Huelga de hambre pone otra vez a cárcel de Guantánamo en el tapete

Huelga de hambre pone otra vez a cárcel de Guantánamo en el tapete
Fecha de publicación: 
17 Abril 2013
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El debate público sobre la cárcel que Estados Unidos tiene en la bahía  de Guantánamo, Cuba, se recalentó esta semana tras la publicación de un  denso artículo redactado por un prisionero, uno de los tantos que hace  meses están en huelga de hambre en protesta por su "detención  indefinida".

 La columna fue publicada el lunes 15, pocos días después de que Navi  Pillay, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos  Humanos, dijera que la detención indefinida de los presos de  Guantánamo violaba el derecho internacional y que reclamara el cierre  de la prisión.

 "Estoy en huelga de hambre desde el 10 de febrero y perdí bastante  más de 30 libras (13 kilogramos). No volveré a comer hasta que me  devuelvan la dignidad", cuenta Samir Najir al Hasan Moqbel, un yemení  detenido desde hace 11 años en Guantánamo, en el artículo publicado  por The New York Times.

 "No quiero morir aquí, pero hasta que el presidente (Barack) Obama y  el presidente de Yemen (Abd Rabbuh Mansur al-Hadi) hagan algo, corro  a diario ese riesgo", prosigue.

 Moqbel es uno de los 43 reclusos de Guantánamo en huelga de hambre.

 La columna, que concentró la atención pública, no se interpreta como  una declaración de inocencia, sino como un testimonio de la  desesperación que consume a los pirisioneros por su detención  indefinida.

 El artículo también apunta a ejercer presión sobre Obama para que  cierre Guantánamo, una promesa que data de 2009, cuando comenzó su  primer mandato. Al presidente le llueven críticas porque la  existencia de la prisión ya superó las dos guerras heredadas del  gobierno anterior, de George W. Bush (2001-2009).

 "Obama incluyó en su plataforma electoral el cierre de Guantánamo y  el compromiso de que Estados Unidos respetaría las leyes  internacionales de derechos humanos, pero no ocurrió nada de esto",  dijo a IPS la especialista Susan Hu, del Centro para los Derechos  Constitucionales, que representa a algunos de los prisioneros.

 "De hecho firmó un decreto en 2009 que promete cerrar la cárcel, pero  no ha hecho absolutamente nada al respecto. A pesar de que tiene la  potestad de transferir a los presos de Guantánamo, hace dos años que  no lo hace y los traslados se detuvieron. Los hombres piensan que es  el lugar en el que se quedarán de por vida", añadió.

 Hu relató que sus clientes le han dicho en reiteradas oportunidades  que están cayendo en la desesperación y llegaron a un punto en que  negarse a ingerir alimentos es la única forma de poder expresar su  desaliento.

 La especialista también fue tajante sobre que la responsabilidad  ahora es del presidente Obama.

 "Creo que existe un malentendido respecto de que el Congreso  (legislativo) es el obstáculo para la liberación de los presos de  Guantánamo, cuando, de hecho, es el presidente Obama quien debe ser  responsabilizado por no hacer uso de sus potestades", prosiguió Hu.

 "La mayoría de las personas que actualmente están en Guantánamo  tienen autorización para ser liberadas, y hace seis meses que están  en esa situación", observó.

 "Creo que la única razón por la cual estos hombres no han sido  liberados es porque el presidente Obama no está dispuesto a arriesgar  su capital político por cerrar Guantánamo", arguyó.

De regreso a la era de George W. Bush

Las críticas quedaron relativamente contenidas durante su primer  mandato de cuatro años, pero la situación se agravó luego de que  Obama promulgara en enero una ley que, según sus detractores, no hace  más que abandonar su promesa de cerrar la polémica cárcel.

 La Ley de Autorización de D efensa Nacional prohíbe el traslado de los  detenidos en la bahía de Guantánamo a Estados Unidos por cualquier  motivo, incluso para ser procesados por un tribunal federal.  También exige al secretario (ministro) de Defensa rigurosos  requisitos para repatriar a un preso a su país o reubicarlo en otro.

 "Esa ley exige un certificado de todas las agencias involucradas  antes de autorizar el traslado a su país o sacarlo de allí", remarcó  Hu.

 "La ley también prohíbe usar fondos federales para el traslado de  reclusos a Estados Unidos, apartándolos, de hecho, de la justicia  federal. Obviamente, eso dificulta la transferencia de presos desde  Guantánamo y contribuyó a la frustración de los detenidos", explicó.

 Antes, el gobierno de Estados Unidos podía trasladar a un preso que  se había declarado culpable en un proceso militar y había cumplido su  condena. Pero la nueva ley elimina la potestad de alcanzar un acuerdo  de culpabilidad o de aceptar las promesas de liberar a los detenidos.

 Pero Hu subrayó que aún es posible transferir a los presos a sus  países de origen y cerrar la prisión, pues Obama todavía tiene la  potestad para ello, pese a no haberla ejercido en los últimos dos  años.

 "Cerró la oficina del Departamento de Estado (cancillería) encargada  de reubicar a los presos y no presentó la posición de la Casa Blanca  destinada a supervisar el cierre de Guantánamo. Estas son todas cosas  que podría ir haciendo, pese a las restricciones impuestas por la  ley", añadió.

 La creciente frustración de los detenidos derivó en la huelga de  hambre que comenzó hace unos meses, y que llevó a funcionarios de la  base a naval a alimentarlos a la fuerza. La situación se agravó el  mes pasado, con episodios de violencia entre detenidos y guardias.

 "Por lo que escuchamos de nuestros propios clientes, la mayoría de  los hombres en (los bloques de la cárcel llamados) Campo Cinco y  Campo Seis están en huelga de hambre", dijo Hu.

 "Cuando comenzó la huelga en el Campo Seis, participaron todos los  hombres salvo dos, o sea unas 120 personas. Pero ahora escuchamos que  son 43. Al parecer, la represalia de los guardias es ponerlos en  aislamiento, como las condiciones que sufrieron en 2005", relató.

 Los prisioneros también están siendo trasladados de áreas comunes  para su confinamiento en aislamiento.

 "Preocupa que empeoren las condiciones como si se volviera a la peor  parte del gobierno de Bush, cuando los presos eran maltratados", se  lamentó.

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