Píter contra la toxina

Píter contra la toxina
Fecha de publicación: 
6 Octubre 2011
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Píter Ortega es un crítico laborioso, entregado a su profesión. Siendo tan joven ya tiene una hoja de ruta considerable. Ha sido curador de significativas —y muchas veces polémicas— exposiciones; ha publicado en medios cubanos y extranjeros análisis —muchas veces polémicos— sobre el arte contemporáneo cubano; ha sido beligerante y audaz contendiente en discusiones públicas con destacadas figuras de la cultura…

Píter Ortega siempre tiene algo que decir. Y no tiene miedo de decirlo. Ya lo dejó claro hace unos días, en un popular programa de televisión. Cuando le preguntaron sobre el rol de la crítica, concluyó: “elogios para el que merece elogios; cocotazos para el que los merezca”. Uno podría cuestionar hasta qué punto un crítico tiene derecho a dar “cocotazos” a un creador, pero Píter lo dice con tanta naturalidad, con tanto convencimiento, que no queda más remedio que admirar su intrepidez para defender un punto de vista…

Píter Ortega cree que la sinceridad es lo primero; y cree también que el crítico no debe callarse nada, aunque pueda resultar provocativo, problemático, discutible… Es mi verdad y la expreso, esa parece ser su divisa. Así ha andado por esos caminos del arte: haciendo amigos y no pocos enemigos, labrándose una fama que otros no quisieran tener, pero con la que él parece sentirse muy cómodo: la de niño terrible.

Este miércoles, en el Museo Nacional de Bellas Artes, ha presentado Contra la toxina, su primer libro —que llega justa antes de cumplir los treinta años, como siempre quiso: Píter tiene muy claro lo que quiere y cuando lo quiere— publicado por el Centro Juan Marinello. En el volumen reúne textos publicados en periódicos, revistas y sitios digitales, en los que ofrece su visión sobre obras y creadores de las artes plásticas.

Los presentadores y el equipo de la casa editorial lo consideran un texto importante a la hora de trazar coordenadas del arte contemporáneo cubano. Admiran de Píter su sinceridad, la fuerza de su estilo, lo singular de sus análisis. Dicen que es el libro de una generación…

Parecen estar, hasta cierto punto, en lo cierto: la mayor parte del numeroso público que se reunió en Bellas Artes fue joven: estudiantes la mayoría. Gente vocinglera y entusiasta que apenas dejaban escuchar a los ponentes. Cuando por fin el propio Píter tomó la palabra, lo recibieron con una ovación.

Píter considera su texto retador, cuestionable —de hecho, el presentador había dejado claro que no compartía todos los criterios del autor— pero muy sincero. Afirmó que en Contra la toxina había mucho de él, que los que pudieran leer entre líneas se darían cuenta enseguida. No habló mucho, después de los agradecimientos invitó al público a buscar su libro, que se iba a entregar gratis. No es habitual ver tanta muchedumbre tratando de conseguir un título de crítica de arte. Por suerte, alcanzó para casi todos los presentes. Píter estuvo más de una hora autografiando…  

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