Armenteros, la sorpresa cubana en Chelyabinsk
especiales
Chelyabinsk.- Los pronósticos precompetencia a veces resultan engañosos cuando un deportista se crece y los hace añicos con sus actuaciones. En el cierre del campeonato mundial de judo, José Armenteros, el representante cubano en los 90 kilogramos, es el ejemplo más claro. Pocos contaron con un podio después de ver su recorrido en el organigrama, sin embargo, hoy es el subcampeón del mundo.
Cuando se tituló en el certamen del orbe del 2011, categoría juvenil, en esta propia división, no faltaron quienes le adelantaron iguales resultados en la elite poco tiempo después, de ahí que le dieran una oportunidad en la cita de Río de Janeiro 2013, en cual cedió durante el tercer combate.
Pero esa historia pasada la cuenta ahora Armenteros como anécdota. Ya lo puede hacer porque en su pecho cuelga una plata que es, sin duda, la sorpresa cubana más estimulante en esta lid, la medalla número 13 para nuestras selecciones varoniles y la 72 para Cuba en mundiales, pues fue conquistada minutos antes de la dorada de Idalis Ortiz que elevó la cifra un escalón más alto.
Es sincero cuando coincide en que periodistas, entrenadores y la familia de este deporte ya esperaba esta presea. “Tenía esa responsabilidad con ellos y conmigo desde que gané el mundial juvenil, pero no me podía desesperar, en la carrera deportiva hay que tener mucho sacrificio y entrega para que salgan los resultados”, reconoce.
Sobre la preparación previa para este magno evento es autocrítico y agradece el sacrificio y la dedicación de los entrenadores y de todo el equipo de trabajo que siempre confiaron en él por los resultados anteriores y las perspectivas que le veían.
Para este joven de 21 años los entrenamientos fueron duros, pero enfocados en sus errores. “Hicimos énfasis en la preparación en los trabajos individuales porque tenia mucha dificultad a la hora de coordinar las técnicas, lo cual he ido mejorando poco a poco, pero esa es la carrera de un judoca, irse perfeccionando, es complicado y lleva tiempo, pero hoy se demostró mi mejoría”.
Un momento muy tenso en su ascenso al boleto semifinalista era el enfrentamiento con el campeón mundial defensor, el Elkhan Mammadov, de Azerbaiján, sin embargo, nada lo amilanó, iba perdiendo por un shido, cuando en una acción combinada su rival se lesionó completamente de una pierna y quedó imposibilitado de seguir el combate.
“Tener por vez primera a un campeón del mundo frente a ti es algo impresionante, pero había salido dispuesto a ganar. Mi entrenador Justo Noda habló bastante conmigo y me recordó que saliera con mente positiva, que el tatami siempre dice la última palabra. Y así fue, son cosas que pasan en el deporte”, comentó con humildad.
Armenteros no quiere tampoco culpar a nadie de una posible exclusión de la semifinal, cuando en cuarto de finales el árbitro principal (una mujer) dejó de cantar al menos dos claras acciones que parecían yuko. “Eso dicen todos y hasta el público chiflaba, pero nosotros siempre nos preparamos para el peor árbitro y el mejor deportista. Le gané por ippón al alemán y listo”.
Con total franqueza le animo a que hable de esa adicción por proyectar y se ríe. “Sí, me gusta tirar a la gente por ippón. Lo disfruto porque le da espectáculo y vida al judo. Me preparo para eso lograr esas proyecciones y terminar lo mas rápido posible para no agotarme y seguir. Sin embargo, cuando no se puede, hasta por un shido se gana, como me ha pasado también”.
Sobre el combate final contra el checo Lukas Krpalek, número uno del ranking mundial y su victimario en el Gran Slam de París este propio año, el joven de 21 años aseguró que aunque no compitió con él en el Grand Prix de La Habana sí pudo hacer trabajos de randoris para conocerlo como un posible rival en el mundial. “Y así es la vida, no pudo ganarme en el tachi-waza, pero lo hizo en el newaza”.
Sin salir todavía de la sorpresa merecida y con el saludo adelantado a sus padres Arasai Suárez y José Antonio Armenteros, el flamante subtitular del planeta precisó un adelanto de lo que pudiera pasar en lo adelante hasta los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. “Apenas estamos empezando, estamos trabajando fuerte para Río, donde habrá sorpresas con Asley, Braison y conmigo. Ahora lo importante es clasificar, sumar puntos para el ranking”.
De momento se apagó la grabadora y lo abracé. Camino a la computadora, tuve la fortuna de su llamado: Periodista, no me preguntaste a quién le dedico esta medalla (sonrío), pero quisiera que no faltara que a todos los entrenadores que empezaron desde pequeño conmigo hasta quienes están ahora. Soy un subcampeón agradecido de ellos”.
Y se complació el pedido.
Añadir nuevo comentario