Revelan nuevas pruebas de vuelos secretos de la CIA

Un litigio comercial de una compañía privada  de transporte aéreo reveló pruebas sobre vuelos clandestinos de la CIA para  transportar a sospechosos arrestados en el marco de la "guerra contra el  terrorismo" lanzada tras el 11 de septiembre, según documentos de la Justicia.

 Según el documento de 1.775 páginas de un tribunal de apelación de Nueva  York, decenas de vuelos con destino a Bucarest, Bakú, El Cairo, Yibuti,  Islamabad o Trípoli, fueron organizados por la empresa Sportsflight, con sede  en Long Island (estado de Nueva York), que alquilaba aviones a Richmor  Aviation, que a su vez lo demanda por incumplimiento del contrato.

 Planos de vuelos, facturas y listas de llamadas, especialmente a  responsables de la CIA o a la sede de la Agencia Central de Inteligencia,  fueron depositados como pruebas, según el documento.

 La AFP accedió el jueves al documento a través de Reprieve, una ONG  británica especializada en los derechos de los prisioneros, especialmente de  los detenidos en la base estadounidense de Guantánamo (Cuba).

 En 2002, "la naturaleza de los vuelos del gobierno no había sido revelada".  "Terminamos enterándonos que estos vuelos iban y venían de Guantánamo y eran  utilizados para toda clase de misiones de transporte de prisioneros", indica el  documento.

 "Richmor organizaba estas misiones para el gobierno, transportando  presuntos terroristas según las hojas de ruta que incluyen a Washington, varias  ciudades de Europa y de Medio Oriente y regularmente Guantánamo", agrega el  texto del tribunal de apelación de la corte suprema de Nueva York.

 La CIA dijo a la AFP que tiene como "costumbre no comentar los litigios en  curso, especialmente en aquellos en los que no está implicada".

 El departamento de Estado, por su parte, se abstuvo de comentar estas  informaciones. "No comentamos los casos llevados a tribunales", dijo a la AFP  el portavoz Mark Toner.

 En el marco de la "guerra contra el terrorismo" lanzada por la  administración de George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre de  2001, la CIA llevó a cabo arrestos, secuestros y transferencias secretas de  personas sospechosas de terrorismo hacia países conocidos por practicar  torturas.