Atletismo cubano: Los errores, como en cualquier esfera de la vida, cuestan
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Yo incluso confieso que en los últimos tiempos he cuestionado con estocadas más filosas una realidad que desde hace más de dos décadas trasciende en el ámbito interno, aunque con mayor auge en el último lustro.
Pensemos únicamente en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Ponce, Puerto Rico, 1993, y fijémoslo como detonante. Allí 37 miembros de nuestra delegación decidieron abandonarla y emprender una cruzada prácticamente en territorio estadounidense.
Desde entonces razones económicas, necesidad de probarse competitivamente a un nivel superior al que sencillamente las bondades de nuestros certámenes domésticos pueden ofrecer, encontronazos, incomprensiones y malas políticas de atención a los atletas, entre otras causas han dado al traste con un notable bajón en materia de resultados excelsos.
El atletismo, como una de las disciplinas de mayor casta y palmarés en nuestro país, —ostenta 49 medallas en Campeonatos Mundiales (18-21-10) y 39 en Juegos Olímpicos (10-14-15), para los escaños 10 y 20 del medallero histórico por naciones—, no ha estado exento de dicho fenómeno, y me atrevería a decir que en ese sentido le ha pisado los talones al béisbol y el voleibol.
Así se nos han “escapado” atletas y preseas. Y es que los errores, como sucede en cualquier esfera de la vida, cuestan. Así aseveró Jesús Molina, para muchos uno de los hombres más conocedores del campo y pista en Cuba, avalado por más de cuatro décadas metido de a lleno en ese mundo. Comisionado Nacional desde 1980 a 1997, sin duda un periodo de gloria. Posteriormente vicepresidente de la Federación Cubana, además de ser miembro del Comité Técnico de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) y de la Confederación de Atletismo de Centroamérica y el Caribe.
Pero vayamos al punto: choca no contar de súbito con figuras encumbradas u otras llamadas a convertirse en relevo seguro, áreas de sobrada tradición deprimidas, y esa sólida cantera en algunas de ellas incierta en materia de predicciones…
Molina: ¿Considera usted que el atletismo cubano afronta una crisis?
Pienso que no, independientemente de que los resultados en los Campeonatos Mundiales de Daegu 2011 y Estambul 2012 (pista cubierta), y luego en los Juegos Olímpicos de Londres los resultados distaron de lo deseado. Sin embargo hay varios atletas jóvenes de perspectivas para Río de Janeiro 2016 y el próximo ciclo. Eso sí, debemos revisarnos, perfeccionar nuestra metodología y el control del componente técnico a todos los niveles y renovar el sistema competitivo, especialmente en edades tempranas y con los posibles prospectos o talentos, siendo más incisivos en el área de velocidad.
Sí han experimentado una depresión ciertas y determinadas áreas como la jabalina femenina, el salto de altura, la velocidad y el medio fondo, específicamente los 800 metros. Recuerdo que nosotros hace más de tres décadas le aportamos nuestra fórmula a Jamaica, Granada y otros países del área. Ellos han alcanzado un desarrollo insospechado, en cambio nosotros…
Copa Cuba y Memorial Barrientos, ¿posibles puntos de despegue para certámenes de calidad superior en casa?
El primer objetivo se consiguió con la copa Cuba, lograr que la mayoría de las principales figuras del patio compitieran, exigiéndose a tono con la etapa de preparación en la que se hallen inmersos, el término del primer macrociclo en este caso. Independientemente de esto, modalidades como el triple y la jabalina masculina, y la pértiga, el disco y el martillo femenino, se ganaron con resultados de categoría universal. Esto puede, y nos ha sucedido en otros momentos, resultar un arma de doble filo, pues luego en el momento climático de la temporada no logran acercarse a esos registros, cuestión que también estamos analizando con profundidad: el debido modelaje tanto de entrenamiento como competitivo, para llegar en forma óptima o lo más cercanos a ella al evento fundamental.
Respecto a la presencia de atletas foráneos de renombre acá… Justamente trabajamos en eso, a pesar de los conocidos inconvenientes que puede ocasionar el enclave de este Estadio Panamericano. Estamos coordinando esfuerzos para darle brillo al Memorial Barrientos que se avecina con la presencia de las principales figuras del área Centroamericana y del Caribe. Lo necesitamos y sería un logro poder insertarlo de forma regular en el Circuito Internacional del Caribe, como Ponce, Guadalupe y Martinica, por solo citar algunos en naciones que en la totalidad de los casos cuentan con menos empuje, tradición y palmarés que nosotros.
Moscú a la vuelta de agosto. ¿Vaticinios?
Apuesto por un resultado mejor que el de Daegu (0-1-3). Será necesario no incurrir en los mismos errores de Londres, dar fe del trabajo y corrección de dichos elementos negativos, y que nuestros exponentes lleguen enfocados, concentrados en su objetivo y saquen a relucir esa garra y competitividad que siempre nos ha caracterizado. Eso y el producto de una buena preparación se traducirá en buenos dividendos, medallas.
¿Tocados por el ojo de Molina para materializar dicho objetivo?
Yarisley Silva y Lázaro Borges en el salto con Pértiga, ellos se suman con potencia a un grupo de atletas de resultados importantes, sea cual sea el entorno competitivo: Yipsi Moreno, Yarelis Barrios y Leonel Suárez, además del jabalinista Guillermo Martínez, los vallistas Orlando Ortega (110) y Omar Cisneros (400), los noveles Ernesto Revé y Pedro Pablo Pichardo en el triple masculino, pues dicha modalidad entre las damas no atraviesa un momento de brillo. Eso y la posta larga (4x400) varonil.
Si de una forma u otra, adarga al ristre, músculos tensos en su desenfrenada carrera contra los molinos que puedan representar rivales de prestigio y solidez, logran materializar su escalada al podio de premiaciones, estaríamos en presencia de un resurgir, ese que tanta falta le hace no solo al bien llamado deporte Rey en Cuba, sino a todo nuestro movimiento deportivo.
Para que de una buena vez disminuyan el éxodo de atletas, los cuestionamientos de aficionados y las estocadas filosas de este cronista.
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