Remo y canotaje en el 2017: Dos Nautilus marcaron la ruta (+ Video)

Remo y canotaje en el 2017: Dos Nautilus marcaron la ruta (+ Video)
Fecha de publicación: 
2 Enero 2018
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Año 2017, comienzo de un nuevo ciclo olímpico. Cuatro años que serán de puro batallar y entrega en busca de una quimera exclusiva de pocos: llegar al podio olímpico en Tokio 2020. Si en muchos deportes renovación ha sido palabra de orden, el remo y el canotaje se sostienen gracias al bregar de dos experimentados Master and Commanders que, cual Nautilus, mantuvieron a sus embarcaciones en el foco de atención de todos, con rendimientos de primer nivel en Mundiales y Copas del Mundo, válidos para continuar apostando por ellos.

Hablamos del remero Ángel Fournier (nacido el 31 de diciembre de 1987, con 1.98 metros de estatura y 100 kg de peso); y el canoísta Serguey Torres (20 de enero de 1987, mide 1.75 metros y pesa 74 kg), quiénes desde hace buen tiempo se erigen como portaestandartes de ambas disciplinas a cualquier nivel.

Además de tener en común la edad, ambos anhelan con unas ansias endemoniadas escalar el esquivo podio olímpico. Con tres comparecencias cada uno en citas bajo los cinco aros, por una u otra cuestión acariciar una presea se les ha hecho imposible hasta este minuto.

Toca el turno de adentrarnos en su 2017 exitoso, pues tanto Fournier como Torres y su coequipero Fernando Jorge Dayán, merecieron estar entre la decena de mejores exponentes del músculo en nuestro país. Fournier sí clasificó entre los agraciados, en cambio Torres y Dayán recibieron menciones.

La constancia se escribe con los remos de Fournier

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Los especialistas lo catalogan como uno de los remeros más fuertes y estables desde hace más de un lustro. Los dioses del Olimpo deportivo no lo han tocado con su varita aún. Recordemos que su primera presencia en magnas citas fue en Beijing 2008, cuando integró Fournier aquella tripulación del cuatro par peso abierto que se ubicó en definitiva sexta de la Final-B.

Pero en el alma del ídolo de Caimanera estaba el convertirse en un singlista temible. De hecho, había lanzado la clarinada sobre sus intenciones en el lejano agosto del 2005, cuando ancló sexto de la definición A en el Mundial juvenil de Brandemburgo, Alemania. Su crono de entonces fue de 7:40.950minutos y el rey resultó ser el el serbio Milan Uznovic (7:13.550).

Mucho ha llovido desde entonces y Fournier, además de adquirir maestría deportiva en cuanto a técnica, administración de fuerzas y estudio de los rivales más rocosos en cada regata, atesora tres preseas en Mundiales absolutos y disímiles en los circuitos de Copas del Mundo.

El 2017 no constituyó una excepción en ese sentido. Durante buena parte de la temporada entabló una batalla campal con el neozelandés Robert Manson, (recordemos antes una pesadilla de esa nación de nombre Mahe Drysdale), hasta que en la cita del orbe sacó a relucir todo su arsenal.

Para llegar a Sarasota en la mejor forma posible, el discípulo de Yoan de Paula abrió con bronce en el Mundial de remo-ergómetro que tradicionalmente acoge la Agganis Arena de la Universidad estadounidense de Boston. Fournier ya había saboreado el oro con anterioridad en ese escenario, pero a su crono de 5:49.00 minutos se antepusieron esta vez los del polaco Bartosz Zablocki (5:45.600) y el de Pavel Shurmel (5:47.800).

Cabe explicar que el ergómetro o remo-ergómetro es una máquina para realizar una simulación de la acción de remar, con propósito de realizar ejercicio o entrenamiento no solo en esta disciplina deportiva. La misma cuenta con una pantalla digital que evalúa o mide varias capacidades mientras se rema. Tanta popularidad ha ganado que desde el 1995 en la Arena Agganis se organian competencias internacionales.

Le tocaría entonces verle las espaldas en dos paradas del circuito de Copas del orbe a Manson: en el segundo segmento de Poznan, Polonia, Founier registró respetables 6:38.670, pero Manson se impuso con 6:30.740 que clasificaron como el mejor tiempo de la historia. Luego en Lucerna, como calco se repitió la historia. El margen en esta oportunidad fue de 6:49.080 por 6:52.940 favorables al de la tierra del Kiwi.

La redención para Fournier llegaría en aguas norteñas, en la justa universal de Sarasota. Allí estuvo a brazo partido luchando con el checo Ondrej Synek, quien se le despegó en los 500 metros finales y antojársele nuevamente la piedra en el zapato. ¿El desenlace? Synek (6:40.640) dorado, Fournier (6:43.490) plata, y Manson (6:52.480) quinto luego de explotarse tras cubrir los primeros mil metros de regata.

Tiempos, puestos de privilegio, tercera medalla en Campeonatos Mundiales, argumentos más que sólidos de nuestro primer “Master and Commander”.

Serguey y Fernando Jorge Dayán: A la usanza de los “peludos”

Si alguien tuvo duda sobre el empuje del binomio Serguey Torres-Fernando Jorge Dayán, de seguro a lo largo de estos 12 meses las ha desterrado por completo.

Es pronto para ponerlos al nivel de Ibrahim Rojas y Ledys Frank Balceiro, nuestros legionarios peludos, pero han iniciado el ciclo con rendimientos notorios y pretensiones en consonancia con sus paletadas.

Tal es así que sus 3:30.960 minutos dorados en la Copa del Mundo de Montemor-o-Velho, Portugal, al decir del propio Torres al diario Juventud Rebelde, estuvieron a solo un segundo de los 3:29.60 que constituyen su tope personal, materializado en su cuartel general de la presa La Coronela, además de muy superior a los 3:48.133 que los vieron cruzar la línea de meta en el sexto escaño en aguas de la laguna Rodrigo de Freitas carioca el pasado año en los Olímpicos de Río.

Allí comenzaron a tejer su estela de éxito, pues en los mil metros aventajaron a los ucranianos Dmytro Ianchuk y Taras Mishchuk (3:33.580), terceros bajo la los cinco aros en la Ciudad Maravillosa; y los españoles Mohssine Moutahir-Gonzalo Martín (3:34.205). Además materializaron el uno-dos en el C-1 a 5 000, con cronos respectivos de 22:36.920 minutos (Torres), y 23:14.040 (Dayán), en tanto el anfitrión Rui Lacerna (23:40.440) se agenciaba el bronce.

Eso fue un aperitivo. En el plato fuerte mundialista con una espina clavada de nombre Alemania, Serguey y Fernando aunaron esfuerzos para cruzar la línea de meta plateados en el C-2 a mil metros. Detuvieron los relojes en 3:31.955, apenas una nariz por detrás de los germanos Peter Kretschmer y Yul Oeltze (3:31.613).

Varias veces he visto el video de esa carrera y en mi opinión Serguey y Fernando se confiaron un poco y dejaron de bogar unos metros antes de cruzar la meta, sin ver que por el carril uno los teutones venían a todo tren y se tiraron para pasar su proa con ligera ventaja.

Torres en solitario sacó otra plata del canal en el C-1 a cinco mil metros. Sus 23:37.312 acecharon al fuera de serie bávaro Sebastian Brendel (23:34.796, e igualmente as en el C-1 a mil) pero no le alcanzaron para desplazarlo.

De cualquier manera Serguey, que extendió su botín en certámenes del planeta a cuatro subtítulos y tres bronces, dio otro golpe de constancia a adversarios y escépticos, y enrumba la proa de su canoa junto a Fernando Jorge Dayán hacia Tokio 2020. Ese, de manera incuestionable es nuestro segundo Master and Commander.

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