Plata en Mundial sub-21… ¿Pensando en continuidad alentadora?
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En ese momento no me importaron sobremanera el par de derrotas ante Polonia, ambas por barrida, o la inestabilidad del partido inicial frente a Rusia, únicamente me pregunté si este alentador performance, o la química que demostraron Melgarejo, los Migueles, y compañía sobre el Mondo-Flex, dará para mantenernos con aliento, seguirlos, vitorear sus hazañas en Ligas Mundiales y Juegos Olímpicos… vaya, soñar con continuidad alentadora.
Sí, porque ese ha sido el mayor mal que ha aquejado al deporte de la malla alta antillano desde comienzos del nuevo milenio.
Cuba es una cantera invaluable de talento en el voly, tanto como en el béisbol. Sucede que en uno y otro sexo la búsqueda de horizontes más lucrativos por disímiles vías, ha actuado como estocada mortal y desangrado a casi todos los elencos que en algún momento han logrado cierta estabilidad. Tal es así que se estima que más de 150 jugadores hayan abandonado desde el 2001 a la fecha nuestras preselecciones nacionales.
LA REALIDAD EN SUELO CHECO
Ahora toca el festejo, los análisis y la perspectiva desde un prisma futurista a mediano plazo, pensando en la clasificación olímpica a Tokio 2020, escenario al que estos muchachos plateados y el resto que actualmente milita en nuestra escuadra élite con juventud de sobra, pueden llegar con mucho mayor kilometraje, virtudes acrecentadas, psiquis fuerte y capacidad de respuesta cuando los partidos más lo necesiten, que se traduce en estabilidad y total reinserción en el primer nivel de élite.
En la cita del orbe, los comandados por Nicolás Vives culminaron con balance de cinco victorias y tres derrotas, además de equilibrados 15 sets a favor y en contra. Determinantes en su subtítulo, los triunfos ante Estados Unidos, Irán y luego Rusia con sabor a venganza en semifinales, este último el partido de accionar más estable sobre la cancha, pues pese a los 27 errores no forzados, los nuestros materializaron 52 ataques efectivos, nueve puntos por bloqueo, siete apostando al servicio agresivo y aprovecharon asimismo 23 deslices de los rusos.
Ahora bien, si en comparación con este choque, radiografiamos la batalla final vs. los polacos (tres veces titulares del orbe en esta categoría), encontramos que solo se concretaron 27 puntos por ataque en 58 intentos, para menos del 50 % de efectividad. En la net tampoco el bloqueo hizo los deberes, pues agruparon con efectividad en cinco de 22 oportunidades; mientras el servicio solo consiguió un ace, al tiempo que se cometieron 24 marfiladas, muy bien aprovechadas por los oponentes.
El segundo parcial 10-25 adverso, fue el de la debacle, y en lo adelante costó recuperarse. Con el mal hecho, se despidieron 19-25.
Individualmente, al igual que durante toda la lid, Miguel David Gutiérrez (15 puntos) fue el mejor anotador. De hecho, terminó décimo abrazado con su coequipero y tocayo Miguel Ángel López Castro (97 en ataque, 6 en bloqueo, y 13 por el saque) a 116 unidades, a razón de (90-16-10). Osniel Melgarejo recaló decimosexto con 106 (84-13-9), en relación liderada por el turco Adis Lagumdzija 154 (122-22-10).
El ataque y los porcentajes de eficiencia lo lideró el polaco Bartosz Kwolek 60.61% (de 165-100), indicador en el cual por los nuestros Miguel David fue el mejor posicionado 48.39% (de 186-90) con su puesto 13.
Un puesto en el top-ten, específicamente en la novena plaza, se ganó el central José Israel Massó entre los mejores bloqueadores 0.63de average por set (19 en 66); en tanto Miguel Ángel culminó segundo con su saque como daga: 0.43 aces por parcial (13 en 119) lo avalaron. Como nos suele suceder el recibo devino por enésima ocasión asignatura pendiente, ya que el propio Miguel ángel en su rol de auxiliar fue el mejor ubicado en la posición 18, avalado por 47.65 de eficiencia (86 en 170).
PARA ASPIRAR A TOKIO SE NECESITA
Vistos algunos rubros del accionar de nuestra selección vuelvo sobre la variable estabilidad: para lograr ser temible en la élite se necesita a ese nivel una compenetración extrema, además de maestría individual de cada uno de los miembros de un plantel, sea cual sea la posición que desempeñen sobre la cancha. El último equipo Cuba varonil con destellos de esa grandeza, fue el que se proclamó casualmente subcampeón del Campeonato del Mundo del 2010.
De la docena de jugadores de esa armada, solo Rolando Cepeda, junto al líbero Keibel Gutiérrez, y en menor medida Yenry Bell, continuaron sus respectivas carreras vistiendo la casaca tricolor. Wilfredo León, Yoandy Leal, Robertlandy Simón, Raydel Hierrezuelo, Fernando Hernández, Osmany Camejo, Isbel Mesa… Todos de una forma u otra abandonaron nuestro barco y militan o lo hicieron en las principales Ligas del planeta, y hasta vistiendo camiseta de otra selección nacional. Los caminos tomados fueron varios, el fin común: al decir de casi todos probarse al mejor nivel y crecer económicamente, objetivo este último que rige el deporte mundial en la contemporaneidad, al punto de lastimar preceptos.
La esencia está en poder insertar a parte de esa nueva hornada de talentos en diferentes competiciones foráneas, a tono con su crecimiento, e intereses de nuestra Federación, acompañar su evolución y mantener los niveles motivacionales para que dentro de poco menos de cuatro años, ese ciclo natural de desarrollo y esas horas de team work juntos, si bien quizás no les dé para proclamarse plata bajo los cinco aros, al menos los coloque entre las cinco mejores escuadras en Tokio 2020. Claro que para eso, primero tendrán que clasificar y medirse en otros exámenes de rigor. Hasta entonces, la interrogante que le da título a este comentario se mantendrá en pie.
Cierro con el palmarés histórico de los elencos de la Mayor de las Antillas en Mundiales de la categoría: Además de la de la República Checa, Cuba exhibía otras dos platas (antes en 1987 y 2009), par de bronces (1985 y 2005), tres quintos lugares (1989, 1993, 2001), un sexto (1981) y dos octavos (1991, 2007). Luego de ausencias consecutivas en las ediciones del 2011 y 2013, se ubicaron decimoterceros en México 2015.
Rusia (10-2-4), Brasil (4-6-3), Polonia (3-0-0), Bulgaria y Sudcorea con idénticos (1-0-1), nos anteceden en palmarés.
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