid y a sempiternos rivales del Barcelona de la Liga Española.

Justo de sus botines salió el primer tanto de los portugueses. Internada fugaz, como esos halos de velocidad a que tiene acostumbrados a muchos, Nacho desprevenido en la zaga le cometió falta, le provocó un penal, y al minuto cuatro ya festejaba su primer tanto del hat trick que signó.

Con esa anotación Cristiano lleva siete penales convertidos de siete lanzados en estos certámenes, e ingresa en el exclusivo club de los jugadores que han marcado en cuatro ediciones distintas junto a Seeler, Pelé y Klose.

España, a su imagen y semejanza y con un elenco profundo a pesar de la renovación de sus filas, solo seis hombres repiten de cuando alzaron el trofeo en Sudáfrica 2010, controló el balón. El toque y buen trato habitual afloraron después del primer cuarto de hora, para cuando lograron superar el desconcierto inicial y comenzar a hacer su fútbol.

Portugal aguardaba cualquier desliz de los españoles para salir en busca de contragolpes fulminantes, apoyados en el alcance ofensivo de Rapahel Guerreiro y Cedric Soares, pero fundamentalmente en el talento casi invaluable de su bujía y capitán: Cristiano, a quien todos los dioses le sonrieron en la tarde de viernes en el Fisht Olympic Stadium. De hecho, su segunda anotación llegó por error casi infantil del meta David De Gea en disparo que prácticamente se antojaba un rolling de frente extrapolándolo a la jerga beisbolera.

Del otro lado también hubo un ariete mata-defensas: el españo-brasileño Diego Costa. Se inventó una jugada en el umbral del área en solitario tras un centro largo, regateó a tres defensas rivales y soltó un derechazo cruzado inalcanzable para Rui Patricio en el 24.
Otro gol de su autoría para volver a rescatar la campal batalla llegaría en el 55.

Casi sin tiempo a reaccionar los comandados de último minuto por Fernando Hierro asestaron otra estocada, una golea redentora del propio Nacho, belleza artística para dejar congelada la Telstar. Ese mismo calificativo tuvo sin dudas el tiro libre de Ronaldo, el que dictó el abrazo al 88 y sentenció la pizarra definitiva.

Ese monólogo lo convirtió en el jugador del partido y lo lanzó a la candidatura por la bota de oro o el mejor jugador de la competición. No cabe duda alguna de que Cristiano está a un nivel superior que el resto de los futbolistas mortales, como también Messi, que tendrá su estreno este sábado frente a Islandia, con una expectativa universal inusitada.

Así irán despunta paradójicamente como puntero del B tras la primera fecha de grupos, aunque tanto España como Portugal deben bajarle los humos cuando se enfrenten.

Factores X:

1- La incalculable capacidad de Cristiano en ataque, imponente, capaz de crear desconcierto y con sobrados recursos definidores como lo demostró sobre el césped.

2- El accionar compacto de España, su entereza para remontar en par de ocasiones, incluso tras un gol tempranero y por ende demostrar que ciertamente junto a los lusos, son de los equipos grandes en esta Copa.

3- El lado flaco derecho de los ibéricos, con poder de fuego reducido tras las limitaciones de despliegue de Nacho, con todo y su hermosa volea.

4- La comunicación de Crisitano y la movilidad de Guerreiro y Cedric, independientemente de que Joao Moutinho y Bernardo Silva no hayan aparecido con solidez, no hizo falta, dame un Cristiano y moveré a Rusia.

5- La fiereza goleadora de Diego Costa, salvador indiscutible del encuentro.