La piedra que hizo enojar a los federales fue la entrevista que brindó el presidente estadounidense días atrás al programa "60 Minutes", de la cadena CBS News.

En esa entrevista, Obama calificó simplemente como "un error" la decisión de la ex secretaria de Estado de utilizar una cuenta de correo privada en lugar de la cuenta oficial del Departamento de Estado durante los cuatros años en los que estuvo en el cargo.

Obama subrayó que esa decisión de Hillary jamás puso en peligro la seguridad nacional. Sin embargo, el caso está en manos de la justicia, que está investigando los correos electrónicos de Clinton para determinar las cuestiones de Estado que trató durante su gobierno.

Fuentes citadas por el New York Times subrayaron que las afirmaciones de Obama respecto de Hillary no cayeron nada bien en el seno del FBI, donde continúan evaluando las informaciones contenidas en los correos y si en algún momento puso en riesgo algunos secretos de Estado.

En el interior del Buró Federal de Investigaciones consideran -según el NYT- que Obama intentó de alguna forma influenciar en los resultados de las investigaciones que están en curso, en particular teniendo en cuenta que Hillary es la pre-candidata Demócrata con mayor intención de voto de cara a las Presidenciales 2016.

Según el FBI, no es la primera vez que Obama intenta ejercer su influencia en un caso polémico. En el 2012, durante las investigaciones sobre el ex jefe de la CIA, David Petraeus (acusado de haber entregado información clasificada a una periodista que estaba escribiendo un libro sobre él), Obama dijo que no había pruebas de los riesgos causados para la seguridad nacional.

Las conclusiones de la investigación del FBI determinaron finalmente que Petraeus había mentido, y efectivamente había entregado información secreta a su biógrafa. Finalmente, el ex general fue condenado por delitos menores, y evitó ir a la cárcel.