Brasil: Obstáculos a la Reforma Agraria

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Brasil: Obstáculos a la Reforma Agraria
Fecha de publicación: 
25 Febrero 2014
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Sin tener la virulencia de las campañas mediáticas antigubernamentales en Venezuela, Argentina y Ecuador, la bien orquestada que se lleva a cabo en Brasil aprovecha los problemas que crea la crisis económica mundial y el mal desempeño de algunos titulares del gabinete para hacer descender la aceptación de la gestión presidencial, con el fin de hacer desistir a Dilma Rousseff de sus propósitos de corregir e impulsar la reforma agraria.
                                          

No obstante, la mandataria tiene la principal opción para la reelección.
                                  

Así, fue denostada hasta la saciedad la reunión entre Rousseff y los dirigentes del Movimiento Sin Tierra (MST), quienes la habían solicitado tres años atrás, saboteada incluso desde dentro del ente gubernamental.
                                                                                                      

En relación a esto, la socióloga chilena Marta Harnecker sostiene, en su libro dedicado a analizar el MST de Brasil “Sin Tierra. Construyendo Movimiento Social”, que no basta con que el campesino conquiste la tierra, sino que tiene que contar, además, con las condiciones que le permitan trabajarla. Sin semillas, sin créditos, sin conocimientos técnicos que hagan posible aprovechar los adelantos de la revolución tecnológica, sin canales de comercialización para sus productos, la tierra se vuelve una pesadilla y acaba por ser vendida a precios bajísimos o, simplemente, abandonada.
                                                                                

Precisamente, entre los logros del encuentro de la Presidenta con los dirigentes campesinos fue la decisión oficial del incrementar la suma asignada para ayudar a los campesinos en su faena, así como prohibir que se venda la propiedad, para que se sienta dueño verdadero de la tierra.
                                                                        

                                              
La Presidenta reconoció lo poco que se ha hecho en relación a la reforma agraria, y prometió que tratará de evitar que choque o sea absorbida por el llamado ‘agronegocio’, que se basa en los monocultivos de soja, algodón y otros productos destinados principalmente a la exportación”.
                                                            

El porqué del problema
 
                                                                        

Según el más reciente censo agrario realizado en Brasil por el Instituto Brasilero de Geografía y Estadística, se evidencia que en ese país el 45% de las tierras cultivadas corresponden al 1% de los grandes propietarios. Por otra parte, casi la mitad de los productores del país posee el 2% de la tierra.
                                               

                         
Asimismo, los establecimientos no familiares, a pesar de ser el 15,6% del total de los establecimientos existentes, ocupan el 75,7% de la tierra ocupada del país. Estos datos demuestran la concentración de la estructura agraria brasileña en manos de grandes estancieros y empresas transnacionales. En la mayoría de los casos las tierras que son otorgadas a las familias son públicas, es decir, el gobierno no enfrenta a los grandes latifundios.
                                                                

Estos grupos económicos que se ven favorecidos por poseer la mayor parte de las tierras cultivadas de Brasil, tienen en los grandes medios de comunicación y en representantes de partidos políticos de la oposición a los principales defensores de sus intereses.
                                  

Es el caso del exgobernador de San Pablo, José Serra, candidato a presidente de Brasil en el 2010 por el Partido de la Social Democracia Brasilera (PSDB), quien perdió las elecciones frente a Rousseff. Este economista y político sostuvo en plena campaña presidencial del 2010 que el MST era una organización política sostenida por el dinero público y que tenía como pretexto la reforma agraria.
                                  

En abril de 2010, en el canal de televisión brasileño SBT sostuvo que “el MST vive del dinero del gobierno. Creo que la reforma agraria para el MST hoy es un pretexto. De hecho, se trata de un movimiento político con objetivos políticos. No tienen mucho aprecio por la democracia representativa, y usan a la reforma agraria como pretexto”.
      

Asimismo, en esa misma campaña, Dilma Rousseff acusó a Serra de querer acabar con el Ministerio de Desarrollo Agrario, responsable de la distribución de la tierra y de la gestión de los asentamientos de trabajadores.
                                                                                                      

La actual presidenta, en ese momento candidata y en campaña, dijo, durante un acto en apoyo a su candidatura organizado por la Confederación Nacional de Trabajadores Agrícolas en julio del 2010, que “hay gente que propone, como mi oponente, por ejemplo, terminar con el Ministerio de Desarrollo Agrario, lo cual es absurdo, porque el Ministerio puso de manifiesto que nuestra política específica para nuestra agricultura familiar, para los pequeños productores, fue realizada para desarrollar esta agricultura familiar”.
           

                        
Por otra parte, el MST también ha sido atacado desde el multimedio O' Globo, uno de los monopolios de medios de comunicación más grande del mundo, opositor también a Rousseff, en una astuta campaña que, como señalo antes, ha estado dando resultados y haciendo bajar la aceptación gubernamental.

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