¡Seremos como el Che!

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¡Seremos como el Che!
Fecha de publicación: 
8 Octubre 2014
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Muchas veces al día lamento no tener a mano mi pequeña camarita tan aficionada a guardar recuerdos, especialmente cuando se trata de los niños, esos espontáneos irremediables que nunca dejan de sorprender.

Hace poco, en la celebración de mi cuadra por el aniversario de los CDR viví una de esas escenas: al final del Himno, sin que nadie se los pidiera ni le contara el uno, dos y tres las pioneritas de mi barrio repitieron en un perfecto coro su lema: ¡seremos como el Ché!

Por supuesto me remitieron al ya lejano ocho de octubre en que me anudaron la pañoleta por primera vez y, también por primera vez saludé solemne la bandera y lo dije, tan alto como pude: ¡seremos como el Che!

pañoleta

Luego me fui al futuro, no tan lejano, en que mis hijos serán pioneros  y dirán otra vez aquella frase, con los cinco dedos bien unidos y ubicados por encima de la cabeza, como símbolo visual de que los intereses colectivos siempre deben estar por encima de los personales.

El lema, que ha acompañado a tantas generaciones de cubanos, resultó de una intervención del líder cubano,  Fidel Castro, en 1967 donde afirmó:

“Si queremos expresar cómo aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes, nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de ninguna índole: ¡Que sean como el Che! Si queremos expresar cómo queremos que sean los hombres de las futuras generaciones, debemos decir: ¡Que sean como el Che! Si queremos decir cómo deseamos que se eduquen nuestros niños, debemos decir sin vacilación:

 

¡Queremos que se eduquen en el espíritu del Che! Si queremos un modelo de hombre, un modelo de hombre que no pertenece a este tiempo, un modelo de hombre que pertenece al futuro, ¡de corazón digo que ese modelo sin una sola mancha en su conducta, sin una sola mancha en su actitud, sin una sola mancha en su actuación, ese modelo es el Che! Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios: ¡Queremos que sean como el Che!”.

Che y Fidel “No es fácil conjugar en una persona todas las virtudes que se conjugaban en él. No es fácil que una persona de manera espontánea sea capaz de desarrollar una personalidad como la suya. Diría que es de esos tipos de hombres difíciles de igualar y prácticamente imposibles de superar. Pero diremos también que hombres como él son capaces, con su ejemplo, de ayudar a que surjan hombres como él”.
De niña, creí entender perfectamente el compromiso inmenso de ser como el Che y me he pasado la intentándolo, pero solo ahora que mi hija ya se aprendió el lema de memoria, he interiorizado la segunda parte de esa recomendación que nos dio Fidel: “ayudar a que surjan hombres como él”.

Siguiendo las pistas de las propias palabras tendría que forjar en mis hijos: “pensamiento revolucionario”, “carácter”, “voluntad”, “tenacidad”, “espíritu de trabajo”, “un modelo de hombre que no pertenece a este tiempo, un modelo de hombre que pertenece al futuro”, “sin una sola mancha en su conducta, sin una sola mancha en su actitud, sin una sola mancha en su actuación”. 

Tendría que educarlos en el “estoicismo revolucionario”, “el espíritu de sacrificio”, “la combatividad del revolucionario, el espíritu de trabajo del revolucionario”. Ser como el Che, implica llevar “las ideas del marxismo-leninismo a su expresión más fresca, más pura, más revolucionaria”. La solidaridad y el altruismo, porque: “¡Ningún hombre como él en estos tiempos ha llevado a su nivel más alto el espíritu internacionalista proletario!”

Ejemplo de internacionalismo

Se dice fácil, es breve y suena bien: seremos como el Ché,  pero encierra un reto difícil. Luce bello el lema en los murales, adornado con la foto de Korda, escrita en letras muy rojas. Se escucha mejor en las voces francas de los niños, matizado por el entusiasmo y la energía de la que son dueños, pero vale la pena recortarle todo el ornamento, dejarlo en blanco y negro y hacer del lema una convicción.

Compartir, enseñar, fundar, trabajar… hacer futuro, como lo canta un guevariano confeso: “seamos un tilín mejores y mucho menos egoístas”, seamos como el Che. 

Trabajo voluntario

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