China aguarda por nueva generación de líderes políticos

China aguarda por nueva generación de líderes políticos
Fecha de publicación: 
12 Noviembre 2012
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Una nueva generación de líderes asumirá esta semana el poder en China con la compleja tarea de reparar las irregularidades sociales dejadas al paso de un acelerado desarrollo económico y las lesiones políticas ocasionadas por escándalos de corrupción.

 

Todo está listo para que los casi dos mil 300 delegados que participan en el XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh), que concluirá el próximo miércoles tras siete días de sesiones en el Gran Palacio del Pueblo en esta capital, ratifiquen la nominación de Xi Jinping como su nuevo secretario general.

 

Xi sustituirá en ese cargo a Hu Jintao, quien llega al final de su mandato al frente del PCCh al cumplirse los 10 reglamentarios acordados por esta veterana organización política con más de 82 millones de afiliados y en el poder desde 1949.

 

A sus 59 años, el alto, corpulento y muy discreto Xi Jinping es considerado un político pragmático, con muchas habilidades para solucionar problemas complejos.

 

Esas características serán puestas a prueba en una etapa crucial en la que China se propone, en medio de las adversidades de la situación económica internacional, poner en marcha un nuevo modelo de crecimiento que no descuide el bienestar social de la población y la protección del medio ambiente.

 

Pero también su gestión tendrá mucho que ver en la sostenida batalla contra la corrupción y las indisciplinas en todos los niveles de poder, un problema que ha llegado a lesionar la imagen del PCCh ante una población en la que abundan los disgustos por la ampliación de las brechas sociales y económicas.

 

Oriundo de la noroccidental provincia de Shaanxi, donde se encuentran los famosos guerreros de terracota, Xin es hijo del exviceprimer ministro Xi Zhongxun, un estrecho colaborador de Mao Zedong, que fue purgado en los años caóticos de la Revolución Cultural (1966-1976) y rescatado años después por Deng Xiaping para supervisar el entonces recién iniciado proceso de reformas.

 

Pero el hombre a quien sustituirá esta semana al frente del PCCh, Hu Jintao, tiene recuerdos más amargos de aquella época. Su padre, que garantizaba el bienestar de la familia con su negocio de venta de té, fue acusado de capitalista por los guardias rojos, torturado, encarcelado, hasta finalmente morir en 1978.

 

Xin también sufrió los desmanes de aquel periodo convulso en China. A sus 15 años fue enviado con un grupo de estudiantes a trabajar en una remota granja agrícola de reeducación.

La carrera política de Xin, un ingeniero químico graduado en la Universidad Tsinghua, en Beijing, donde después obtuvo el doctorado en teoría marxista, comenzó en la década del 80 como jefe del Partido Comunista en un condado de la provincia de Hebei.

 

Desde 1985 ocupó durante más de 10 años diversos cargos en la provincia costera de Fujian, donde consolidó su carrera política hasta que en 1999 fue nombrado gobernador para poner en orden la situación creada por un escándalo de corrupción que implicó a varios funcionarios.

 

En esa provincia fue donde Xi conoció a la que hoy es su esposa desde 1987, la cantante soprano Peng Liyuang, quien mucho antes ya era famosa entre los chinos por sus interpretaciones de música tradicional, difundidas por la televisión nacional.

 

Con su ya ganada reputación de político estricto, Xi fue nombrado por el presidente Hu en marzo de 2007 como secretario general del Partido en Shanghai para arreglar los problemas causados en esa capital financiera por el escándalo de corrupción de su antecesor Chen Liangyu.

 

En octubre de ese año fue promovido al Comité Permanente del Buró Político, la instancia suprema de poder encargada de guiar el destino del Partido y el Estado chinos.

 

Con su estilo de político discreto, casi siempre alejado de las cámaras de televisión y de los fotógrafos de prensa, Xi es señalado como un opuesto a los discursos llenos de consignas en lugar de una comunicación más directa.

 

En 2008, Xi ascendió a la vicepresidencia del gobierno chino y desde ese rango se encargó de supervisar la organización de los Juegos Olímpicos de Beijing. En 2010 fue nombrado vicepresidente de la poderosa comisión Militar Central.

 

Esta semana llegará a la cúspide de su carrera política cuando sustituya a Hu Jintao como secretario general del PCCh, una posición que lo llevará a ser el próximo presidente de China cuando la Asamblea Popular Nacional (Parlamento) lo nombre oficialmente en ese cargo supremo del Estado en su sesión ordinaria, prevista para marzo de 2013.

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