A 126 años de su natalicio sigue Charles Chaplin, con su emblemático Charlot, enamorando al mundo. Incluso quienes no tuvimos la suerte de coexistir con su genio creativo somos conscientes de su halo de genialidad.

De esas múltiples maneras que el corazón sabe, su personaje del vagabundo, conmovió a más de uno, incluso, sin necesidad de que escucháramos su voz tal y como sucedió con el galán Rodolfo Valentino.

Para quiénes duden de que la pasión por el arte se transmite a los descendientes queda su historia de vida. Sir Charles Chaplin nació en idéntica fecha a la de hoy, pero en 1889, en el seno de una familia de artistas de variedades. Entonces no era Sir, era uno más en aquel barrio pobrísimo de la populosa ciudad de Londres.

La historia del cine guarda páginas especiales para él, que apareció en la pantalla grande por primera vez en 1913 aunque no fue hasta un año después, en la película Carreras de autos para niños que encarnó al mítico Charlot.

Aquel personaje dueño de unos anchísimos pantalones, acompañado de su inseparable bastón enfrentó diferentes situaciones que le convirtieron en todo un símbolo de resistencia y optimismo.

Sus películas más renombradas marcaron récords de taquilla, no obstante a que algunas se realizaron durante la época del cine sonoro, que en su caso no perjudicó en absoluto la efectividad de su pantomima.

Fue cierto que murió, pero lo hizo de esa increíble forma que únicamente conocen los elegidos. Para ellos muerte es sinónimo de vida, de sonrisas multiplicadas incluso ante la apreciación de filmes en formato blanco y negro.