La doctora Francisca López Civeira, profesora emérita de la Universidad de La Habana y que viajó para recibir y traer a casa el reconocimiento, lo entregó al doctor Gustavo Cobreiro Suárez, rector de la ya casi tricentenaria casa de altos estudios, la más antigua de Cuba y a la cual está adscrita la Fragua.

El destino final ya se sabe: Yusuam Palacios Ortega, director del Museo, recibió la medalla y el diploma para su custodia, conservación y exhibición permanente en ese sagrado recinto, tanto que es casi un santuario para los cubanos y que en 2017 festeja el aniversario 65 de su fundación, el 28 de enero de 1952.

Atestiguaron el feliz suceso el Doctor Armando Hart Dávalos, director de la Oficina del Programa Martiano y presidente de la Sociedad Cultural José Martí, José Ramón Fernández Álvarez, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y Roberto Fernández Retamar, presidente de Casa de las Américas.

A ese monumento a la forja de quien es el alma viva de la nación acudieron, también, representantes de instituciones martianas y de varias generaciones de apasionados de José Martí, para agradecer este homenaje de la Imperial y Pontificia Universidad de Zaragoza al más universal de los cubanos y, por supuesto, a su Patria y a su pueblo.

La doctora López Civeira narró cuán emotivas fueron la ceremonia de entrega, en abril último -a propósito del aniversario 475 de esa prestigiosa institución académica española-, y sobre todo las palabras entusiastas y sentidas del Rector, el doctor José Antonio Mayoral Murillo, su elogio al prócer cubano.

El doctor Cobreiro Suárez aseguró que para la Universidad de La Habana y su emblemática Fragua Martiana constituye un honor ser depositarias de ese reconocimiento, que se suma a todo el patrimonio tangible e intangible que atesoran, como parte de la historia de luchas y victorias del pueblo de Cuba.

Para cerrar, Palacios Ortega aseguró que la Medalla de Oro y el Diploma serán cuidados con el mismo celo que cada pieza e, incluso, cada piedra en ese museo, levantado entre los restos de las canteras de San Lázaro, donde el adolescente Martí cumplió trabajos forzados y forjó su carácter y espíritu revolucionario.

El también presidente del Movimiento Juvenil Martiano destacó la intensa labor sociocultural, comunitaria, docente e investigativa que desarrolla la Fragua, donde tiene su sede la Cátedra Martiana de la Universidad de La Habana y tradicional destino de las marchas de las antorchas desde aquella primera en el Centenario del Apóstol.