El Nuevo Herald: Arremetida contra Alexis Leiva (Kcho)
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Le trasladó lanzar los dardos envenenados a su periodista Andrés Reynaldo, teóricamente un especialista en la materia.
Uno de los subtítulos resume el odio y la ignorancia que destila su artículo anti-Kcho.
Otro lo afianza con creces, cuando se atreve a decir que se trata de un ejemplo del artista “sumiso a una dictadura”.
La obra que el pintor oficialista entregó al papa Francisco en Roma, prosigue diciendo, elige la temática de los inmigrantes africanos “desviando la atención de los balseros cubanos”.
Luego sentencia, hay pintores que ilustran una época, pensemos en Goya, Delacroix, los exuberantes muralistas mexicanos.
Su verdad, agrega, quizás no es toda la verdad, pero hay congruencia entre sus obras, su realidad y sus ideas.
Pero, atención señor Andrés Reynaldo, en algo usted se contradice al hablar de esos genios.
Tomemos un ejemplo, a quienes llama con absoluta razón los exuberantes muralistas mejicanos.
Se trata de uno de los géneros artísticos más representativos de América Latina y entre sus autores-montañas baste citar dos: Diego Rivera y David Alfaro Sequeiros.
¿Temas? La revolución, lucha de clases y el hombre indígena, expertos estiman que no es solo una corriente artística, también un movimiento social de resistencia e identidad nacional y uno de los logros más destacados del arte público del siglo XX.
En esa cuerda, no obstante el odio y resentimientos derramados ahora en Miami, figura con luces propias Alexis Leyva Machado, más conocido por Kcho.
Sin embargo, el temerario articulista del Herald, subraya que “falsifica la realidad para encubrir una regresión moral”.
Va más allá cuando escribe que, como piezas de reciente escándalo, están su cuadro y escultura que Raúl Castro obsequió al papa Francisco durante encuentros en Roma y La Habana.
Sospecho, afirma Reynaldo, que en la descripción de la obra ofrecida por Raúl y Kcho al Sumo Pontífice, no figuró la palabra “libertad”.
Y a continuación no se sonroja al repartir los más primitivos y estúpidos embustes.
Ejemplo arrollador fue cuando, quemando toda su ética profesional, aseguró que la economía cubana está “en manos de la familia de Raúl”.
Y al confundir aún más sueños trasnochados con realidad, enunció desde Miami que la isla está “a punto” de instalarse en un capitalismo excluyente y militarizado”.
Esas necedades son tan verdaderas como las grotescas intrigas lanzadas este jueves hacia Kcho en páginas del Nuevo Herald.
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