Las picaduras de medusa impiden hazaña de Chloe McCardel
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La australiana Chloe McCardel no ha podido realizar el reto de cruzar a nado los 170 km que separan a Cuba de Florida, sureste de Estados Unidos, tras una picadura de medusa que puso fin a su deseo de marcar un récord mundial y acercar a dos países distanciados por causas políticas.
Tras once horas de nado, la grave picadura de las medusas debilitó a la nadadora, que tuvo que desistir en su empeño. Según señala su portavoz Tim Stackpool, McCardel se encuentra ahora recuperándose antes de decidir sobre su futuro.
McCardel emprendió su travesía sin jaula protectora, en aguas plagadas de tiburones, y teniendo como únicas indumentarias su bañador negro, un gorro y las gafas, sin aletas. Antes de partir, su marido, Paul, le cubrió el cuerpo con una crema protectora.
Su propósito era llegar a Cayo Hueso tras unas 60 horas y convertirse en la primera persona en cruzar nadando el estrecho de Florida, empeño en el que han fracasado otros deportistas en los últimos años.
Otros intentos
Varias nadadoras han intentado completar infructuosamente este estrecho. La más reciente fue la estadounidense Diana Nyad, de 63 años, quien abandonó su cuarto intento de cruce el 21 de agosto de 2012, tras luchar más de dos días en el mar contra las tormentas, la hipotermia y las medusas.
Siete semanas antes había abandonado el mismo intento la británico-australiana Penny Palfrey, de 49 años, tras 40 horas en el mar.
La australiana Susan Maroney es la primera y única persona que ha logrado cruzar el estrecho de Florida, en 1997, cuando tenía 22 años, pero lo hizo protegida por una jaula antitiburones.
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