Volar sobre vallas para Yordan O’Farrill
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Prioridades, a mi juicio palabra esencial a la hora de convertirse en un triunfador en la vida. Y tengo plena seguridad de que el vallista corto Yordan O’Farrill coincide conmigo, más después de haber conversado con él hace unos días, precisamente cuando inició su entrenamiento en el Estadio Panamericano como atleta de la selección elite.
Sí, elite, pues a pesar de haberse coronado el pasado 12 de julio en el Mundial Juvenil de Barcelona con excelente 13.18 segundos, que constituyó récord para ese tipo de lides, ya dejó atrás esa condición con 19 años. Y ese hecho lo hace proyectar en grande su horizonte de ambiciones.
¿Hacia dónde? Hacia los próximos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, escenario en el cual bien pudieran repetir dos cubanos, y quién sabe si hasta tres —de recuperar y mantener la forma el campeón olímpico Dayron Robles y el artemiseño Orlando Ortega—, como finalistas de una magna justa deportiva.
Hace una década el padre, quien practicó fútbol, lo inclinó hacia el campo y pista, en Santa Marta, municipio Santa Cruz del Sur, Camagüey. Casta desbordaba, en su familia poseía dos tíos campeones mundiales juveniles de béisbol y una que llegó hasta el equipo nacional de atletismo en medio fondo. Así comenzó en eventos combinados, como sucede con muchos muchachos en sus inicios, hasta que se decidió por los 110 metros con vallas, aunque confiesa que no era muy rápido, algo que ha superado con el decursar de los años.
¿Con qué cuenta O’Farrill para materializar su quimera?
Primeramente con buena técnica, la que ha logrado pulir y así lo ha constatado con resultados, amén de que las vallas en la categoría juvenil estén a una altura de 99 centímetros y no a 1.067 como en los mayores. Es potente en la segunda mitad de carrera y el remate, características que históricamente han encumbrado a los exponentes antillanos de esa modalidad. Posee buena técnica de ataque a los obstáculos y constantemente se le ve enfrascado en perfeccionarla.
Encara cada sesión con seriedad total, algo que se complementa con el hecho de regirse por el mismo plan que todos los preseleccionados a los diferentes niveles, plan diseñado por el prestigioso Santiago Antúnez y su equipo.
¿Lados flacos?
La reacción en la arrancada, confiesa que la ha ido mejorando, pero aún le falta. Y algo que debe solucionar en función de aumentar la potencia física: su peso corporal. O’Farrill mide 1.83 metros y solo pesa 70 kilogramos. «Sé que debo incrementar el volumen muscular, es una especie de lado flojo, hasta ahora no me ha afectado mucho, pero en el futuro será más necesario», ahondó.
Repasando el 2012…
El 2012 fue un año de éxito para el vallista agramontino que ataca el primer obstáculo con siete pasos:
«El trabajo, desde el mismo comienzo fue fluido, tenía una idea fija en mi mente, el Mundial Juvenil. Mis carreras anteriores fueron como buenas señales, varias veces corrí cerca de 13.45 segundos y en el Centroamericano, una semana antes, cronometré 13.27.
«Una vez allí, traté de seguir todas las indicaciones al pie de la letra, cumplir con todo lo repasado en los entrenamientos. Personalmente, quería sacarme la espina de los I Juegos Olímpicos de la Juventud, en Singapur, donde terminé quinto con 13.69. Así comandé mi heat con 13.44, luego hice el mejor tiempo de semifinales, 13.28, y cerré con el oro y plusmarca de 13.18».
Cruzando valla a valla el futuro
Su futuro, según el propio O’Farrill refiere, lo construye día a día. Con esa mentalidad primeramente buscará tiempos de clasificación para asistir al Mundial de Moscú el año próximo, o sea, bajar de 13.40, evolucionar técnicamente en función de alcanzar esa meta. De clasificar y acceder a semifinales allí, sería muy buen estreno entre los mayores. «Trabajar con Antúnez y atletas de gran nivel siempre me mantiene motivado», sentenció este joven, bien claro en materia de prioridades y aspiraciones.
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