Alcalde Carlos Giménez: Corrupto de 18 kilates

Alcalde Carlos Giménez: Corrupto de 18 kilates
Fecha de publicación: 
11 Junio 2013
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El alcalde del condado Miami-Dade, Carlos A. Giménez, afirmó este lunes que Fidel y Raúl Castro no respaldan la adopción de medidas  en defensa de las libertades en Cuba.

“Yo estoy a favor –agregó- de todos los pasos que lleven a una Cuba libre, pero es difícil creer que alguno de los hermanos Castro lo deseen”, agregó el polémico funcionario.

Giménez se encuentra en Madrid al frente de empresarios de su territorio y desde tal escenario reclamó a las autoridades de La Habana libertad de expresión, de prensa y elecciones.

¿Cómo en su condado? Hace algo más de un año la famosa revista Forbes, luego de hacer una investigación en más de 200 urbes de Estados Unidos, concluyó que Miami es una de las peores.

Vale recordarle la película Miami Vice (corrupción), que en 2006 mostró el descompuesto ambiente del tráfico de drogas ilegales que pulula en una de sus principales ciudades.

Junto a ello, y todavía vigente, en su territorio reventó un gran escándalo sobre la podredumbre imperante alrededor de las  boletas para votar en ausencia y de quienes las manipulan.

La situación en ello ha ido tan lejos que hasta, por ejemplo, los jefes del Partido Republicano en la Florida prohibieron a sus hombres continuar la recolección de ese tipo de cédulas electorales.

Incluso el propio Alcalde de Miami-Dade no salió ileso de esas trifulcas, porque lo salpicaron, y aún su caso no resulta del todo claro al respecto.

A fines de julio pasado, el Nuevo Herald informó que la policía detuvo en Hialeah a dos boleteras con decenas de esas cédulas electorales, una parte de ellas a favor de Carlos A. Giménez.

Este último alegó no conocerlas, pero una de las mujeres, Deisy Cabrera, de origen cubano, entre otras pruebas fue vista en un acto público exhibiendo  una camiseta que llamaba a votar por él.

Pero en los antecedentes de Giménez además resalta otro delicado incidente, el conocido descubrimiento de unos 300 vehículos nuevos comprados seis años antes y aún sin movimientos.

La prensa local preguntó cómo explicar tanta indiferencia y el alcalde de Miami-Dade respondió: “queremos precisar si fueron decisiones que vinieron de arriba, todo se va a investigar”.

Hasta un bloguero ultraderechista de aquel entorno, Alberto Muller, comentó que esa declaración de Giménez, “para ser generoso con él,” podríamos calificarla de una verdad de Perogrullo.

Muller abrió una interrogante, ¿cómo es posible donde el alcalde propone el presupuesto y una comisión lo aprueba y fiscaliza,  que una decisión como esta no venga del más ato nivel.

Después el bloguero puntualizó, como para no dejar dudas: esta compra de vehículos “huele a corrupción”, bajo la administración de  Carlos A. Giménez.

Este último, según otro blog ultra de Miami, Café Fuerte, llegó a su actual responsabilidad condal a mediados de 2011 “en una elección marcada por la apatía de los votantes”.

La abstención llegó a un 83 por ciento de los inscriptos para emitir el sufragio, mientras su rival, Julio Robaina, obtuvo el apoyo mayoritario  de los cubanoamericanos, sobre todo en Hialeah.

Giménez invirtió entonces, solo en publicidad, unos 900 000 dólares, el blog Café Fuerte además comentó que fue una campaña cargada de duros ataques personales entre ambos candidatos.

Junto a ello, finalizó, las diatribas de uno contra otro se dispararon  en la radio y la televisión, al tiempo que  anuncios propagandísticos  echaron en cara “hasta el tipo de automóvil de los rivales.”

El alcalde Carlos A. Gutiérrez dijo una verdad histórica, ese tipo de libertades, muy comunes en su territorio y en Estados Unidos, nunca llegarán a Cuba.

 

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