EN EL FESTIVAL: Cuba libre
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Jorge Luis Sánchez Sánchez sabe trabajar la época. Había dado muestras en El Benny (2006), su ópera prima, ambientada en las medianías del pasado siglo. Pero su tercera película, Cuba libre, una de las competidoras nacionales por el Coral del XXXVII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, ya es un empeño mayor. Y los resultados son contundentes.
La puesta hace gala de una vocación por el detalle, incluso en rubros que otros realizadores han descuidado. Los elementos escenográficos, el vestuario, los objetos de uso cotidiano, los muebles, las armas… están elaborados con una minuciosidad ostensible y ostentada.
Pero lo mejor es la manera en que se articulan todos los resortes de este mecanismo para recrear con verosimilitud un ambiente, con indudables pretensiones esteticistas (el uso del humo, de la niebla, la abundancia de primerísimos planos… parecen casi marcas de autor), un ambiente que trasciende la mera funcionalidad y se convierte en uno de los puntales de la película.
Puede que la Cuba de finales del siglo XIX fuera menos operática en su pobreza, pero ya se sabe que el arte no está para dejar testimonios fidelísimos de una realidad.
La historia transcurre en el año 1898, pero muchos de los parlamentos exhiben una pasmosa actualidad. Pudieran intercalarse, incluso, en muchas de las conversaciones que sostienen los cubanos ahora mismo.
El debate sobre la influencia de las grandes potencias en el devenir de esta isla interesa mucho al realizador, como también las indagaciones en la identidad, los conflictos de la cotidianidad y sus implicaciones en el discurso mucho más integrador de una nación.
Se habla desde el pasado, pero con evidentísimas intenciones de reflexionar sobre el presente y sobre el futuro.
El director no quiere ofrecer una lección de historia, y ni siquiera se propone aleccionar «didácticamente» a los espectadores. Aquí cada cual podrá sacar sus propias conclusiones, pues los personajes defienden sus credos a partir de sus experiencias e intereses.
Es que no pueden señalarse «héroes intachables» o «villanos irreductibles», circunstancia que contrasta un poco con el tono melodramático de muchas escenas, particularmente las de la escuela para niños pobres, epicentro de la primera mitad del filme.
En Cuba libre se extraña, eso sí, cierta contención. Por momentos hay más énfasis de la cuenta, y algunas pretendidas metáforas se resienten por su obviedad. En la escuela, por ejemplo, hay subrayados que solo la estatura de una actriz como Isabel Santos puede matizar.
¿De verdad toda una clase se echa a llorar desconsoladamente ante la simple mención de la Inquisición española?
La narración, asumiendo incluso su vocación coral, tiene puntos débiles: se pierde parte del itinerario de personajes relevantes, justo en el momento en que viven transiciones importantes. Se descuida el devenir de núcleos que fueron presentados con abundancia de peripecias.
Afortunadamente, la trama centrada por los dos niños protagonistas está mejor expuesta, y bien defendida por los jóvenes actores.
Las actuaciones están generalmente a la altura requerida, gracias, en buena medida, a la participación de excelentes intérpretes: la mencionada Isabel Santos, Manuel Porto, Jo Adrian Haavind, y (aplausos entusiastas) Georgina Almanza, que protagoniza algunas de las escenas más emocionantes del metraje.
La fotografía es cuidadosa, inspirada, al igual que la banda sonora y el montaje. Uno de los acápites que más resaltan en esta producción es la dirección de arte, que ha demostrado que en Cuba tenemos la capacidad de recrear una época —incluso una época particularmente demandante— con vuelo y profesionalidad.
Cuba libre
Director: Jorge Luis Sánchez
Productor: Iohamil Navarro
Guion: Jorge Luis Sánchez
Fotografía: Rafael Solís
Editor: Luis Ernesto Doñas
Música original: Juan Manuel Ceruto
Sonido: Osmany Olivare
Dirección de arte: Nanette García
Intérpretes: Jo Adrian Haavind, Isabel Santos, Georgina Almanza, Adael Rosales, Manuel Porto, Alejandro Guerrero, Christian Sánchez
Productora(s): Audiovisuales ICAIC Producción/Distribución
Sinopsis: Cuba, 1898. Samuel y Simón son dos niños que, tras la derrota y salida de España al final de la Guerra de Independencia, viven intensamente el momento en que los norteamericanos se comportan como un ejército de ocupación.
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