Son los equipos que parecen tener un techo bien delimitado en cuanto a triunfos, a fuerza de una caprichosa historia en la que solo los holguineros han podido acariciar una corona en el 2002, cuando derrotaron a Sancti Spíritus con el ponche legendario de Oscar Gil a Frederich Cepeda.

Pero comencemos con los propios holguineros, que poseen uno de los mejores estadios del país: Calixto García, y al mejor torpedero que jugará en esta temporada, Yordan Manduley, sobre quien recaerá la capitanía del conjunto, secundado por jugadores de experiencia internacional como Yunior Paumier y Pablo Millán Fernández, en tanto Maikel Cáceres, Leris Aguilera y Jeison Pacheco deben contribuir a una ofensiva que apuntale el desconocido e inexperto pitcheo.

Irochi Bartuti debería sentirse complacido si logra pelear hasta el final el avance a la segunda fase, pues desde hace cinco campañas no se incluyen entre los ocho punteros. En la historia, fuera del cetro mencionado —bajo la batuta de Héctor Hernández—, este elenco suma como mejor desempeño un cuarto lugar en la XXXIV edición, muy lejos en el recuerdo para una generación que ni siquiera los vio jugar.

Las Tunas es de esos equipos que ha pasado de una potente fuerza con el madero a un efectivo cuerpo de lanzadores. La ausencia de Joan Carlos Pedroso y Yordanis Scull puede debilitar en algo su producción de carreras, pero el retorno del receptor Yosvani Alarcón, y el conocimiento de cada uno de sus pupilos que tiene un mánager ya conocido por ellos como Ángel Sosa, hacen pensar que no serán un manjar para nadie.

Además, desde la lomita tirarán las pelotas cinco hombres con resultados y efectividad. Yoelkis Cruz, Ubisney Bermúdez, Yudiel Rodríguez, Darién Núñez Áreas y Carlos Juan Viera pudieran regalarle varios triunfos, si son rotados con inteligencia y sus compañeros logran anotarles las carreras necesarias para no menos de 20 victorias.

Guantánamo estrena uno de los cinco directores de la serie, con el otrora estelar Rubén Prevot, quien archiva como máxima aspiración llevar a su tropa a un lugar del podio, algo que jamás ha podido disfrutar desde su debut en nuestros clásicos en 1977. Por supuesto, los sueños tendrán que pasar primero por clasificar entre los ocho primeros, algo que no consiguen desde hace dos ediciones.

El jardinero central Giorvis Duvergel, el inicialista Yoennis Southerán, y los lanzadores Frank Navarro y Alexander Rodríguez, deben comandar con sus faenas a un colectivo de cuatro novatos y 26 años como promedio de edad, que arrancará jugando en casa contra los Gallos de Sancti Spíritus.

Aunque no siempre los cálculos o vaticinios precompetencia se cumplen, de este trío de equipos solo Las Tunas parece más ajustado a luchar una clasificación en los primeros 45 juegos; en tanto holguineros y guantanameros deberán apostarlo todo a una arrancada espectacular si quieren sobrepasar la primera fase, pues cuando se calientan los motores, las selecciones de más calidad no dejan mucho margen al resto.

Ojalá y algún comentario hecho hasta aquí sea borrado con éxitos y boletos a la postemporada. Una vez más el periodismo habrá demostrado que el béisbol se parece a la vida y que es posible soñar, aunque los periodistas pensemos lo contrario.

alt