Resulta que sin mucho ánimo estaba scrolleando en Facebook y en una de las páginas que sigo, Amantes de la Ortografía, encontré un meme que llamó mi atención, y me detuve. Sus publicaciones me parecen siempre muy simpáticas porque instruyen de una manera amena, con toques de humor, además, a cada rato me cultivo en temas desde gramática hasta actualizaciones de reglas ortográficas y palabras que no conozco.

En esta oportunidad se trata de un post que en su encabezado advierte tener cuidado con el novio. Y yo me pregunté en dónde estaría la broma y qué relación tendría con el nombre que estaba viendo: Leticia. Sí, porque hasta hoy esa palabra para mí solo era un nombre propio, jamás se me habría ocurrido que podía ser sustantivo.

El escueto cartel explica que su significado es “alegría, regocijo, deleite”, y como de costumbre, termina con un ejemplo: “La llegada de su primer hijo llenó su corazón de leticia”. No obstante, fui de inmediato al diccionario de la Real Academia Española y verifiqué lo leído. Allí también encontré que, como tantas palabras de nuestra lengua, proviene de una expresión latina, “laetitia”, que se refiere a felicidad y estado de gozo.

Captura de pantalla de la publicación del perfil de Amantes de la Ortografía en Facebook

Leticia se llaman varias personas de mi vida, aquella compañera de estudios en la Alianza Francesa, o luego la secretaria de la Oficina Económica en la Embajada de Cuba en Venezuela. Pero más mediáticas en mi mente tengo variantes como Letizia Ortiz, la colega española más conocida porque desde hace diez años es la reina consorte de su país; pero también hay una santa católica nombrada igual que celebra su día el 9 de septiembre; mientras así se llama la madre del emperador Napoleón Bonaparte, la francesa María Leticia Ramolino.

Como datos interesantes citamos que Leticia es un asteroide descubierto el 8 de febrero de 1856, y que en el escudo de la Universidad de Santiago de Chile se lee en latín el lema “labor laetitia nostra”: En el trabajo está nuestra alegría. Asimismo, Leticia es una ciudad de Colombia, una región en Perú, y un asentamiento precolombino maya en El Salvador, entre otros muchos ejemplos.

En resumen, leticia es una palabra llana, femenina, casi en desuso y olvidada, pero que podemos rescatar del baúl ahora mismo. ¡Es increíble la riqueza de nuestro idioma español, la cantidad de vocablos interesantes y desconocidos que tenemos!