Algarabía en tierra de cocodrilos

Gallos y cocodrilos han puesto sal y pimienta a la 52 Serie Nacional de béisbol con espectaculares juegos, tal y como lo merecemos los cubanos, que llevamos “la pelota” en el alma. Esta noche, en el estadio José Antonio Huelga de la central ciudad de Sancti Spíritus, se enfrentarán los planteles de esa provincia y de Matanzas en su sexto partido semifinal.

¿Quién va a ganar? Eso, la verdad, nadie lo sabe hasta el final del juego, imagínense si es posible estar seguros antes de que empiece, pero en la tierra de los cocodrilos, creo que anoche la gente no durmió, creo que si alguno cerró los ojos, soñó con Víctor Mesa, puedo demostrar que ni hace falta salir de casa para notarlo…

Sentada en la sala y con la puerta totalmente cerrada, no puedo evitar enterarme de que mis vecinos de al lado tienen que regresar temprano del trabajo, porque consiguieron una guagua que va para Sancti Spíritus y “el que no esté temprano, se queda”.

El panadero pasa vociferando su acostumbrado y aburrido pregón (“el pan duro y el pan suave”) pero entre col y col, o mejor dicho, entre pan y pan, da el parte del tiempo a un socio de la multitudinaria peña que es hoy Matanzas: “anunciaron lluvias, no sé si llegará a Sancti Spíritus, pero no me preocupa, porque los cocodrilos viven en el pantano, allá los gallitos que se tienen que subir a una mata para dormir”.

Abro mi correo electrónico y una chiquilla de doce años me ha reenviado un email a mí y a todos los que se encontró entre los contactos de su hermana, es una caricatura con el siguiente texto: vinieron gallitos y se fueron calditos”, por su parte la chiquilla agrega: “esta noche les echamos limón y a tomar caldo de gallo”.

Tocan el timbre y ahí está mi visita hablando a que no adivinan de qué: obvio, de pelota. Es una pareja y dice él: “olvídate de eso que Matanzas va a ganar” y ella: “seguro” y yo digo, para mis adentros, bueno, voy a sacar provecho de este karma enciendo la grabadora y les pregunto: ¿por qué están seguros?  (Desperté un volcán)

Él: “Porque tenemos a un Joel Suárez que está increíble, que dio un juego casi perfecto el otro día, porque ese equipo tiene un sentimiento deportivo y unas ganas de ganar muy grandes y un pueblo loco por ver lo que no ve hace años, desde Henequeneros y para enseñarle a Cuba que con un equipo de hombres y no de nombres con muchas ganas de jugar se puede ser campeón.”

La dama, que no renunció a ir primero pero… se embulló: “Matanzas va a ser campeón porque lo más importante es tener corazón y al equipo de Matanzas eso le sobra. Freddy Asiel dijo en televisión que sin autosuficiencia él es el mejor pitcher de Cuba, pues que se prepare, por los matanceros nos vamos a comer el gallo y lo vamos a bajar con jugo de naranja”.

Esta es la parte en que decidí escribir algo y ya no lo dejé al azar, llamé por teléfono a mi mejor amiga porque allí siempre hay algún “experto” (de eso está Cuba repleta) y efectivamente, conseguí con Leudios y Raúl, un par de muchachones que además de a la arquitectura, se le cuelan al asunto del Béisbol, aquí les va la opinión de los “especialistas”.

“Las ventajas que tiene Matanzas es que vienen de barrer y tienen el ánimo alto, hoy abren con su mejor pitcher y aunque en su patio son casi invencibles es uno de los equipos que más gana como visitador, con el 50% y la mayor desventaja es que el pitcheo de relevo se Sancti Spíritus es mejor que el de Matanzas.”

“En cuanto a Sancti Spíritus, tiene a su favor que está jugando en su sede, con su público y que va a abrir Ismel Jiménez que es un gran pitcher y en contra que están mal al bate y a la defensa, que vienen de una barrida y que tienen a Yuliesky jugando y a Cepeda sin jugar, además, Eriel Sánchez, uno de los hombres que más produce no ha impulsado en el play off y ha dejado hombres en base en muchas ocasiones.”

Así amaneció Matanzas: es un hervidero de emociones, nunca había visto mi ciudad apasionada, parecerá de locos, pero óigame, hasta Carilda escribió hace años: “Matanzas lenta” y así todo yo, como ella, la adoro, pero no puedo negar que la prefiero como la vi hoy: animada, optimista, orgullosa. Gracias por eso a aquellos Henequeneros inmensos que sembraron la semilla, a Víctor Mesa y su equipo que la está cosechando, al béisbol… esa alegría que se respira esta mañana ya es un trofeo para la pelota matancera, en el terreno, que gane el mejor.