Con Lázaro Borges: Cuando cuerpo y mente se combinan en pos de un objetivo…
especiales
Un objetivo, un nuevo comienzo, como casi siempre sucede en el deporte cada cuatro años. Para Lázaro Borges marcado esta vez por un año que catalogó de intenso, marcado por muchas experiencias, la mayoría no gratas.
Todo el areté que representaba su condición de subcampeón del orbe en Daegu (alcanzó tope nacional de 5.90 metros) de pronto se desvaneció producto de una garrocha partida en los Juegos Olímpicos de Londres. No era la primera vez que algo similar le sucedía, sí al magno nivel. Al punto de que recaló en el escaño 37 de la actual temporada, con salto de 5.60 alcanzado en su estreno en el Grand prix de Ponce, Puerto Rico, bien a la zaga de los líderes, el alemán Björn Otto (6.01), el francés Renaud Lavillenie (5.97) y el también germano Malte Mohr (5.91).
Sobre esa y otras cuestiones accedió a conversar en medio de una sesión de entrenamiento, en su cuartel general del Estadio Panamericano. Allí lo encontramos dispuesto 100 %, luego de repetir una y otra vez los ejercicios de agarre de la garrocha con el impulso final, combinar la coordinación de piernas y brazos, y decepcionando con precisión las indicaciones de su mentor Rubén Camino.
Experiencias, segundos juegos olímpicos marcados por algo negativo… ¿Un balance?
si tuviera que colocarlo en una balanza la inclinaría hacia el lado positivo, a pesar de los contratiempos. Tuve dos giras intensas, aprendí a dosificarme, mantenerme enfocado, tanto en el aspecto físico como en el psicológico. Ciertamente en Londres todos vieron que se me partió la pértiga, la estrategia se me fue al suelo, con el cambio hacia otra más blanda tuve que bajar la altura de los agarres, además del schock psicológico, luego ese fallo inicial sobre 5.50 me dejó fuera de la final. Luego, para rebasar los 5.60 necesitaba pértigas duras y no las tenía.
¿Caso pértigas aún por resolver?
Siempre he dicho que con lo que tenemos hay que echar “pa´lante”. Con esas hemos alcanzado los resultados que exhibimos hoy. Aprovecho para decirte que estoy muy feliz por la plata de mi compañera Yarisley Silva, desde Daegu la merecía, sin embargo no tenemos condiciones idóneas en materia de implementos.
Sobre ese parecer ahondó su mentor Rubén Camino:
“Tanto Lázaro como Yankiel Lara utilizan las mismas pértigas, cuando el primero se mueve a competencias en Europa u otra latitud, Lara sufre pues debe continuar entrenando. En la actualidad esperamos un envío de seis garrochas, —para tener una idea de lo que hablamos baste decir que las garrochas se fabrican de fibra de vidrio o carbón, miden entre cuatro y cinco metros y pueden costar entre 700 y 900 euros—, con ellas pretendemos estabilizar el trabajo de los tres preseleccionados, (completa la nómina el juvenil de 16 años Marco Molina), y en el caso de Borges y Yankiel, tratar de que hagan las marcas para el mundial de Moscú, entre el 10 y el 18 de agosto próximo y una vez allí accedan a la final ambos. Para ellos deberán rondar Borges 5.80 (más-menos cinco centímetros) y Lara 5.65 (con el mismo margen)”, explicó Camino.
Una vez terminada la cita londinense, ¿te costó mucho reponerte?
Estuvimos tres semanas después de los juegos insertados en el circuito europeo, terminé anímicamente arriba y en óptimo estado físico, cercano a mis potencialidades, incluso en el plano competitivo. He comenzado el ciclo con grandes deseos de hacer cosas, triunfar, y reinsertarme en la elite, con la autoestima elevada. En este momento trabajo para perfeccionar la técnica y fortalecer todos los planos musculares superiores, pues sufrí una lesión en mi hombro izquierdo, el brazo de apoyo, pues con el derecho realizo la palanca. Con un grupo de ejercicios que me recomendaron mi médico y mi fisioterapeuta estoy bastante recuperado. Lo necesito, además de para incrementar la altura del agarre y lidiar con pértigas más fuertes. Suelo competir con una que soporta 195 libras de fuerza y tiene 15.3 de flexión. Eso unido a mi carrera de impulso y despegue como principales potencialidades, me debe aportar mayor altura.
¿Entonces al acecho de los grandes?
Confíen en que si. Todo lo negativo se convirtió en una motivación extra. Pretendemos volver a ganar ese respeto entre los grandes de la especialidad. Tocar nuevamente las alturas, coquetear con las nubes y… ¡las preseas!
Añadir nuevo comentario