Nivaldo Díaz al descubierto y con los pies en la arena

Uno es la potencia personificada, todo ese temperamento del cubano desafiante en una amalgama de saltos, remates, sol, arena… energía. El otro, más pausado, reflexivo y analítico, con una envidiable capacidad de respuesta y positivismo para sortear cualquier situación, a tono con los años de experiencia y los embates acumulados en su viaje de vida.

Hablamos de la dupla de voleibol de playa integrada por Nivaldo Díaz y Sergio González, quintos en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, aún con la imagen de gratitud fresca en los corazones de muchos, y quienes debutarán en Xiamen, China (parada tres estrellas y sexta de la presente campaña), como parte de su segunda incursión en el World Tour de la disciplina.

Luego, intentarán registrar su marca en Turquía (3-E), del 2 al 6 de mayo; Suiza (3-E) del 9 al 13; y Brasil (4-E) del 17 al 21 de mayo. Con posterioridad pugnarán en las rondas de 4 Estrellas en Ostrava, República Checa, del 20 al 24 de mayo; Varsovia, Polonia, del 27 de junio al primero de julio; y en Esphino, Portugal, del 4 al 8 de julio.  

A propósito del exigente certamen, los nuestros aparecen situados en el escaño 24 del ranking mundial con 2 120 puntos, escalafón para el cual se toman en cuenta los ocho mejores resultados comprendidos en los últimos 365 días.

Perfilando posibles adversarios de cara a Barranquilla 2018, los mexicanos Juan Virgen-Lombardo Ontiveros se ubican en el puesto 15 (acumulan 2 920 unidades) con acción en algunas de las paradas de la presente temporada.
CubaSí, tuvo la oportunidad de dialogar con Nivaldo (24 de marzo de 1994) sobre su carrera, inserción en la élite, y otros “demonios”.

¿Qué dejó el año 2017?

“Lo primero, experiencias. Tanto positivas como negativas. La posibilidad de competir al más alto nivel, durante semanas consecutivas, sintiendo el rigor del Tour Mundial, el cual repetiremos a partir de la semana próxima. Esos fueron buenos puntos para modelar rendimientos, perfeccionar sistemas de juego y visualizar los de los oponentes, adaptarnos a horarios, climas, imprevistos en cada competencia.

También descubrir qué tenemos realmente como parejas y ver cuántas cosas hay que cambiar aún, a raíz de lo vivido igualmente en la Copa del Mundo. Los rendimientos fueron estables, pero nos percatamos de que necesitamos elevar un poco más los niveles de esfuerzo y trabajo.”

¿Específicamente la Copa del Mundo?

“Fue un certamen bien fuerte. En mi valoración tuvimos dos partidos de mayor exigencia: frente a Brasil en la fase de grupos, y luego ante los holandeses Varenhorst-Van Garderen  (0-2 definido con tanteadores de 15-21, 20-22), quienes nos eliminaron en el pase a cuartos de final. Ante ellos cometimos algunos errores en ataque y recibo, se plantaron muy bien y presentamos desconcentración al inicio del partido que nos pasó factura. Tenemos que acostumbrarnos a la idea de que cada choque o contrario no nos dará margen a pestañear”.

¿Dónde consideras que se concentran las virtudes de Sergio y tuyas como pareja?

“Nuestras principales potencialidades siempre han sido la fuerza, la resistencia, las capacidades físicas, algo que es clave en el accionar de los cubanos. Con el tiempo y el análisis de jugadores de otro nivel se aprende a ser profesional y creces. Entonces comprendes qué necesitas. Con el elemento físico bien sólido, tratamos de llevar a la par la parte técnica, la concentración, el plan táctico.

Los cierres de set se incluyen en ese componente psicológico. Son los momentos de partido en los que necesitamos estar más calmados, ver cómo se manifiesta tu oponente y estar al tanto de cualquier detalle que demuestre su cansancio o debilidad.  

En ocasiones obviamos cosas básicas. Los grandes jugadores no tienen brechas y dominan todo lo básico casi a la perfección”.

En tu caso particular y por tu elevada estatura (2.02 metros), ¿son el ataque y el trabajo de bloqueo en la net tus principales armas?

“Sí. Digamos que esos dos renglones de juego se me dan bastante bien. He tenido la oportunidad de enfrentar a varios de los mejores bloqueadores del mundo y en la mayoría de las ocasiones he sacado ventaja frente a ellos. Me he vuelto un jugador incómodo, efectivo en ataque, y siempre pienso en mi versión ofensiva como esa que no puede fallarme”.

Defensa de campo, ¿asignatura pendiente?

“Hay ocasiones en las que exhibo buena defensa, pero la mayoría de las veces siento que no defiendo al máximo nivel posible. Debo trabajar bastante sobre ese renglón para poder sentirme a tono con lo que me exijan los rivales. No podemos llegar más lejos si no aporto lo suficiente en ese sentido”.

La química con Sergio dentro y fuera de cancha

“Nuestra principal comunicación es dentro de la cancha. Sergio es una persona bastante decidida, con una energía positiva que te invita a dar el máximo. Eso es fundamental, la actitud con que encara y da en cada partido, sin temor a cometer errores, cansarte. Lograr eso lleva trabajo de coordinación, de equipo, sincronización táctica y el espacio por cubrir cada uno en cancha. Eso se va consolidando en el día a día sobre la cancha, en la arena”.

Irrumpen quintos en los olímpicos de Río, fuera de pronóstico. ¿Ese rendimiento les cambió la vida? ¿Qué actitud asumen desde entonces respecto a la alta competición?

“El simple hecho de participar en unos Juegos Olímpicos le cambia la vida a cualquier atleta. Llegamos preparados, con la sensación de que las cosas podían salir bien. El nivel que demostramos en ese torneo superó incluso nuestras expectativas.

Después de esa derrota, en un partido con posibilidades reales de triunfo, es la mejor lección de aprendizaje que se puede recibir. El cambio fue bastante violento. De ser un equipo al cual nadie o muy pocos veían con posibilidades, a convertirte en una de las grandes parejas del evento, eso choca y entristece.

¿Las duplas más incómodas de las enfrentadas?

“Hasta este minuto las parejas rusas. Quizás hombre a hombre estemos parejos o incluso tengamos ligeras ventajas, pero ellos tienen una estrategia de juego que ejecutan muy bien y es lo que ha estado marcando la diferencia en cada partido. Con los otros se gana y se pierde. El sistema de juego de Brasil, pese a ser considerados los mejores, es similar al nuestro, latinos basados en la potencia fundamentalmente, ataque y servicio fuerte”...

¿Siempre voleibolista de playa?

“Siempre, no tuve la oportunidad de incursionar en el voly de sala y desde que me inicié a los 13-14 años en el Círculo Social Gerardo Abreu Fontán del municipio de Playa, lo hice en esta modalidad. Ahí estuve dos años, subí a la preselección nacional juvenil y en el 2011 me dieron la posibilidad de entrenar en calidad de invitado con el equipo nacional y al parecer lo hice bien, que no defraudé y acá estoy.

Corrí con bastante suerte, pues llegué y en ese momento la mayoría de los jugadores establecidos, por una razón u otra decidieron abandonar la selección. Ese fue mi momento, sin descanso, concentrado. También fue provechoso para  Sergio, Karel, Daisel. Estar en un momento nosotros cuatro únicamente nos dio más capacidad de trabajo, más partidos, contribuyó a nuestro desarrollo acelerado”.

Desarrollo. Justo ese vocablo necesitan tener a flor de piel Nivaldo y Sergio en su búsqueda constante de la maestría. Tokio está a menos de dos años de camino y estoy convencido de que para ellos superar el quinto escaño de Río será prácticamente una necesidad.