Un estadounidense tiene 7 veces más probabilidades de morir a manos de un extremista católico que de un islamista radical

Desde los cruentos ataques de París, en los que fallecieron 130 personas, la islamofobia se ha ido expandiendo. Pero curiosamente, no en Europa, sino en Estados Unidos. Desde el ataque, se han sucedido los episodios xenófobos en los que mezquitas son atacadas o algunos pasajeros son desalojados de un avión por el mero hecho de ser magrebíes.

Muchos de estos episodios están motivados por la paranoia. No son pocos los ciudadanos que creen que van a ser víctimas de un atentado, y por el miedo, deciden o denunciar sin fundamento a su vecino de asiento en un vuelo, o tirar piedras contra un lugar sagrado.

Sin embargo este clima de miedo está totalmente infundado. En Estados Unidos es 7 veces más probable morir por culpa de un tiroteo iniciado por un extremista católico blanco que por uno de un musulmán. Así lo defiende el profesor David Schanzer en un artículo publicado en el New York Times, en el que explica que en los últimos 13 años ha habido 50 muertos en suelo americano -contando embajadas atacadas en el extranjero- atribuibles a asesinos islamistas. Sin embargo, durante el mismo periodo de tiempo se han producido 337 ataques por año cometidos por radicales de extrema derecha, con el resultado total de 254 muertes.

Además, otro de los principales argumentos anti inmigración que se escucha en Estados Unidos es que los refugiados que acudan a pedir asilo sean en realidad terroristas. Pero nada más lejos de la realidad. Solo una pequeña parte de los ataques islamistas producidos fueron causados por inmigrantes,  y la gran mayoría fueron ocasionados por estadounidenses de religión musulmana.

En España, la situación no es comparable. Pero sí que se han producido una decena de asesinatos atribuibles al odio político o racista desde 2004.  Tras los atentados del 11-M, en nuestro país solo ha habido una muerte causada por el terror islamista, la del subinspector de policía Francisco Javier Torronteras, fallecido en el piso de Leganés en el que la célula que provocó los atentados de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia se inmoló