Cuba: Su muy anémica “oposición” interna

Síntesis de tal realidad quedó en manos este jueves de una periodista del Nuevo Herald, Nora Gámez Torres, la cual escribió:  

“Se frustra alianza de opositores cubanos”, y en otro párrafo consignó, “se hunde nuevo proyecto para unir a la oposición en Cuba”.

Al tratar de explicar lo sucedido, Gámez Torres afirma que a uno de esos fragmentos lo denominaron Unión Patriótica y a otro Mesa de Unidad de Acción Democrática.

La periodista del Herald entrevistó a un empleado del gobierno estadounidense a quien llamó el “líder opositor cubano José Daniel Ferrer”.

Este último brindó su versión sobre las causas del rompimiento entre ambos grupos, “el más reciente esfuerzo unitario de la oposición en la isla”.

     
¿Supuesto motivo del alejamiento? Las diferencias respecto a cómo llevar a cabo la “oposición pacífica” al gobierno cubano.

También, según la nota de Gámez, el exceso de representación de organizaciones con escaso activismo.

O sea, dicho más directamente,  que son entes fantasmas, globos inflados que no resisten la prueba del tiempo.

De ahí, como reconoce hasta el propio “líder” Ferrer, que esto llevó a su propia quincalla política a separarse de la titulada Mesa de Unidad.

Junto a ello admitió que en recientes elecciones para nombrar su directiva la sobrecargaron con gente inactivas.

Añadió, de acuerdo a su óptica, que la votación fue democrática,  pero no así la elección de los delegados.

¿El fondo de toda esa bufonada? La profunda crisis que zarandea a gente que están al servicio de una potencia extranjera.

Ni siquiera quienes los manejan desde Washington han tenido la delicadeza de evitar que sean vistos como figuritas alquiladas por el Norte.

Cualquiera puede comprobar la existencia de informaciones periodísticas y leyes que hablan sobre montañas de dinero para  “disidentes” cubanos.

Incluso han sido famosas las trifulcas que han tenido lugar entre ellos debido a la forma de distribuirlo.

Por eso no ha sorprendido demasiado ahora la nueva división que estruja, aún más, a la muy anémica “oposición” interna cubana.