Cuba: Big bang, explosión de arte
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Desde lo alto, actores en zancos viajan por las calles de esta ciudad cubana en una suerte de big bang o gran explosión de arte que combina funciones circenses con la ejecución de música en vivo, entre otras modalidades.
Llamado Tecma (teatro callejero medio ambiental), el grupo sorprende a los caminantes con sus espectáculos de fuego, actos de malabarismo y las representaciones de obras para niños y adultos.
En los pasacalles nos disfrazamos de duendes y otros personajes llenos de colorido para impregnar el ambiente de una visión artística que pretende mejorar la sociedad, declaró a Prensa Latina Alejandro García, integrante del conjunto.
La agrupación -explicó- está compuesta por 15 jóvenes, unos graduados de teatro, otros de música y el resto de danza.
"Somos una gran mezcla, pasamos muchas horas juntos, planeando la próxima actuación, ensayando o preparando vestuarios y el maquillaje, que por lo general resultan muy complejos", dijo.
Tecma pertenece a una red de educadores populares a favor del medio ambiente, pero que en la práctica va más allá del cuidado del entorno con sus elementos bióticos y abióticos.
Abogamos -precisó García- por el cese de la violencia, por el respeto de los derechos individuales, de la diversidad, y por una coexistencia armónica en el espacio común que habitamos.
Con la ciudad pinareña como escenario principal, convocan a la protección del paisaje urbano y sus riquezas patrimoniales.
Big bang (la gran explosión), nombre de la teoría que en cosmología física explica el origen del universo, se ajusta mucho a lo que queremos, sólo que en esta ocasión se trata de un estallido puramente teatral, afirmó.
"Nos satisface lo que hacemos, es difícil mantener el equilibrio durante tanto tiempo, bailar, e incluso, tocar instrumentos subidos en zancos, pero a la gente le gusta mucho, nos siguen en nuestros recorridos y presentaciones, finalmente logramos comunicar mensajes a través del arte".
Desde una altura considerable, vestido de payaso y algo agotado después de caminar por toda la calle José Martí, la principal del territorio, Alejandro confiesa que los aplausos y la atención de un público heterogéneo son el mejor bálsamo para el cansancio.
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