Jhoen Lefont: Voluntad y Poseidón vencieron al viento
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Nuestra relación trasciende el mero plano profesional. somos amigos y por eso siempre apuesto a la confianza cada vez que intenta una nueva cota.
La de la mañana de este sábado tuvo en el pertinaz viento costero, a su principal enemigo. Entonces un escudo humano se colocó cual arco perfecto al borde de la piscina del hotel Meliá Cohíba, familiares, amigos, periodistas, equipo de Meliá y trabajadores de la instalación, Douglas Hernández, pionero del dominio del balón en Cuba y precursor de Lefont, y Jorge del Valle orquestando minuto a minuto cada movimiento de su pupilo, siguiendo el conteo cada 50 toques de Lefont, venciendo paso a paso centenas, hasta llegar a los 1 513 golpeos que superaron sus 1 503 precedentes.
Entonces no puedo dejar de atribuirle a Poseidón una dosis de presencia en la alberca. Esa alianza necesaria con la voluntad del matancero de 28 años para materializar otra cota, que se suma a las que posee además en desplazamiento (200 metros con la esférica controlada en los canales de la Marina Hemingway); y 99 golpeos con un cinturón de 15 kg de lastre en su cintura, esta última materializada en septiembre del 2014 en el Hotel Riviera, última ocasión en que de manera oficial estableció una primacía.
Fue la del sábado igualmente una mañana de retribuciones, agradecimientos y redención. Pudiera parecer extraño, pero todas esas sensaciones albergó Lefont al lanzar la pelota Adidas que será el balón oficial de la Eurocopa Francia 2016 al cielo, liberando adrenalina y satisfacción. Pensó entonces en este año y medio de preparación sui géneris en Italia, donde tuvo la posibilidad de compartir con su hermano y contar con una alberca cerca: "Corría, nadaba, y especialmente perfeccionaba el control del balón tanto en tierra como en el agua. Sucede que las pastas me pasaron factura y realmente estoy un poco pasado de peso", sentenció entre sonrisas.
"Ha sido una semana psicológicamente muy fuerte para mí. Únicamente el martes pude romperlo con seguridad. Me sentí muy bien ese día, pero los restantes no pude lograrlo. Esa deuda psicológica, incertidumbre por no poder coronar meses de esfuerzo y la ayuda de muchos, no podía superarme".
"Hoy, esos segundos antes de iniciar con el balón apoyado en mi frente, los trotes previos, la solidaridad de todos los presentes y de mi equipo dentro y fuera del agua; la ayuda incondicional del staff del Cohíba y el respaldo y la confianza de Meliá, Red Bull, Habana Club y los restantes patrocinadores, fueron el combustible extra, para llegar a los toques, ordenarle a mis piernas y cuello que tenían y debían terminar, para sumergirme y lanzar la pelota al cielo luego. Fueron poco más de 11: 14 minutos eternos... Ahora queda una satisfacción enorme".
A propósito de satisfacciones, ¿piensas obsequiarnos alguna otra en lo que queda de año?
"Los recordistas de dominio del balón somos una gran familia. Me he propuesto homologar en el agua la mayor cantidad de modalidades que ostenta Erick Hernández en tierra. Es difícil, pero ya pienso en las cotas de intensidad: más toques en 30 segundos y un minuto. Igualmente pretendo cruzar una piscina olímpica dominando el balón.
"Ya es tiempo de retomar mis rutinas habituales acá en Cuba y hacer partícipe a todo el pueblo de nuevas metas. Por ahora toca disfrutar de estos 1 513 toques (su sexta plusmarca) y retornar a los entrenamientos pronto. Gracias a todos los que de una forma u otra, desde los siete años allá en Matanzas, contribuyeron a mi formación inicial como nadador y polista.
Gracias a los que confiaron en mí cuando inicié este modo de vida como hobby en el Complejo de Piscinas Baraguá, siendo miembro del equipo nacional de polo acuático, dedicando horas extras, lidiando con desgaste excesivo. Esta simplemente es mi retribución.
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