Dos caras de una moneda: Fraser vs. Fraser, Farah vs. Farah, Bolt vs. Bolt

Dos caras de una moneda: Fraser vs. Fraser, Farah vs. Farah, Bolt vs. Bolt
Fecha de publicación: 
17 Agosto 2013
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Reinados, rivalidades, pugna contra tiempos y contra la presión de saberte el mejor e intentar doblar cetros en distancias que dominas a tu antojo. Son el atletismo y la natación los deportes en los cuales los monstruos desafían leyes de la física, deshacen vaticinios y acarician la gloria.

Al menos dos ya se han adueñado de tal privilegio en el estadio Luznhiki moscovita, y presumo no sean los únicos. La sprinter jamaicana Shelly Ann Fraser Pryce es una de las que ha podido doblar, haciendo caso omiso a sus rivales y despegando sus extremidades como nadie del corcho sintético de la pista. Así se quedó a una centésima de su marca personal en el hectómetro (10.71), y en el doble de dicha distancia sus 22.17 fueron inigualables para la marfileña Murielle Ahoure (22.32) y la nigeriana Blessing Okagbare (22.32), la primera igualmente su escolta en los 100.

Shelly Ann Fraser Pryce
                                                     Shelly Ann Fraser Pryce

Fraser, de 26 años, adicionó otro título a su palmarés, que incluye las coronas olímpicas de la prueba reina en Beijing y Londres, además del oro en Berlín 2009 en el propio tramo. Ahora el cetro de los 200 le supo a desquite, pues en el camino, aquejada de una contractura muscular en su bíceps femoral derecho, quedó la estadounidense Allyson Felix, quien fuera capaz de doblegar a la chica de velocidad y reggae en la capital británica, 21.88 por 22.09.
 
Fraser, sin poseer ni el físico (mide 1.52 metros y pesa 57 kilogramos) ni los registros en 200 de sus coterráneas Marlene Ottey (21.64), Verónica Campbell Brown (21.74) y Grace Jackson (21.72) quedará en la memoria de todos, cuando de desafiar a Cronos se hable.

Aún le queda una carta bajo la manga, cuando casi al caer el telón mañana, integre la posta corta de su país, aunque en esta definición las archirrivales norteñas son el muro a derrumbar, pues aún está fresco el tope universal de 40.82 conseguido en Londres por Tianna Madison, Allyson Felix, Bianca Knight y Carmelita Jeter. Por si fuera poco, el primado de la competición igualmente está en su poder desde Atenas 1997. Allí detuvieron los relojes en 41.47.

Mucho más ecuánimes estarán sus homólogos varoniles en la posta, luego de las demostraciones que han atestiguado en el hectómetro y los 200 metros. Nada mejor que esos 36.84 y 37.04 inigualables.

Pura velocidad, no cesa de impresionar, es como si estuviera tejiendo una saga de rápido y furioso. Los lentes no dejan de seguirlo. Su sonrisa y naturalidad para destrozar registros y hacer lucir insignificante la presión de los rivales es inusitada. Hoy de nuevo lo vimos controlar los tiempos en los últimos 40 metros de la carrera, a la cabeza del pelotón y sin asomo alguno de preocupación ante el remate del también jamaicano Warren Weir. Ni siquiera el tope personal de Weir (19.79) hizo temblar el poderío del fenómeno de 1.96 metros y 92 kg. Todos sabemos que se trata de Usain Bolt, capaz de acuñar su séptimo pergamino en estas lides con un 19.66 inalcanzable en el 2013 para ningún otro corredor.

Usain Bolt
                                                                Usain Bolt

Bolt sueña, cumplirá 27 años el próximo miércoles y ante sus pies tiene una quimera que emular: los ocho cetros del mítico hijo del viento Carl Lewis y de Michael «el pato» Jhonson.

Nada que se le antoje imposible al pupilo de Glen Mills, al parecer ese vocablo lo extirpó de su carrera atlética desde el 2003, cuando aquellos 20.13 segundos conseguidos en Bridgetown un 20 de julio, presagiaban la estela que dejarían sus pinchos pumas en cuanta pista corrieran. Una marca que le va de maravillas, felina, justo esa sed instintiva que despliega cuando sus miembros se accionan, su cerebro dicta la orden de correr y sus zancadas se aceleran como ninguna otra.

Es difícil mantener el ritmo de estos bólidos, pero si de legados se trata, disminuimos las revoluciones para caer en Mohammed Farah. Corredor de fondo, esas distancias que para todos se antojan un verdadero dolor de cabeza, desde hace casi tres temporadas instalado en la cima de los 5 000 y 10 000 metros. Así lo evidenció la doble corona de este trotamundos británico de 30 años —nació en Mogadiscio, Somalia, en 1993 emigró a Gran Bretaña vía Yibuti y en la actualidad reside en Portland, Oregón, Estados Unidos, donde también entrena.

Sus 27:21.71 (10 kilómetros) y 13:29.98 (cinco), con parcial de 54 segundos última vuelta de los 10 000, ratifican que desde Daegu 2011 es el mejor fondista del planeta. El británico brilló igualmente en la tierra que lo bautizó como su hijo durante la cita estival. Ambos tramos fueron suyos. En una modalidad de tanta longevidad como el largo aliento tiene aún páginas que enarbolar a fuerza de resistencia, estrategias, remates, este fondista de 1.75 y 58 kg.

Por ahora, queda ver cómo culminan los tres la IV Liga del Diamante. Mientras eso sucede, que nadie dude que esta película del campo y pista verse sobre Fraser vs. Fraser, Bolt vs. Bolt y Farah vs. Farah.

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