Conocerse a sí mismo

Conocerse a sí mismo
Fecha de publicación: 
7 Agosto 2024
0
Imagen principal: 

De los tantos aforismos griegos famosos, uno de los más controvertidos es ese de «conócete a ti mismo», por la profundidad que presume. Es atribuido a diversos pensadores como Heráclito, Tales de Mileto, Sócrates, y hasta Pitágoras, entre muchos más, aunque realmente, es muy probable que cualquiera lo haya tenido en mente en la antigüedad tanto como en el presente.

Conocerse a sí mismo es uno de los preceptos personales que deberíamos tener con más seriedad para enfrentar la vida con paso firme. Tiene que ver con el autoconocimiento y la necesidad de explorarnos minuciosamente para estar conscientes de quiénes y cómo somos.

En la frase resuelta podemos responder otras inquietudes, también filosóficas, sobre nuestra existencia: de dónde venimos y a dónde vamos; y que, en resumen, solo buscan sabernos e intentar moldear las imperfecciones que identifiquemos para ubicarnos y ser mejores personas.

De acuerdo con la psicología, conocernos es un proceso constante de la inteligencia emocional, es un análisis que hacemos sin propósito. Lo que sucede es que a veces ignoramos las respuestas y no profundizamos ni aceptamos, y eso impide que podamos orientar de verdad nuestros propósitos, y también media en cómo nos relacionamos con el exterior.

conocete_1.jpg
Imagen tomada de http://www.marianoramosmejia.com.ar

Lo fundamental sería tener la capacidad de comprender nuestra psiquis, sentimientos e impulsos para emprender, entonces, el camino hacia otros conocimientos.

Sin embargo, en ocasiones reaccionamos con sorpresa acerca de nuestro propio pensamiento contradictorio. ¿Por qué somos así? ¿Será que no terminamos nunca de conocernos?

No sé, estoy segura de que siempre sabremos por dónde vienen los tiros internos, y de lo que sí no tengo dudas es de que el razonamiento no es lineal, no existe modelo ni un único modo o una camisa de fuerza para el pensar; es tan variable como la vida misma. Es así. Pero eso no quiere decir que no sepamos quiénes somos.

Es un ejercicio de introspección constante que hacemos desde pequeños, y que, quizás, no termina jamás, pero lo vivimos de manera instintiva la mayor parte del tiempo. Titubear está también permitido, aunque socialmente quieran educarnos a ser exactos, seguros y rápidos sin un atisbo de incertidumbres, cuando, en realidad, a veces es difícil existir, nadie nos enseña, y en ese proceso pasamos por momentos importantes que nos ponen a prueba, que nos hacen tambalear.

La introspección, entonces, requiere de repensarnos y encontrar las respuestas en nosotros mismos. Olvidar nuestro alrededor ayuda en la elección de un camino, una postura, el futuro profesional, y tantas otras cuestiones. Es muy válido cambiar de idea. De eso, también, va conocernos.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.