DE CUBA, SU GENTE: Por su amor conocerás al hombre
especiales
Se llama HIJO DE P..., DES… El resto del nombre de la carpeta es …CARADO INFIEL SINVERGÜENZA, lo que es tan largo, que solo se ve si se pincha el file.
En esta carpeta, Flor Inés lleva el itinerario de su novio de los últimos meses. Más o menos desde que ella sintió que él empezó a engañarla.
Esta madrugada, cuando sonó mi móvil, yo sabía que era ella. Me pidió que fuera URGENTÍSIMO a su casa. Que llamara a un taxi amarillo de los de turismo, que esto era una cuestión de vida o muerte.
En realidad, vivimos a cuatro cuadras la una de la otra y no hay necesidad de un taxi, pero ella es muy histriónica y le gusta imaginarse que está en una persecución del cine negro, modalidad Los caballeros las prefieren rubias.
Cuando abrí la puerta de su casa (tengo llave de su apartamento hace años), Flor Inés me encasquetó una peluca y tortas de maquillaje en las pestañas.
—Para que estés camuflajeada mientras vigilamos —me explicó.
La vigilancia con disfraz me recuerda los libros de Bogomil Rainov. En ellos, Emil Boev, que fue, aunque él nunca lo supo, novio mío, era un agente de la contrainteligencia ucraniana que espiaba a no recuerdo qué enemigo. Emil Boev se refería a las mujeres de una manera muy peculiar: «ciclones con nombres tiernos», les decía.
Flor Inés me lleva a un solar frente a su casa. Entramos sigilosamente y nos sentamos con disimulo frente a un cuarto donde dice ella que está su novio con otra mujer.
—¿Qué vas a hacer cuando se abra la puerta esa? —le pregunto.
—¿Que qué voy a hacer? Tú vas a ver lo que yo voy a hacer con ese hijo de p..., descarado, infiel y sinvergüenza.
Me pongo a recordar —no puedo evitarlo— el inicio de la relación de Flor Inés con su novio.
Oh, los principios.
Vi como cada uno hacía su mejor esfuerzo para agradar al otro. Flor Inés no tenía entonces ninguna carpeta con adjetivos de dudosa procedencia en el escritorio de su laptop.
Los principios siempre son lindos. A veces, la gente hasta se propone ser una versión mejorada de sí mismos. Lo único que cuenta en los principios es la boca del otro, las manos del otro. Los principios son salvadores.
Después, con el tiempo, algo pasa. Y no lo sé por experiencia propia, porque nunca he tenido una relación larga con alguien que no fuera un personaje de un libro de Bogomil Rainov. Pero veo a los demás.
Con el tiempo, nace cierta podredumbre. O quizás siempre estuvo ahí y solo emerge. Se intenta entonces echar a un lado; se limpian una y otra vez las manos, si la podredumbre llegara sin querer a tocarse… y termina echándose el uno al otro la culpa de que el amor yazga inerte entre los brazos.
Es una ceremonia repetida ad infinitum.
Flor Inés se levanta y empieza a chancletear, impaciente, frente a la puerta tras la cual, dice ella, está su novio con otra. Yo también me levanto. Sin mirarla, sin darle ningún tipo de explicaciones, salgo del solar.
Siento la mirada atónita de Flor Inés en mi espalda. Escucho sus improperios al novio y a mí. Como se queja de la traición de todos hacia ella.
No sé por qué no me viro y le explico a dónde voy. En mi cabeza solo hay una frase que se repite. Me concentro mucho en tratar de entender su sentido:
Es vano el viento y cuando haya dado muchas vueltas, te volverá a la tierra.
Llego a la casa de Flor Inés y la abro. Voy a su cuarto, me detengo frente a su laptop. Está encendida; sobre el escritorio, la carpeta de nombre HIJO DE P..., DES… La marco y sale el nombre completo. Entonces presiono DELETE.
Diana Castaños (La Habana, 1986). Licenciada en Periodismo. Graduada del Centro de Promoción Literaria Onelio Jorge Cardoso. Escritora de guiones infantiles para radio. Premio de Periodismo 26 de Julio en 2008. Ha obtenido el Premio Calendario 2016 por No hay tiempo para festejos, el Premio Memoria 2016 por Lo blanco más allá de la luz y el Premio Pinos Nuevos 2016 por Josefina. Es miembro de la AHS.
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