Racismo en EEUU: algunos no desean enfermeras de otra raza

Racismo en EEUU: algunos no desean enfermeras de otra raza
Fecha de publicación: 
23 Febrero 2013
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Uno de los "secretos a voces" del mundo de la medicina, indica que los pacientes pueden negarse a ser atendidos por un médico o una enfermera de otra raza.

En el más reciente caso expuesto, un hombre blanco que llevaba un tatuaje de una cruz gamada exigió que no se permitiera que las enfermeras de raza negra tocaran a su hijo recién nacido. Ahora dos enfermeras negras han demandado al hospital, alegando que toleró una exigencia ilegal.

Los casos del estado de Michigan figuran entre varios de demandas judiciales entabladas en años recientes que ponen de manifiesto este tipo de casos. Aunque muchos jamás salen a la luz, persisten estos prejuicios a casi 60 años del inicio del movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos.

El código de ética de la Asociación Médica de Estados Unidos prohíbe a los médicos que se nieguen a tratar a las personas debido a su raza, género u otras razones, pero no existe política alguna que se encargue de los pedidos en base a la raza cuando se trata de los pacientes.

"En general, no me parece que honrar las preferencias en base a prejuicios... sea moralmente justificable" para una organización de servicio de salud, señaló la doctora Susan Goold, catedrática de medicina general y de salud pública. "Eso nos dice que no se puede curar la intolerancia... En algunas ocasiones cuando se accede a regañadientes a los insistentes deseos de un paciente es moralmente aceptable".

En esas ocasiones, estos casos aceptables pueden incluir a pacientes que han quedado tan traumatizados, ya sea por una violación o por combate, por ejemplo, que complacer su pedido es preferible que obligarlos a recibir atención de aquéllos cuya presencia podría agravar la situación, agregó.

Tonya Battle, una enfermera veterana del Centro Médico Hurley en Flint , entabló la primera demanda contra el hospital y la jefe de enfermeras, señalando que después del incidente puso un aviso que prohibía a las enfermeras de raza negra que atendieran al bebé. Indicó que posteriormente se retiró la nota pero tampoco se permitió a las enfermeras negras el cuidado del bebé durante un mes debido a su raza.

Otra de las enfermeras, Carlotta Armstrong entabló una segunda demanda judicial, al afirmar que la acción del hospital provocó confusión entre las enfermeras de la unidad de terapia intensiva de neonatos.

El abogado Tom Pabst dijo que su clienta consideró: "lo que realmente me molestó fue el hecho de no sabía qué hacer en caso de que el bebé se pudiera estar ahogando o al borde de la muerte. ¿Me van a despedir si trato de ayudarlo?".

En otro juicio federal en el 2005, tres empleados del Hospital Abington Memorial cerca de Filadelfia afirmaron que se les impidió atender a una mujer después que su marido, un supremacista blanco les gritó insultos raciales y exigió que no se incluyera a personal afro-estadounidense.

En la queja se menciona que los supervisores aceptaron el pedido del hombre. En el caso se alcanzó un acuerdo antes que llegara a juicio.

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