La nueva obra del joven Jorge Otero

La nueva obra del joven Jorge Otero
Fecha de publicación: 
19 Diciembre 2012
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Jorge Otero es uno de los artistas cubanos que exponen por estos días en el Centro Cultural Vitrina de Volonia los ecos profundos de una experiencia que parece haberlos marcado definitivamente: la Itinerancia artística de la Punta al Cabo y la Isla también.

El diálogo con este joven creador sucedió allí, entre flores que rememoran quién sabe cuántas emociones, el rezo desgarrador a Salida, la evocación de una Isla ya icónica en el arte cubano, ahora reinterpretada, la sangre y el cuchillo que se dejan adivinar sin pudor en la pieza de un amigo habitualmente cultor del abstracto; sucedió, en definitiva, entre las resonancias de una vivencia estremecedora. 

¿Por qué sumarse a un proyecto como este?

“Es muy, muy positivo, muy interesante acceder a lugares, interactuar con personas con las que normalmente tú no intercambias o con las cuales tú no tienes esa certeza de cómo reciben tu arte, incluso en los centros penitenciarios, por supuesto esas personas no pueden ir a una galería, no pueden asistir, acercarse a tu obra, o sea, tú tienes que llevarla y ese gesto de llevarla ahí para mí es muy importante.”

La instalación completa. Foto: Yuris Nórido

¿Te aportó algo cómo artista?

“Aporta en todos los sentidos, aporta como humano primero y ya a partir de que te aporta como humano te aporta como artista, por supuesto, porque el arte se nutre realmente de la vida, de la experiencia, de la sociedad, de todo… y realmente una experiencia como esa te enriquece mucho…”

¿Cambió en alguna medida tu visión de Cuba haberla recorrido de esta forma?

“Realmente sí. Cambió en muchos sentidos. El arte cubano, por supuesto, está lleno de creadores de todas partes de Cuba, eso se sabe, pero la gira sí corroboró que hay mucho talento en todas las provincias a las que fuimos, hay muchos jóvenes haciendo arte buenísimo incluso otros que no son tan jóvenes y por equis motivo no han accedido a otros centros, pero tienen mucho talento. Y por otra parte influyó en mi visión de un público que se nutre del arte, que puede visitar una galería, que puede entender una obra de arte, que puede comunicarse con una obra de arte, pues realmente vi que puede estar en todos los sectores y en todos los espacios donde tú te muevas en Cuba en general, no tiene que estar en lugar en específico o en la capital nada más. Eso me gustó mucho, porque descubres un pueblo en general que disfruta la cultura y que tiene nivel para apreciarla, para interactuar con ella…”

¿Y tu visión del arte?

“Es una experiencia muy fuerte, por ejemplo, lo de los centros penitenciarios es una cosa que te cambia, a partir de ahí tú vas a hacer otro arte, por ejemplo, a mí me aterrizó, ese arte de élite, para un determinado público… para nada… los internos entendían todo, se comunicaban, aportaban a la obra como cualquier persona…”

No conozco a fondo su trabajo anterior, pero este hombre mira desde su retrato  con una reciedumbre que huele a óxido, las lágrimas no parecen creadas por el artista, el artista las sacó de algún sitio silencioso que pende en secreto de los hilos que en la instalación de Jorge Otero sostienen algunos objetos, así que la nueva obra, esta que nos espera como un testimonio junto a la Plaza Vieja, no solo da fe del talento, acredita sensibilidad y humanismo.

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