Las raíces africanas de esos instrumentos en la nación caribeña, y las formas únicas en que estas tradiciones se expresan en ritmos y estilos de percusión en otras partes del mundo, fueron el motivo de un desfile que comenzó con la actuación de la Orquesta Miguel Faílde, de la isla antillana. Esa agrupación, una de las propuestas más seguidas dentro del festival Artes de Cuba que se celebra en la institución cultural de Washington DC del 8 de mayo al 3 de junio, regresó este sábado al Escenario Milenio donde ayer reunió a cientos de personas, para hacer bailar nuevamente a grandes y chicos.

Los temas Mambo número 5 y número 8, de Dámaso Pérez Prado; y uno de las canciones más emblemáticas de la música popular cubana, Como traigo la yuca (también conocida como Dile a Catalina), provocaron gran disfrute entre los espectadores, que se dejaron llevar por los contagiosos ritmos.

En esta jornada de sábado, que ha tenido diversas actividades dedicadas a la diversión en familia como una estación para colorear y exposiciones sobre la cultura cubana, la actuación de la Orquesta Faílde estuvo seguida por la llegada al área del Escenario Milenio de la Primera Banda de Marcha Panameña de Maryland.

Tal conjunto irrumpió en la estancia y salió luego hacia la zona exterior del Centro Kennedy, en un desfile seguido por todos los presentes en el lugar, impulsados por el sonido de tambores, platillos, trompetas.

Mientras decenas de personas se movían tras ese grupo en la Terraza del Río, se unieron a la celebración los niños de la Banda de Marcha de Brooklyn United, de Nueva York, quienes sorprendieron a los presentes con su talento para manejar los instrumentos y combinar el sonido con bailes y acrobacias.

Esas actuaciones dejaron el camino listo para la realización esta tarde de otro evento que tendrá a los tambores como protagonistas, bautizado como Batucada para Cuba: de Brooklyn a Brasil, con la presentación de la banda femenina de percusión afrobrasileña Batalá.

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