Nada se compara con lo de Álvaro Torres en Cuba
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La primera es el porqué del teatro escogido: el Lázaro Peña, que si bien es una sala grande, no lo es tanto como el Karl Marx. La verdad es que si Torres ha sido por años un músico tan popular entre los melómanos cubanos y su visita a la Isla es un hecho exclusivo, lo más lógico es que su actuación pueda ser disfrutada por la mayor cantidad de espectadores posible.
Además de esta limitación, las entradas de ambas funciones ya están agotadas, aun cuando los funcionarios del teatro Lázaro Peña alegan que no fueron vendidas por ellos, sino repartidas en algunos centros de trabajo, según publicó el sitio web OnCuba.
Tampoco ha sido divulgado el motivo de esta decisión. ¿Qué requisitos determinaron tal privilegio? ¿Cuáles fueron los centros escogidos y qué características especiales debían reunir para ganarse el boleto al espectáculo?
Además, los medios podían haber cuestionado el porqué de la selección, pero ahí está la otra interrogante, y es que solo unos pocos periodistas, contados con los dedos de una mano, fueron convocados a la conferencia de prensa con el músico salvadoreño.
¿Acaso un artista que viaja para ofrecer un concierto quiere mantener el asunto en secreto, aun cuando sabe que su trabajo arrastra multitudes; o es que otras personas decidieron, de forma arbitraria, quiénes tenían derecho a una entrevista o a un autógrafo?
Por fin, ¿las conferencias de prensa son para informar a los periodistas o no? Evidentemente, alguien ha creado diferenciación entre los medios cubanos. ¿Recibiremos una explicación alguna vez por esto?
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